Pólvora Live
Tecate Emblema: Lo bueno, lo malo y lo feo
Tras un obligado retraso por la pandemia, se llevó a cabo la primera edición del Emblema en la CDMX y te traemos lo bueno, la malo y lo feo
La Ciudad de México sigue volviendo a la normalidad en cuanto a eventos y conciertos, pero no solo eso, ya que ahora da paso al nacimiento de un nuevo festival llamado Tecate Emblema, que siendo un híbrido entre varios conceptos quiere posicionarse como uno de los más populares de la ciudad en estas épocas del año.
Claro, tiene una gran loza a espaldas, donde sus hermanos de provincia como Tecate Pal Norte o Tecate Coordenada han sido grandes éxitos. También se tiene la diversidad de festivales existentes en la ciudad como Vive Latino, Corona Capital, Flow Fest, entre otros, por lo cual la tiene complicado para seguir viviendo o morir como muchos otros.
Es por ello que este fin de semana nos lanzamos a este evento y te traemos lo bueno, lo malo y lo feo de esta primera edición para poder conocer si el Tecate Emblema valió la pena o no.
Lo bueno del Tecate Emblema: Los headliners se ganaron el festival
Sin duda una de las grandes sorpresas que nos trajo el Tecate Emblema desde la presentación de su cartel fueron los headliners que fueron del gusto de muchas generaciones: Gwen Stefani y Backstreet Boys, que se convirtieron en los héroes de los dos días.
Por un lado, el viernes, los Backstreet Boys con su DNA World Tour dieron cátedra de cómo hacer un show para diversos fanáticos de todas las edades. Ya que no solo llegaron al corazón de todas y todos los noventeros que crecieron con sus discos y hits que sonaron mundialmente para llevarlos a la fama; sino también sus nuevas producciones, reversiones de los clásicos, baile, palabras en español, la convivencia con los fans en pleno concierto e incluso un segmento cómico. Nos enseñaron que pasarán los años -probablemente los bailes ya no sean tan espectaculares como antes- pero los chicos aún son calidad de espectáculo.
Por otro lado, el sábado cerraría el escenario principal con una de las diosas del ska/pop Gwen Stefani, que pareciera ser vampiresa, ya que por ella no pasan los años tanto en belleza como en talento. Llenando de felicidad, buena música y un show increíble, donde la convivencia con sus fanáticos fue uno de los pilares, unas breves palabras de la cantante en español, todo el repertorio entre sus discos solista y sorpresas de No Doubt. Una actitud que nunca decayó durante más de una hora de show hizo que fuera la reina de la noche, dejando otros actos de ese día muy abajo.
Y como menciones honoríficas tuvimos a Chvrches, Danna Paola, Danny Ocean, The Kid Laroi, Carly Rae Jepsen y Galantis que se convirtieron en gratos shows durante los dos días, que fueron más allá de su zona de confort y se llevaron el aplauso de los presentes que incluso por momentos se mostraron sorprendidos por los actos de algunos de ellos como haber tocado canciones que no habían interpretado en años, algunas palabras de agradecimiento o la fiesta de cierre del festival.
Lo malo del Tecate Emblema: Combinar géneros y artistas no siempre resulta buena idea
Sabemos que la tendencia mundial en varios de los grandes festivales es que los artistas invitados sean de diferentes géneros para que los asistentes tengan una oportunidad de ver varios shows en un solo lugar sin importar si es rock, pop, reggaeton, cumbia, etc.
Justamente ese misma formula ha sido tomada por los festivales mexicanos más grandes como Vive Latino o Pa’l Norte, por lo que Tecate Emblema decidió jugársela en su primer festival de la cervecera en la Ciudad de México, por lo cual veríamos un desfile de diversos géneros y artistas que conformarían el primer cartel del evento.
Y es que a pesar de que una de las frases del festival era: “¿Te imaginas un festival donde todos los ritmos se encuentran?“, la diversidad fue lo que en algunos casos no concordaban de forma idónea, siendo un poco extraño los cambios, donde incluso muchos fanáticos de bandas como los headliners se quedaban esperando por horas, escuchando bandas que no querían o solo pasando el tiempo, dejando que fanáticos de las otras bandas sin la posibilidad de estar más cerca de sus artistas y generando algunos problemas de movilidad y logística.
Lo idóneo sería que si van a generar diversos shows con artistas de varios géneros, sería que hubiera escenarios específicos para cada uno de ellos o en su defecto tratar de conectar shows que puedan ser compatibles en cuanto a espectáculo o música; ya que es muy pesado ver el show de Kali Uchis como acto telonero de Gwen Stefani, cuando mucho antes tuviste otros actos con mucha más energía y compatibilidad.
Lo feo del Tecate Emblema: El espacio que le dedicaron al festival
Un punto clave de los festivales es el espacio que se tienen entre los escenarios y actividades, ya que eso permitirá a las personas moverse de forma mucho más fácil, disfrutar los escenarios de mejor forma e incluso no se juntaran los audios entre los shows, haciendo una experiencia mucho mejor para los asistentes.
Pero con el Tecate Emblema fue todo lo contrario, ya que redujeron el espacio casi a la mitad de la Curva 4 (a diferencia del Corona, pero similar a lo que fue el Domination). Las activaciones, lugares para comer, baños y otros espacios se sentían muy apretados, por lo que en algunos casos no se podían disfrutar muy bien; esto incluyendo que en el escenario principal fue cortado casi a la mitad por poner una sección VIP y un stand gigante del patrocinador cervecero que provocaba un embudo gigante y que no tenía los asistentes necesarios para que fuera bien aprovechada.
En conclusión, la primera edición de este festival -que a pesar del cambio de artistas con respecto al primer cartel que se presentó previo a la pandemia- fue un buen experimento que tiene un buen futuro para una segunda edición.