Los Dynamite en CDMX: cuatro karatecas reviviendo nuestra emoción adolescente

Los Dynamite es una banda que no le juega a pretensiones ni a aparentar algo que no es, hay tanto en su sobriedad, que inspira un halo de originalidad y frescura que siempre viene muy bien, ese sentimiento de sentirse alocado al escuchar sus notas y brincar con cada una de sus canciones es algo que pocas bandas pueden ostentar con su material.

El sentimiento principal que me originó el concierto de ayer en la noche de Los Dynamite en el Teatro Metropolitan, fue muy similar al que por primera vez sentí al escuchar ese tan famoso disco de portada roja que tenía en letras blancas ‘Greatest Hits’.

Fue un Ipod Nano de 3ra generación el que le compré a un carnal en la prepa, el cual tuvo a bien llenarlo con música chingona previo a realizar la transacción. Derivado de esto, uno de mis afortunados descubrimientos fue precisamente Los Dynamite, esto por allá del año de nuestro señor Jesucristo 2008.

Les platico todo este desmadre porque precisamente el humor esencial de lo que pasó ayer en el Metropolitan, fue una emulación perfecta del sentimiento de sentirnos jóvenes (aún más) y sin tanta preocupación. Los Dynamite son por mucho ese sonido que creíamos perdido (y que estuvo) en la década de los 2010´s.

Los karatazos duros de Los Dynamite

La cita ya estaba anotada y la pandilla se congregaba en el número 90 de la calle Independencia para asistir a uno de esos toquines que tanto se extrañaban, con tanto desenfado y los nervios a tope, como si fuéramos a ver a un viejo amigo que hace mucho que no topábamos, a excepción de los afortunados que los vieron en el Vive Latino 2023.

Para mi sorpresa no había lonas tendidas con la merca ‘hechiza’, en su lugar, elementos de seguridad resguardaban la entrada del teatro, el cual cerca de las 8 de la noche se empezaba a abarrotar.

Ya adentro y en el escenario, la banda argentina, Peces Raros, amenizaba a la organización previa a la tocada de Los Dynamite. Los Peces muy solemnes se aventaron un buen show con poder el cual dio por terminado por ahí de las 8:29pm.

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No faltó el vato (de manera graciosa) que empezó a chiflar a las 8:30pm, hora en la cual estaba prevista la salida de Los Dynamite a los escenarios, definitivamente lo hizo de forma irónica y debo de admitir que si me soltó una sonrisa.

Ya por ahí de las 8:47pm las luces se apagaron y comenzó a sonar ‘Sleep Walk’ de Santo y Johnny (la ubicarán mejor por ser la rola de la escena final de la peli La Bamba, o por algún tío que le prenda chido la balada de antaño), posterior a esto, cuatro personajes con karategis rojos aparecieron para dar comienzo a la loquera que todos esperábamos.

‘Fila 14’,’Katatonic’,’1990’, fueron algunas invitadas de la noche, al igual que Paco Huidobro, el cual, en palabras de Diego, es la musa en la que se inspiran Los Dynamite. La fiesta siguió con tocinazos del calibre de ‘Crayons’, ‘Ready Ready’ y hasta cover de Nirvana con ‘Lithium’ nos tocó.

Casi olvido platicarles que previo a que saliera la agrupación, un carnal asistente confesó unas filas delante de la manera menos discreta posible que se había comido uno de esos pastelillos que hacen que la gente se ponga muy feliz.

Nunca envidié tanto a un pacheco sobrinos, el vato se la pasó increíble, tenía asientos libres a su lado, él brincaba, cantaba y se desvivía con cada una de las rolas de Los Dynamite, sin duda alguna toda la representación gráfica de lo que les platicaba hace rato sobre las juventudes perdidas de los asistentes.

Ya para terminar ‘Tv’y ‘Frenzy’ sonaron para confirmar el buen rato que se pasó ayer en la velada con estos muchachitos, un concierto cumplidor, nada ostentoso y que terminó justo a tiempo para ir a casa temprano, justo como a los señores de edad avanzada como yo merecemos.