Vida de Perros: manual para enfrentar el desamor en voz de Los Bunkers

“Canciones para trapear el piso con la persona que te hizo sufrir”, así describió Mauricio Basualto, baterista de Los Bunkers, el disco más exitoso de la banda chilena titulado Vida de Perros (2004).

Ni más ni menos. Es un álbum de amor, traiciones, mentiras y corazones rotos, pero en un exquisito viaje de rock n roll inglés setentero, música tradicional del sur latinoamericano.

También destaca la grabación en los estudios (y con la guía) de Nicanor Parra, hermano de Violeta Parra, una de las más grandes cantautoras que le dio Chile al mundo.

El sistema análogo les obligó a tocar el disco casi en vivo, pieza por pieza, sin espacio para cambiar tal o cual acorde, tal o cual riff, ese mal manoseo de teclas o el descuadre bombo-tarola-crash. Las voces e interpretación de Álvaro fueron inigualables y su ejecución en vivo creció una barbaridad.

Por si fuera poco, es un disco que les abrió las puertas a otras partes del mundo como tierras Aztecas, donde finalmente decidieron establecerse para continuar su carrera y donde todavía viven los ahora integrantes de Lanza Internacional.

Empezamos el álbum con las dos canciones más representativas en la carrera de los hermanos Durán, los hermanos López y Basualto. “Llueve Sobre La Ciudad” y “Ven Aquí” (importantísimos himnos festivaleros) son declaraciones de amor con actitud derrotista, suplicante.

Mientras una encuentra su base en el teclado, la otra se comunica a través de poderosos riffs, pero ambas nos trasladas a las épocas de The Kinks, The Animals, The Turtles y, desde luego, The Beatles, una banda que se jactar de amar con todo su corazón.

“Voy caminando sin saber nada de ti, ni siquiera el agua que rodea mis pies puedo sentir. Lo intento cada vez mejor y no estaré satisfecho hasta olvidarme al fin de ti, como soñé”

Resalta durante todo el álbum la energía de Basualto en los tambores y Gonzálo López hace una magnifica intervención de bajos, pasando de ser un mero acompañamiento a protagonizar algunas piezas como “Tú”.

Tras la Brit Invation a lo chileno, en canciones como “Nada Más De Mí”, “Ahora que no estás” interviene también un poco de balada romántica oscurísima, pero todavía con esos riffs o armonías de voces, además de tintes de baladas hard rock que nos trasladan a los Estados Unidos.

Y se siguen con un atmósfera nostálgica que se apoya en el piano para lograr un sonido romántico al puro estilo de Sandro, Palito Ortega o Leo Dan; hablamos, claro de canciones como “Maribel”. Pero también están aquellas tituladas “Nada es Igual” u “Hoy”, que siguen por la misma línea musical, pero con maravillosas batallas entre las guitarras de los Durán que los ponen entre la selección de la mejor dupla de guitarristas latinoamericanos de la historia sí o sí.

Los temas diferenciadores comienzan con “Te vistes y te vas”, llenó de un sonido mucho más pop y de carácter tremendamente bailable. Es una composición descarada desde su letra, donde dos personas frívolas compiten por llevarse el premio a la más deplorable actitud.

A través de ritmos bailables y con el objetivo que simplemente hacernos pasar un buen rato, desinteresados, nos enseña lo frío, interesado e irresponsable que puede llegar a ser el amor para las personas, cuando el placer se convierte en un mero intercambio de mercancías.

“Tú sabes cómo me gusta a mí, un par de copas antes de ti, te crees algo muy especial, te vistas y te vas, nada más que hablar…”

“Miéntele”, por otra parte, es traición. En la historia, un par de enamorados pactan visitas a escondidas, aquello que unos podrían y de hecho etiquetan, con todas sus letras, como una INFIDELIDAD.

Pero cada lado en la moneda tiene una razón. Por una parte tenemos a una morra que vive el infierno junto a una pareja celosa y dominante que, en voz de la banda “sería capaz de hasta matarte por saber”.

“El cree que tú eres muy feliz, No hace otra cosa más que hablar de ti. Dale un beso antes de dormir, Una excusa para vivir

Además, tenemos al weón que pese a saber la realidad, simplemente ilusiona con falsos sentimientos a su pareja, pero lejos de querer una vida junto a ella y a sabiendas del daño que causa, le recomienda que sigan mintiendo. Que es mejor seguir ocultos.

“No tienes nada que decir, pues cada cual tienen su precio aquí. Ya has pagado mucho por mí, mucho más de lo que pedí. Miéntele no le digas lo que hiciste ayer, cuando me viniste a ver. Miéntele, no le digas nunca como fue, tú sabes como es él…”

La traición, entonces, es de ellos hacia ella, hacia su amor incondicional, hacia su lealtad, no al revés.

Mi favorita del disco.

Por último, tenemos la antítesis del tema anterior. Un hombre o una mujer que comparan su vida amorosa con la vida de un perro callejero y sus constantes enfrentamientos con la muerte, la miseria, el rechazo.

En esta canción vemos el único vestigio musical que heredaron del disco La Culpa, donde hicieron un rescate del sonido en la cultura musical chilena. No intentan hacer pop, rock, blues, garage ni nada parecido. Sólo son ellos haciendo música como lo aprendieron en las calles de su barrio.

“Llevo una vida de perros, mastico pan con veneno, tengo la cabeza estrecha, la cola erguida, la vista deshecha (…) Buscando algunos amigos, sólo me encontré con perros, todos ligeros de mente, la rabia se nos salía por los dientes (…) Cuando no ladras de noche sé que te haces la dormida, el amor no es un juguete que se patea en el suelo mil veces…”

Si te quieres echar el documental sobre la carrera de Los Bunkers y lo que llevó al grupo a componer un disco tan elemental para la historia del rock n roll chileno, entonces aquí te lo dejo: