Cine
Fantasia 2024: Párvulos, terror distópico con un duro drama familiar
La palabra párvulo refiere a algo pequeño o de corta edad, lo que hace que Párvulos: Los Hijos del Apocalipsis sea el título idóneo para la más reciente cinta de Isaac Ezban, estrenada en el marco del Festival Fantasia 2024 en Montreal, una fábula post apocalíptica que da como resultado no sólo el proyecto más personal del realizador, sino una de las mejores cintas de su filmografía. Próxima a estrenarse en México gracias a Corazón Films, aquí te platicamos porqué es una de las propuestas más interesantes del género este año.
De qué trata Párvulos
Salvador (Félix Farid), Benjamín (Mateo Ortega) y Oliver (Leonardo Cervantes) son tres hermanos en un mundo postapocalíptico que buscan sobrevivir pese a su corta edad. Su refugio es una casa en medio del bosque, donde conviven y se acostumbran a un ritmo de vida en el que todos se protegen entre sí. Sin embargo, las situaciones del exterior y las amenazas inesperadas provocaran que un secreto oscuro y perturbador que los tres están escondiendo en el sótano salga a la luz.
Después de trabajar con la ciencia ficción al más puro estilo de La Dimensión Desconocida en sus primeras cintas, El Incidente (2014) y Los Parecidos (2015), así como ahondar en el terror folclórico de las brujas en la exitosa Mal de Ojo (2022), Ezban nos ofrece un cuento en el que, como lo plantea la cinta, existen solamente dos constantes: la familia y el cambio y todo lo demás no importa.
Con esa base, el director nos sumerge directamente en un mundo desesperanzado, en medio de un bosque abandonado donde la triada de hermanos solamente se tienen los unos a los otros. La diversidad de edades entre ellos marca las diferentes responsabilidades que comparten, siendo el mayor, Salvador, quien hace las labores más arduas. Pero cuando la gran revelación de aquello que protegen sale a la luz, estos roles cambian y parecen mostrar un poco de esperanza en una época donde, prácticamente, es inexistente.
Párvulos, a su vez, saca ventaja de uno de los terrores más recientes de la humanidad llevada al extremo: la pandemia. Este universo post apocalíptico se desata a partir de una extraña infección que recluyó a todos, obligando a nuestra especie a buscar una cura o escape de la misma sin lograrlo. Es ese terrible eco de la pérdida y la desolación que Ezban explora de manera eficiente gracias al paisaje sumado al diseño de arte y producción del hogar en el que viven, sintiéndose como un último bastión de seguridad en un universo desconocido y amenazante.
Otro de las factores que realzan esta sensación de tristeza y soledad en Párvulos es, sin duda, la fotografía de Rodrigo Sandoval, que vuelve a trabajar con Ezban desde su ópera prima, El Incidente. Ambas miradas vuelven a conjuntarse para crear este mundo de colores opacos, donde la luz existe como una sombra en medio de tonos deslavados, casi grises. Asimismo, eso potencia los momentos de violencia que rondan la historia más personal del director.
La música, aunque escasa, también potencia no sólo el sentido amenazante de lo que los jóvenes tienen que sortear paso a paso, sino también ciertos instantes emotivos donde se resaltan esos lazos irrompibles que han enfrentado los cambios duros a como dé lugar. El uso por momentos de un elemento coral en los temas usados le da una mezcla de inocencia y terribilidad mezclados que funcionan bastante bien, esquivando el efectismo usual de cintas de género por provocar algo a través de ello.
Pero realmente, es el guion, escrito por el mismo director junto con Ricardo Aguado-Fentanes (Desaparecer por Completo, 2022), el que potencia toda esta historia que, a todas luces, se rige como una fábula retorcida que, estéticamente, recuerda a otra cinta mexicana sobre el fin del mundo, Las Tinieblas (Daniel Castro Zimbrón, 2016). Sin embargo, Párvulos se inclina más por insertar una sensibilidad similar al ‘coming of age’ en medio de este panorama funesto, creando una interesante analogía entre el otro factor que respira en cada momento del metraje: los cambios. No sólo sobre el mundo exterior sino a nivel personal en cuanto a todo lo que van aprendiendo, creciendo y madurando los tres protagonistas.
Y es ahí donde Párvulos: Los Hijos del Apocalipsis encuentra su verdadero corazón. La actuación de los tres niños funciona de maravilla como un engranaje que, por momentos, si llega a sentirse accidentado pero en general funciona con creces ante las incertidumbres y certezas que van encontrando a su paso. Sumado a ello, existen un par de participaciones por parte de un demencial Noé Hernández (Tenemos la Carne, 2016) y de la joven Carla Adell (El Habitante, 2017) que funcionan como complemento al relato de supervivencia de los hermanos.
Con un trabajo que no sólo sabe generar una atmósfera excelente sino que equilibra de buena forma la tensión con pequeños tintes de gore y un buen trabajo de maquillaje, Párvulos resulta ser uno de los mejores trabajos de Isaac Ezban, que nos entrega un cuento sobre crecer, la pérdida, además de lo peligroso y retorcidamente conmovedor que resulta el inquebrantable lazo familiar que se aleja de la fórmula clásica de los infectados o las pandemias y la usa para mostrar, desde la inocencia, un distópico, ingenuo y malsano relato que resulta memorable.