Cine
La Verdad, un melodrama para reconsiderar a la familia y al arte
Llega a salas la nueva película de Hirokazu Koreeda, La Verdad, protagonizada por Catherine Deneuve y Juliette Binoche. Checa nuestra reseña.
De la mano de Cine Caníbal, llega a salas La Verdad, nueva película dirigida por el maestro japonés Hirokazu Koreeda, su primer cinta occidental tras ser aclamado por películas como De tal padre, tal hijo y la ganadora a la Palma de Oro, Un asunto de familia. Fiel a su filmografía, lleva su tesis de ahondar núcleos familiares problemáticos a un interesante contexto multicultural con un llamativo elenco: Catherine Deneuve, Juliette Binoche y del lado americano, Ethan Hawke, en representación del clásico actor cowboy facilmente impresionable.
Hay algo de biográfico en esta película en relación a Deneuve, otrora musa de Truffaut, Buñuel y Polanski. Ella interpreta a una actriz consagrada a punto de lanzar su autobiografía. Para acompañarla en el lanzamiento, su hija (Binoche), una exitosa guionista viaja junto con su familia viajan de Nueva York a París y en apariencia, solo dar un apoyo simbólico con su presencia. No pasa ni una noche cuando frustrada por la cantidad de omisiones y pretensiones en el libro con tal de enaltecer su figura, la hija reclama a su madre esta postura hasta que incidentalmente, termina por convertirse en su asistente durante un rodaje que les ayudará a sanar viejas heridas.
Desde la escena inicial de la película, muchos darán cuenta de que el tono humorístico sigue una línea demasiado local para su propio bien, aunque ajenos al periodismo podrían encontrarlo divertido. Un reportero se encuentra en casa de Deneueve para hacerle una entrevista. Ella de inmediato nota que todas las preguntas que hace, han sido recicladas de entrevistas previas que ha tenido a lo largo de su carrera. Y ella juega con su nerviosismo hasta el final. Las situaciones cargadas de ironía es uno de los fuertes de La Verdad, impulsadas por lo más valioso: la química de su elenco.
Es satisfactorio ver el desarrollo de cada relación en pantalla y como estas provocan cambios significativos en su alrededor. Desde el retrato de la hija de Juliette Binoche, absorta en la magia y conmovida por su abuelo “muerto” (borrado en los anales de la historia por Deneuve) hasta Ethan Hawke, auto descrito como un actor de segunda, alcohólico en recuperación de mirada inocente, hay un personaje para todo tipo de público con el cual sentir empatía. Al final no solo los une la sangre, sino el amor a formar parte de las distintas ramas del cine.
Nuestra protagonista muestra una gran complejidad. No solo hace omisiones de índole familiar, sino de temas profesionales. Sobresale su apatía de hablar sobre una vieja colega a quien “destruyó su carrera“. Pero más que envidia, hay algo que termina por entrelazar todo y ahí la gran riqueza de su ser. Porque ni siquiera puede actuar junto a su coprotagonista del filme en el que trabaja por la misma vibra que le transmite del pasado. Deneuve puede ser detestable pero su pasión por su profesión es inspirador, una actriz comprometida toda la vida a entregarse frente a una cámara.
Lástima que La Verdad no pueda evitar caer en esos grandes vicios del cine francés, de ritmo en ocasiones lento, un espacio que puede llegar a ser frívolo, repetición de secuencias con problemas ya bien establecidos y en esta ocasión, limitar las posibilidades de marcar un buen humor en favor del melodrama. De ambas formas, los personajes podrían superar su pasado, dándole un balance
Aunque La Verdad podrá no estar entre lo mejor de Koreeda, no deja de ser una experiencia grata. Las actuaciones logran conectar muy bien con el espectador en distintos niveles de emoción aunque el relato, sin tanta crudeza emocional como sus anteriores trabajos, luce nota más como un filme de transición hacia otros horizontes del director, similar a cuando Abbas Kiarostami lanzó Copia Certificada, también protagonizada por Binoche. Vale la pena.