Pólvora Live
Bunbury en el Autódromo: el gran regreso a México de El Aragonés Errante
A dos años de ausencia en los escenarios mexicanos, Enrique Bunbury volvió a México para complacer a sus fans con nuevos temas y clásicos
Parecía una misión imposible llegar al Autódromo. Una vez que la lluvia azota la Ciudad de México, era un hecho que la desgracia caería sobre el transporte público y el tránsito, más en vísperas de un evento masivo como el show de Enrique Bunbury en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Confieso haber perdido la esperanza.
Pero la vida es grande y de forma inteligente, se retrasó el concierto por media hora para que todos lográramos entrar. Se dice que fueron 60 mil personas ahí presentes, lo cual no dudo. Lo cierto es que ni la tormenta, ni el tránsito, ni las mareas de gente a la entrada, nos impidieron disfrutar dos horas del pasado y el presente de una de las carreras más amadas en la historia del rock en español: la del Aragonés Errante, el hombre que lente oscuro y pañoleta en cuello, hace proezas en el escenario.
Así fue el regreso de Bunbury a la Ciudad de México
A las 9 pm, las luces apagaron. El grito de “¡Enriiique, Enriiiique!”, ensordecía en las primeras filas. Una grabación, cuyas primeras palabras desesperaron a los impacientes fans, pedía con amabilidad no usar el celular salvo cuando fuera necesario. Tras la amable invitación a disfrutar del recital, los Santos Inocentes se abrieron paso en la tarima hasta que el cantante, brazos al aire, nos saludó a todos. Sonaba “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas” para el inicio.
Entre sus bailes y una mística sinigual, Bunbury recorrió, a lo largo de dos horas, un bello repaso a la discografía que ha marcado generaciones. Desde los temas de su reciente Greta Garbo, como “Alaska” y “Desaparecer”, a un repaso de Expectativas junto a “Cuna de Caín”, “Parecemos tontos” y “La constante”, hasta aquel El viaje a ninguna parte donde muchos soltamos llanto con “El rescate” y cantamos con potencia “Que tengas suertecita”, fue un show cálido, ameno, un sueño para quienes durante años, fantaseamos con ver al oriundo de Zaragoza.
“Afortunadamente la vida te lleva por caminos raros que siempre te traen sorpresas inesperadas, de cosas que no mereces. No saben lo agradecido que estoy de poder estar aquí con todos ustedes, interpretando canciones y que se abra una nueva puerta a la esperanza, para hacer algunos conciertos más, ¿quién sabe?“, comentó en un fragmento ante la euforia de los presentes. Enrique extrañaba los escenarios y nosotros a él, un amor que se traslado ante aquellos afortunados que pudieron estrechar su mano cuando bajó a cantar con los asistentes.
Avanzada la noche, Bunbury tomó su clásica texana y con guitarra acústica en mano, anticipó la gran fiesta que se vendría. “El mundo se va a la mierda todos los domingos pero tenemos algo a lo que aferrarnos… Un consejo para navegantes, ¡apuesten por el rock ‘n roll!”, dijo antes de su icónica versión al “Apuesta por el rock ‘n roll” donde los visuales de Las Vegas le acompañaban.
Y para todos aquellos que no tuvimos la fortuna de ver a Héroes del Silencio, no saben el enorme placer que fue escuchar dos himnos provenientes del clásico Senderos: “Entre dos tierras”, donde el cantante demostró que aún conserva intacta esa vibra hard rockera de la banda y “Maldito duende”, con unos arreglos distintos para darle vida nueva a una canción que hemos escuchado un millón de veces.
Llegaba la hora de decir adiós previo al encore. Bunbury se arrodilló con las manos al cielo y con gran sincronía, al término de “Lady Blue” pintó dedo medio. Hacia la maldita lluvia y a los polis causantes del caos en la entrada. Al menos así adopté ese gesto para mi.
“¿Qué tal está la gente de allá atrás?”, preguntó nuestro anfitrión. “¡Arriba el salario mínimo!”, gritó un individuo a mi lado para carcajada de todos. El gran ambiente en general B fluyó hasta el cierre con “…Y al final”, una canción que ha marcado millones de escenas románticas o trágicas a muchos. Entre la oscuridad, y al final, nos despedimos todos envueltos por la lluvia de fuegos artificiales, tan inesperada, un momento espontaneo mientras en las bocinas sonaba la versión de ‘Stand By Me’ de Lennon. Simplemente perfecto.
Setlist de Bunbury en el Autódromo Hermanos Rodríguez
- Nuestros mundos no obedecen a tus mapas
- Cuna de Caín
- Despierta
- Hombre de acción
- El rescate
- Cualquiera en su sano juicio (se habría vuelto loco por ti)
- Invulnerables
- Más alto que nosotros solo el cielo
- Que tengas suertecita
- Alaska
- El extranjero
- Desaparecer
- La actitud correcta
- Apuesta por el rock ‘n’ roll
- Porque las cosas cambian
- De todo el mundo
- Entre dos tierras
- Sí
- Lady Blue
- Parecemos tontos
- Infinito
- Maldito duende
- La constante
- …Y al final