Por qué es difícil decidirse al momento de hacer una compra

Llega el momento de realizar una compra o elegir la contratación de un servicio e inmediatamente aparecen muchas preguntas acerca de cuál es la mejor opción. La gran cantidad de opciones disponibles conlleva ciertas dificultades para poder definir qué marca es la más indicada para satisfacer las necesidades de los clientes.

En este sentido, operan de manera simultánea varios factores que tienden a disminuir la confianza de las personas y a dificultar la elección. Uno de los más importantes es el miedo a tomar una decisión equivocada. Debido a la cantidad de ofertas disponibles, tener la certeza de que se está optando por la opción correcta siempre genera temor.

Asimismo, las campañas publicitarias y de marketing también juegan un rol muy importante en esta selección. Por ejemplo, si una persona quiere saber qué es mejor iPhone o Android, es probable que luego de ver sus publicidades tenga mayor confusión. Esto se debe a que ambas marcas invierten gran cantidad de dinero, creando una imagen difícil de superar y dificultando la comparación.

Por otro lado, las empresas líderes en el mercado destinan muchos recursos a la captación y fidelización de sus clientes, lo que hace muchas personas terminen por elegirlas, incluso sin tener en cuenta si otras empresas ofrecen un servicio o producto con mejores características. En este sentido, el miedo a cambiar o probar algo nuevo termina por sesgar la decisión. Por eso, la respuesta a qué es mejor Iphone o Android, dependerá de tener en cuenta todas esas temáticas.

¿Cuáles son los factores que influyen al momento de una compra?

Existen dos factores que influyen en las decisiones de las personas al momento de hacer compra: los internos y los externos. Esta diferenciación sirve para que las marcas generen estrategias efectivas que se traduzcan en acciones concretas por parte de los clientes.

Los factores internos tienen que ver con los hábitos de los consumidores y se dividen en: locales, personales y estilo de vida. El primero está relacionado con la posición geográfica de las personas y el idioma en el que hablan. El segundo, los hábitos personales, refieren a la experiencia con la que carga el consumidor, la cual es determinante al momento de optar por un producto determinado.

Por último, el estilo de vida tiene que ver con sus preferencias cotidianas. En ese sentido, las marcas tienen que esforzarse por entender dónde y cómo vive el consumidor y, de esta manera, poder ofrecerle un producto o servicio que sirva para suplir sus necesidades.

Por otro lado, los factores externos que tienen influencia en las decisiones de compra son aquellos que no tienen que ver directamente con los hábitos del consumidor, sino con la estructura y organización de la empresa. Acá se pueden diferenciar los siguientes elementos: administrativos, públicos y eventos imprevistos.

Los administrativos tienen que ver con que, muchas veces, los consumidores viven en un país distinto del cual es oriunda la marca, por lo cual es necesario que realicen algunos ajustes para adaptarse a los requerimientos y necesidades de ese público específico.

Por parte, los públicos hacen referencia a las recomendaciones que los clientes reciben por parte de sus amigos, familiares o compañeros de trabajo, mientras que los eventos imprevistos son las circunstancias que afectan al poder adquisitivo del cliente y que impactan directamente en su decisión de compra.

Cómo se pueden tomar decisiones de compra basadas en la información

Si bien la oferta es amplia, es importante tener en cuenta una serie de aspectos que resultan de mucha ayuda al momento de optar por la compra de un producto o la adquisición de un servicio determinado.

En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta es cuáles son aquellas características indispensables con las que debe contar el servicio o producto en cuestión. Determinar este aspecto sirve para empezar a orientar la búsqueda.

Otro punto a tener en cuenta son las opiniones de otras personas. Por ejemplo, si se quiere saber qué es mejor iPhone o Android, una buena opción es consultarle a familiares o amigos que hayan tenido las dos marcas y, de esta manera, poder contar distintas versiones.

En relación con el punto anterior, una buena idea es hacer un listado con los principales puntos a favor y en contra respecto a las sugerencias que se hayan recibido. De esta manera, al poder visualizar y ordenar la información, es más fácil poder analizarla.

Por último, es importante tener en cuenta la relación precio-calidad, ya que a veces esta no suele ser demasiado equitativa y es posible encontrar productos o servicios con buenas prestaciones pese a que la marca no sea demasiado reconocida.