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Maquíllame Otra Vez, una comedia no tan mala como parece

¿Es Maquíllame otra vez una película más del montón? Más bien, un experimento interesante que deambula entre lo fallido y lo divertido.

Mario Valencia

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Reseña de Maquíllame otra vez
Maquíllame Otra Vez
3 Reviewer
Calificación

A estas alturas de la vida, uno ya va con un pensamiento predispuesto hacia la mediocridad cuando se trata de comedias mexicanas. Y, ¿saben? Para nada los culpo. En este espacio he reseñado verdaderas inmundicias que sólo merecen un lugar a tres metros bajo tierra. Maquíllame Otra Vez parecía inclinarse hacia esa misma fosa. Desde el torpe marketing sin rumbo hasta la elección de elenco de siempre, a simple vista era la fórmula conocida lista para ser ridiculizada. Oh, sorpresa, no fue así.

Tras el fracaso obtenido en su función en el Festival de Morelia, la película fue de nuevo a la mesa de edición y el resultado final, listo para llegar a salas, es decente, con una franca simpatía, química en sus protagonistas y un excelente manejo de cámara. No empiecen: no diré que es la obra maestra imperdible pero al menos, es un paso hacia la dirección correcta.

Maquíllame Otra Vez, una redención para Regina Blandón

En este filme conocemos a un cuarteto de maquillistas que por azares del destino, la vida les ha dado la espalda en sus carreras. Cuando Alexandra, una excéntrica y enfermiza mujer reaparece en la vida de Ana para ofrecerle una jugosa oferta laboral, la joven, al borde de la quiebra, decide aceptar la misión junto a su amiga, Rita. Sin embargo, este reencuentro no será tan sencillo, pues Alex afronta una nueva crisis que pondrá en riesgo la estabilidad económica de las demás.

A simple vista, Maquíllame Otra Vez luce como la comedia genérica de pastelazo pero habilmente, el director Guillermo Calderón supo jugar con el melodrama para darle un ritmo más acertado a los diálogos o situaciones jocosas, la gran mayoría cortesía de Blandón en el papel de Rita. Después de haberla visto en la infame Guerra de Likes, es increíble verla en un nivel de actuación mucho más orgánico. Esto da pie a la mayor virtud de esta obra: la química entre sus protagonistas.

Reseña de Maquíllame Otra Vez
Aunque la voz en off de Blandón ayuda a llenar ciertos huecos argumentales, el desarrollo en la relación de Ana y Alexandra es uno de los puntos más débiles de Maquíllame Otra Vez. Imagen: Cinépolis Distribución.

Esta complicidad que desarrolla con Paulina Gaitán y Martha Claudia Moreno (a quien pronto verán también en la excelente Huesera) es muy amena. En ningún momento se dejan llevar por este tono cuasi obligatorio del cine nacional de “rápido, di algo gracioso ahora mismo o perderás a la audiencia”. Los primeros actos llevan una cadencia, sin guiarla a discursos sosos o chistes desangelados. Al contrario, el argumento se deja llevar sin pretensiones hacia una única meta de mostrar distintos ángulos de amistad y empatía. Hay detalles francamente divertidos cómo los cascos con peluca o varios diálogos de Moreno. Esto hasta que entra la causante de todo el conflicto: el personaje de Alexandra, interpretada por Ilse Salas.

Aquí es cuando el texto deja a un lado la amabilidad porque el trabajo de la actriz, quien ha tenido buenos papeles en Güeros y Las niñas bien (junto a Gaitán también, por cierto), fue de lo más mediocre posible. Es de risa loca como a estas alturas de la vida, el tema de la ansiedad siga siendo retratado de una forma tan superficial y exagerada. Todo el tiempo sientes como sus ojos están a punto de reventar cual trance de cocaína, cayendo en la farsa. Una vergüenza.

Esto conlleva a que llegue un punto en el que Maquíllame Otra Vez, no logra mantener el encanto inicial y se pierda en un tercer acto apresurado, terriblemente anticlimático y que no de la vuelta en apariencia más cruda que tenía pensada a favor de algo más complaciente. La premisa, demasiado sencilla, se debilita para convertirse en una anécdota y lo que en teoría no era tan complejo, se desvanece y deja entrever que Gaitán, tampoco supo mantenerse cómo la protagonista. Aquí si ni idea tenían de como acabarla.

Reseña de Maquíllame otra vez
Cuando Salas llega a escena, practicamente todo se va por la borda. Lástima. Imagen: Cinépolis Distribución.

Conclusión

A veces uno se lleva gratos recuerdos al ver producciones por las que no daríamos ni un centavo. Entre abominaciones del tipo El club de los idealistas, Rebelión de los Godínez y demás, encontré productos agradables cómo Un padre no tan padre, Dime cuándo tú y ahora, Maquíllame Otra Vez.

Toda la idea del maquillaje como una máscara ante las heridas y traumas que una persona acarrea a diario, está bien llevada, aunque en definitiva pudo explotarse mejor. En especial para Paulina Gaitán, quien debió cargar un mayor peso emocional disfrazado por el brillo de su carrera.

Para nada le ayuda la torpe promoción ni el título que seguro se le ocurrió a un mandamás de corbata que le pareció “chistosón”. Producida por la casa Fábula de los hermanos Larraín (No, Gloria, Nadie sabe que estoy aquí y Una mujer fantástica), este melodrama con tintes cómicos que no recae tanto en los clichés de siempre, funciona para una tarde en streaming o un saludable 2×1. Es un experimento para ambas partes de entender su camino por el cine nacional y adaptar el lenguaje de la productora hacia historias locales.

Si los chilenos siguen por esta senda y aprenden de los errores, seguro su paso cómo productores en México será respetable. Maquíllame Otra Vez no te cambiará la vida pero si ofrece un rato agradable. No para invertirle tanto al boleto, eso sí.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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