Crítica: “Miss Americana” – Taylor Swift explica su activismo en documental de Netflix

Creo que todos podemos coincidir en que Taylor Swift es una de las artistas más reconocidas del planeta. Es venerada, ha ganado muchos premios y sus discos siempre se venden como pan caliente. El nuevo documental de Lana Wilson, “Miss Americana” (ya disponible en Netflix) te recuerda todo eso e intenta mostrarte una faceta más personal de la cantante, explorando sus ideales y algunos de los acontecimientos más relevantes de su carrera.

La primera mitad de “Miss Americana” sigue una fórmula genérica, recorre la trayectoria de la artista y se detiene en incidentes importantes, como la infame interrupción de Kanye West al discurso de aceptación de Swift en los VMA 2019. Durante este recorrido, la cantante te explica su posición y lo que cada acontecimiento representó en su vida, formando así un patrón esencial para la narrativa del documental: Taylor Swift estaba obsesionada en no meterse en problemas y condicionada a ser feliz en respuesta al aplauso de la gente. Esto se hace aún más evidente cuando la cantante habla de un desorden alimenticio que sufrió por querer cumplir las expectativas de la gente… y es en momentos como estos que el documental funciona mejor. Cuando la directora Lana Wilson se aleja de pietaje de conciertos, o de entregas de premios, y te da a una Taylor Swift sincera, es cuando en verdad empatizas por la persona y quieres descubrir más sobre ella.

Tras una hora de tambaleante narrativa, “Miss Americana” brilla cuando finalmente se mete en aguas políticas y muestra cómo Taylor Swift reemplaza la necesidad de ser una “chica buena” por un poderoso deseo de utilizar su música en favor de los derechos humanos. Hay una gran escena en donde prácticamente le ruega a sus manejadores que la permitan destapar su postura política para así combatir contra la inminente elección de una conservadora senadora de ultra-derecha que planea convertir a su estado natal de Tennessee en una recreación misógina de la Edad Media. Aunado a esto, Swift explica el asalto sexual que vivió y el deshumanizante juicio al que fue sometida para aclarar el caso: aquí, la cantante hace importantes reflexiones sobre el sexismo y la posición de la mujer en la sociedad. Y así, el activismo político de Swift se convierte en el hilo conductor del último tramo del documental, ayudando a plasmar la determinación de la cantante por generar un cambio y permitiendo que empatices con ella. 

El filme cuenta con escenas detrás de cámaras para ver el proceso de composición de la cantante, así como su impresionante talento para escribir música. Estos momentos son más poderosos hacia el último acto del documental, cuando Taylor Swift muestra su hambre por generar un cambio positivo en la sociedad; se combina la genialidad musical y el activismo político de la artista para darnos algunos de los mejores minutos de “Miss Americana”.

Como alguien desconectado de la escena musical pop, siempre he querido aprender sobre el ascenso a la fama de Taylor Swift y este documental es un buen primer paso para comprender su poder de estrella… y nada más. Estamos ante un recuento positivo de una megaestrella del pop en donde las preguntas más profundas se quedan sin respuesta y cuyo objetivo es alejarse de negatividad para mostrar sus mejores cualidades. Y eso no está mal, de hecho me alegra comprobar que efectivamente, Taylor Swift es un buen ser humano que lucha por los derechos de los demás, pero si estás buscando conocer temas complejos sobre su vida, aquí no los encontrarás.

“Miss Americana” es un documental que humaniza a Taylor Swift y otorga un vistazo a lo que hay detrás de su persona pública, ayudando a enfatizar sus ideas políticas y las motivaciones que rodean su proceso creativo. Su formato es digerible y las interesantes ideas sobre fama y sociedad son suficientes para cautivar la atención de un espectador casual. Claro, si ya eres fan de la cantante, “Miss Americana” es un documental indispensable para ti.