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La Primera Profecía, entre homenaje a la franquicia y maratón de clichés

La Primera Profecía es el nuevo estreno de horror que llega a salas. Precuela del clásico de los 70, checa con nuestra reseña si es horror o éxito

Mario Valencia

Publicado

el

Reseña de La Primera Profecia
La Primera Profecia
3.5 Reviewer
Calificación

Abordar un clásico del horror en la era moderna siempre será un arma de doble filo. Puede haber buenos resultados como en Halloween (2018) o francamente desastrosos como Halloween Ends (2022); al final sea cual sea el resultado, hay un evidente temor a crear otro gran ícono del género como ocurrió en los 70 y 80. Con La Primera Profecia, precuela de la obra maestra dirigida por Richard Donner en 1976, se busca extender el canon de la franquicia hacia el origen que llevó al nacimiento del Anticristo.

En su momento, el filme explotó los máximos horrores expuestos en el libro de las Revelaciones del Nuevo Testamento en una época del absoluto desencanto hacia los valores tradicionales pero con un latente temor al final del mundo. La marca de la bestia, el 666, cobró un nuevo significado, más allá del religioso para integrarse a la cultura popular. Ni que decir del emblemático tema, “Ave Satani” de Jerry Goldsmith, nominada al Oscar a mejor canción original.

Aunque sería necio no reconocer las virtudes de esta nueva entrega, ver esta película lleva a reflexionar este debate de que tan necesario sean nuevos filmes de una franquicia clásica con tal de conseguir nuevos adeptos en vez de hacer que estás cintas de antaño, se vuelvan atractivas hacia este público. A final de cuentas, la conclusión de todos siempre será “no está a la altura de la original”. Jamás ha pasado ni pasará lo contrario.

Reseña de La Primera Profecía
Nell Tiger Free interpreta a Margaret en esta precuela ambientada durante los estallidos estudiantiles en Roma durante 1972. Imagen: 20th Century Studios.

“Debes crear algo a que temerle”: de qué va La Primera Profecía

Margaret es una novicia estadounidense que recibe la invitación para trabajar en un orfanato en Roma antes de dar el siguiente paso en su vida. Sin embargo, siniestras alucinaciones y recuerdos de su pasado comenzarán a atormentarla, marcando la señal de que en el lugar, se gesta una conspiración para celebrar la llegada del Anticristo.

La Primera Profecia cuenta con una fotografía excelente, una de las mejores que haya visto en una cinta de horror reciente. El responsable fue Aaron Morton, quien también lució en No One Will Save You, así que ya va convirtiéndose en referente del género. Es hermoso ver cuando se alejan de su maldita manía por los filtros azules para dar una iluminación hacia tonos cálidos naturales y sobre todo, un juego de sombras tan marcado que demuestra como a nivel de dirección, Arkasha Stevenson, se divirtió en Roma creando su propia visión del giallo.

El manejo de la cámara es increíble, ayuda a darle cierta cadencia a cada escena y aumentar el suspenso que atraviesa Margaret. Aún más importante, hay imágenes memorables, de esas que logran quedarse en la cabeza. Claro, esto conlleva a la gran virtud de la película: su atmósfera.

Hay un enorme esfuerzo por generar sugestión en ciertas secuencias a partir no solo de la oscuridad en un evidente homenaje a las cintas clásicas como El bebé de Rosemary (de hecho, practicamente el clímax lo toma prestado de aquí) o a la primera entrega de La Profecía con aquel “It’s all for you”, sino en su forma de abordar ciertos temores como la maternidad no deseada, por encima incluso del fin del mundo. Una maravilla.

Sí además de ello contamos con buenas actuaciones como el protagónico de Nell Tiger Free o la aparición especial de Bill Nighy como un misterioso cardenal, ¿qué pasa con La Primera Profecía que la aleja de ser perfecto?

Parece que hoy en día es muy complicado en Hollywood omitir toda la cantaleta de clichés habidos y por haber en el cine de terror. Aquí no es la excepción: el jueguito de la contorsionista, la monja mal encarada, el diseño sonoro de voces por doquier, scare jumps risibles (esa secuencia de un personaje que sufre un choque no tiene temor de Dios, en serio) y esta cuasi obligación de mostrar la violencia gráfica más allá de la propia sugestión que durante su primer acto, presenta de una manera elegante. Es una tristeza, porque vaya que merma mucho su puesta en escena tan macabra.

Reseña de La Primera Profecía
La dirección de arte es uno de los puntos más fuertes de La Profecía. Imagen: 20th Century Studios.

Conclusión

Siempre seré de la idea que narrar “el origen” de algo, ahuyenta a cierto misticismo que cualquier obra posee; no es necesario, es mejor darnos algo para imaginar. La Primera Profecía funciona y para quienes no les importe saber en que momento algo saltará a la pantalla, cumplirá su objetivo. Y agárrate: las secuelas son algo inevitable.

No hay razón para omitirla de tu cartelera si eres fan del terror, hay una propuesta visual impresionante y una excelente dirección de actores. Pero es inevitable no pensar que pudo ser mejor. Igual aplicaré el “no está a la altura de la original”.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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