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Crítica de Mala suerte, buena suerte: un inspirador melodrama de redención

Con una nominación al Oscar a mejor actriz para Andrea Riseborough, Mala suerte, buena suerte llega a salas mexicanas.

Mario Valencia

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Reseña de Mala Suerte, Buena Suerte
4 Reviewer
Calificación

Ópera prima de Michael Morris, reconocido director y productor detrás de varios episodios de Better Call Saul, Mala suerte, buena suerte llega este fin de semana a salas nacionales tras haber conseguido una nominación al Oscar para su protagonista, Andrea Riseborough. Su mención en la terna no es para menos: la interpretación de una madre estancada en busca de redención es excelente.

Películas sobre adicciones hemos visto un sinfín. Lo chocante es cuando termina siendo un sermón donde solo falta la flor de Vive sin Drogas rapeando (claro que hablo de Requiem por un sueño). Apoyada por una producción sencilla aunque muy lúcida, lo conseguido aquí tiene una personalidad enternecedora, a pesar de lo predecible de gran parte del conflicto.

Reseña de Mala Suerte, Buena Suerte
Al fondo de una solitaria barra de un bar en medio de la nada, es el mejor momento para pensar en todo. Imagen: Zima Entertainment.

De que va Mala suerte, buena suerte

En un pequeño pueblo texano, Leslie ganó la lotería. Los primeros minutos son de ensueño: planes de comprar una casa, abrir un negocio y tragos gratis para todos sus conocidos. Años después, ella está en quiebra, sin lugar a donde ir y con un fuerte alcoholismo que la llevó a ser una manipuladora. Entre un pueblo que la odia, un hijo abandonado y un halo de esperanza presentado a través del encargado de un motel, deberá recuperarse de todo mal antes de perder hasta la cordura.

A forma de musa, la película contiene ciertos elementos de otros filmes, como la ambientación y disección de las clases bajas en Estados Unidos visto en El proyecto Florida de Sean Baker de una mujer presa del alcohol vista en la tragedia (aunque sin caer en terapia de electrochoques) de Una mujer bajo la influencia de Cassavetes. Un camino autodestructivo por un sendero decadente es el escenario perfecto para que Riseborough de una de sus mejores actuaciones.

La actriz luce impecable a todo momento, sin caer en exageraciones ni irse a tonos casi en la farsa. Sabe contenerse, desinhibirse y más importante, cuando conectar con el público. Al principio es desagradable y lastimero verla pero una vez que entiendes como fue víctima de las circunstancias, uno empieza a sentir este retrato tan vívido, una poderosa muestra de los horrores del ciclo del alcoholismo. Es perfecta.

Pero más allá de la maestría actoral, lo más valioso que ofrece Mala suerte, buena suerte es esta reflexión acerca de los detalles que nos vuelven únicos como individuos. Uno de los soportes que encontrará Leslie es Royal, hombre cuya cabeza quedó frita por consumir LSD. A pesar de estar en otra dimensión, demuestra un lado sensible y un apoyo que gradualmente se vuelve incondicional. “Todos quieren llevar una vida de película”, es un diálogo suyo que muestra la evidente falta de empatía a favor del egoísmo.

Lo mismo pasa con la protagonista: en realidad nunca necesitó del alcohol para ser ese espíritu entusiasta. Es nuestro entorno el que termina por deformar nuestra visión de la vida, lo que nos arrastra y acaba con nosotros. Leslie era un reverendo desastre fiestero hasta que tocó un solitario fondo. Nuestra personalidad es lo más valioso por encima del dinero, pues sin el temple y la disciplina, nada se puede concretar. Gran lección.

Por el contrario, en Mala suerte, buena suerte tenemos el fuerte antagonismo de la siempre maravillosa Allison Janney. Ella encarna a la otrora mejor amiga de Leslie, quien la desprecia por haber abandonado a su hijo en pésimas condiciones. A la par, ella también deberá aprender acerca del perdón, no sin antes presentarse como un hostil obstáculo.

Si para este punto ya todo te sonó familiar, seguro ya te imaginarás el mayor problema de Mala suerte, buena suerte. A pesar de la bella lección que brinda, es imposible no sentir la ruta predecible que toma. En el momento que Leslie decide enfrentar sus demonios (tampoco es que sea el gran spoiler), uno sabe que esperar del resultado final, entre el romance y la reconciliación.

Reseña de Mala Suerte, Buena Suerte
Marc Maron, conocido comediante estadounidense, interpreta al paciente y amable encargado del motel que verá las bondades que aún preserva Leslie. Imagen: Zima Entertainment.

Conclusión

A pesar de lo convencional de su trama e inevitable conclusión llena de melcocha, Mala suerte, buena suerte es un buen melodrama donde sobresalen sus brillantes actuaciones y un profundo trabajo de ambientación para resaltar el clásico “pueblo chico, infierno grande”. Verla resultó una satisfactoria sorpresa que dificilmente se olvidará.

Como dato adicional, la música corrió a cargo de Linda Perry, la mismísima voz del sombrero gigante de 4 Non Blondes. Además de componer el tema original, “Angels are Falling, realizó una curaduría bastante joya de música country con clásicos que se escuchan a lo largo del filme. Una grande.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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