Cine
Emily, el tormentoso retrato de la autora de Cumbres Borrascosas
Llega a salas Emily, película biográfica donde Emma Mackey, interpreta a la famosa autora de Cumbres Borrascosas.
Ah, películas de época con una heroína rebelde con su protagonista… Nunca cambian y en esta ocasión, el tratamiento le tocó a la autora Emily Brontë en Emily, el estreno de la semana. Ópera prima de la actriz Frances O’Connor, mejor recordada como Alison, el prospecto de Brendan Fraser en Al diablo con el diablo.
Si la descripción inicial te da una idea de hacia que títulos puede compararse, tanto de cine como TV, tienes un presentimiento acertado. Esta es una película de fórmula donde encontrarás pasión, romance y tragedia en una sociedad . ¿Eso la vuelve automaticamente mala? En realidad, no.
A pesar de lo predecible, estamos ante una cinta que invita a la autovaloración y a una interesante reflexión sobre pertenecer; ambas lecciones valiosas que en un momento de la vida donde parece que lo más valioso, es perder tu esencia y encajar.
Emily y la importancia de mantenerse fiel a uno mismo
Emily relata de manera breve la vida de la famosa autora de Cumbres Borrascosas mientras juega con elementos de ficción. A través de los años, vemos la relación que lleva con sus hermanas, ambas interesadas también en la escritura, el padre de disciplina severa que busca a como de lugar que ejerzan una carrera, y las dos figuras románticas que marcan su atormentado estilo de escritura: un apuesto pastor que funge como su tutor de francés… Y su hermano. ¿Acaso Yorkshire es el Monterrey de Inglaterra? Cómo sea.
Lo fascinante de la película es la forma en que, ocasionalmente, juega con un tono fantástico en distintas secuencias. Al adentrarnos en la mente de la autora, esta divaga en ciertas añoranzas, en figuras que marcaron la dirección que durante años, reprimió para seguir su flujo. Vemos su imaginación no solo como un escape, sino como un puente. En específico el primer acto cierra con un excelente momento por el cual, justifica verla en algún punto de la vida.
Brontë fue una figura compleja cuyo legado habla hacia los inadaptados. A lo largo del filme, la vemos luchar contra deseos y sueños ajenos. Reprime su identidad para complacer, misma que solo su hermano conoce a la perfección y esto, claro, condena aún más a ambos. A vivir por siempre con un corazón roto.
Es interesante como cada uno de los involucrados, encuentra en alguna forma artística, la catarsis perfecta para cada uno de sus problemas; el desahogo ideal para el alma. Mismo valor que se da a otro integrante importante en la familia: la figura de la tía. Los tíos, siempre vistos como cómplices y los únicos dispuestos a entender y guiar a los menores a no caer en lo convencional, a ser fiel a la rebeldía de sus corazones. Solo así, se consigue crear algo trascendente.
Sin embargo, en términos realistas, Emily no es una película para todo público. Es para aquellos entusiastas de los dramas y romances históricos dispuestos a ver tragedia tras tragedia con pañuelo en mano. En su construcción, no encontrarán algo que no hayan visto en Sensatez y sentimientos, por ejemplo. Ni que decir del tercer acto que apresura demasiado todo y ahí, se demeritan gran parte de sus logros.
Conclusión
Aunque Emily no es la gran obra maestra, las virtudes están a su favor. La vida de la escritora es inspiradora para aquellos a punto de rendirse. Es una voz que siempre se agradece.
El elenco es excelente, en especial Emma Mackey (quien no tarda en convertirse en una de las próximas estrellas de Hollywood), así como Oliver Jackson-Cohen, el Hombre Invisible del 2020 como el enamorado maestro. Al principio se siente un marcado tono teatral pero no tarda en encontrar su propia voz.
O’Connor muestra un primer gran paso para arrancar su faceta de directora, nos deja ansiosos por ver que preparará después. Ojalá algo de horror o fantasía, se le ve la espina.
Ni que decir de la belleza de sus paisajes y el claroscuro de la gran mayoría de sus planos… Pero no deja de ser esa película perfecta para ver en una cita o ponérsela a la mamá y suspire un “ay” a cada escena.