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Cine

Cómplices del Engaño, una entretenida y complicada comedia de falsas identidades

AJ Navarro

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Con todo y el esfuerzo de Glen Powell como estelar, Cómplices del Engaño resulta una comedia dispareja en su tono pero que acierta buenos disparos
Cómplices del Engaño
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Ah la identidad, ese conjunto de rasgos propios distintivos de un individuo que lo caracterizan frente a los demás. Es algo que aparentemente es bien definido pero ¿acaso no hemos deseado ser otra persona alguna vez? Cómplices del Engaño, la más reciente cinta del director Richard Linklater (Boyhood, Escuela de Rock) y del actor y guionista Glen Powell coquetea con esa idea constantemente a través de un relato inspirado en un personaje real pero llevado al punto del absurdo.

De qué va Cómplices del Engaño

Gary Johnson (Glen Powell) es un maestro de psicología en la universidad pero además tiene otra identidad al trabajar para la policía, haciéndose pasar por un asesino profesional con múltiples personalidades para detener a las personas que quieren acabar con la vida de alguien. Pero la doble vida de Johnson se pondrá a prueba cuando el destino la lleve a conocer a la desesperada Madison (Adria Arjona) que le pedirá un trabajo especial, marcando el principio de una complicada relación que llevará al límite a ambos.

Una de las principales virtudes del relato recae en la sólida interpretación que ofrece Powell, quien es capaz de ofrecer diferentes matices a cada una de las personalidades que encarna, pero nunca dejando la esencia reservada y poco expresiva del profesor Johnson. Es interesante ver cómo esa metamorfosis en su personalidad se va creando pero sale completamente de control al conocer a Madison (Arjona).

Es ahí donde la cinta abraza un absurdo interesante en su guion, pues podemos ver la disyuntiva a la que Gary se enfrenta dentro del juego que ejecuta. Pero cuando los Cómplices del Engaño se unen en una relación involuntaria, la historia explota la cuestión de la definición de la identidad donde nada es lo que parece entre ambos, creando así una adecuada tensión y química entre ambos que, a su vez, cuestiona constantemente lo que son capaces de hacer con tal de salirse con la suya.

Este detalle se potencia adecuadamente con la labor de Johnson, la psicología. El verlo dar clase a sus alumnos o tener una reflexiva e interesante conversación con su ex esposa acerca de lo que es él y de cómo vamos forjando esa cuestión de la identidad alimenta la paranoia reflejada en la cinta, dándole una interesante justificación entre líneas a la deconstrucción que el protagonista está enfrentando, poniendo en tela de juicio no sólo sus creencias más arraigadas sino su carácter y su línea moral en aras de un acto de buena fe al romper las reglas de su trabajo especial con la policía.

Powell demuestra su potencial interpretativo en Cómplices del Engaño. Foto: Netflix / Diamond Films
Powell demuestra su potencial interpretativo en Cómplices del Engaño. Foto: Netflix / Diamond Films

Si bien Cómplices del Engaño se alimenta a su vez de las etiquetas que el cine impone, la virtud de Linklater como coguionista del relato es su experiencia en los diversos géneros cinematográficos. Esto ayuda a que la historia consiga una consistencia que, justamente, esquive exitosamente el hablar monótonamente de una simple comedia romántica o de una cinta de acción, sino que hace un híbrido en el que hay cabida para eso y más, como el thriller.

Sin embargo, aquí también se muestra una de las principales fallas de este filme. Aunque las fórmulas que contiene la hacen entretenida, francamente en la dirección el multi nominado al Óscar no encuentra el tono correcto del relato, pues jamás logra explotar de la mejor forma el absurdo en el que Gary y Madison caen, una espiral tan de locura que al final, donde debería causar mayor hilaridad, se encuentra en un punto bastante anticlimático que le resta fuerza a estos Cómplices del Engaño.

A pesar de ello, la química generada entre Arjona y Powell hace que la solemnidad del relato no caiga en la aburrición. Y es que si Powell hace un gran trabajo, la hija del cantante guaemalteco demuestra que puede también mostrar un par de caras de forma efectiva, coqueteando con el juego de la mujer vulnerable y la femme fatale constantemente en medio de un romance que parecería estar condenado a la ejecución debido a la deshonestidad de ambos que, curiosamente, les funciona y los acaba atrayendo aún más.

La química entre Arjona y Powell es fundamental para el giro de tuerca de la cinta. Foto: Netflix / Diamond Films
La química entre Arjona y Powell es fundamental para el giro de tuerca de la cinta. Foto: Netflix / Diamond Films

Con todo y esos detalles detrás de la cámara que sorprenden debido a la presencia de Linklater, Cómplices del Engaño funciona como un vehículo de lucimiento para Glen Powell, que poco a poco se va abriendo espacio como uno de los actores más populares de estos tiempos, mostrando que no sólo sabe hacer comedias burdas sino que tiene una capacidad de manejar el humor de forma inteligente en una cinta donde nada es lo que parece y que, nos recuerda, que la identidad es un término que está en constante cambio pues un día puedes ser un don nadie y al otro un asesino a sueldo enamorado.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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