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Pólvora Live

Ronda Machetera en el Lunario, un bailongo de cumbia y rimas al estilo norteño

AJ Navarro

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Mezclando ricos cumbiones y pasos prohibidos con el rap y las letras de Control Machete, la Ronda Machetera conquistó el Lunario del Auditorio Nacional

¿Qué pasa cuando el vocalista de una de las bandas más emblemáticas de Monterrey junta su flow con la banda de un icónico acordionista, compositor y cantante cumbianchero? El resultado es la Ronda Machetera, agrupación que conjunta ambos ritmos de manera brillante y ha puesto a bailar a todos con la fuerza de Pato Machete y compañía, demostrando que hay fusiones musicales que funcionan de lujo.

Suena y emociona: la Ronda Machetera comenzó la fiesta

Después de una breve presentación del setlist abridor del Sonido Sabotaje acompañado de El Malhabido y el artista potosino Saulés, que entre sus mezclas y uno que otro buen paso de baile comenzaron a desatar las vibras de la cumbia desde Monterrey para el mundo, además de unos cuantos minutos de rock nacional en el sonido local, fue a las 7: 15 de la noche que la Ronda Bogotá y Pato aparecieron entre la oscuridad acompañados de una intro de video sobre cómo el sonido de la cumbia y el rap se han unido para dar voz a toda una generación.

La Ronda Machetera soltó los cumbiones del gran Celso Piña en el Lunario. Foto: Pólvora
La Ronda Machetera soltó los cumbiones del gran Celso Piña en el Lunario. Foto: Pólvora

Así, el baile comenzaba fuerte con un homenaje a uno de los maestros de la cumbia, el colombiano Aniceto Molina, de quien se aventaron un mashup de dos de sus temas característicos, la Cumbia Sampuesana y la Cumbia Cienaguera mientras el ritmo vallenato emocionaba a los asistentes de todas las edades que comenzaban a partir pista y disfrutar del sonidero creado por los Piña y compañía.

Pero algo característico de esta Ronda Machetera es la capacidad de ir alternando estos ritmos característicos del bailongo con su toque especial a los ya clásicos de Control Machete. Y así, la primera rola de esta exitosa banda salió con Andamos Armados mientras la pantalla detrás mostraba fragmentos del video y Pato se daba el lujo de incluir en medio del tema un bello homenaje a los argentinos de Illya Kuryaki and the Valderramas con un pequeño fragmento de Abarajame. Aquí, el baile se cambió por brincos y unos cuantos movimientos de manos de gente que recordaba esos momentos de rap de su juventud.

La fiesta volvió ahora con otra cumbia del repertorio de Celso Piña, y es que Cumbia Patria comenzaba ya a encender la pista de manera tremenda con la presencia de un invitado muy especial que armó el círculo de baile en el Lunario, ni más ni menos que el protagonista de la cinta Ya No Estoy Aquí, Juan Daniel García Treviño, que sacó lustre al piso con los pasos prohibidos, provocando la locura entre el público y algunos que se le unieron a la fiesta.

Pato Machete y compañía no bajaron el ritmo del bailongo y las rimas. Foto: Pólvora
Pato Machete y compañía no bajaron el ritmo del bailongo y las rimas. Foto: Pólvora

De vuelta en vuelta: entre rimas y cumbiones locos

La Ronda Machetera continuó ese juego entre ir de los ritmos de la cumbia vallenata hacia los éxitos del control, donde nuevamente ese peculiar arreglo y las imágenes del inicio del videoclip de Así son mis Días nos sacaban de la rutina para llegar a uno de los momentos mas bellos de la noche para este experimento sonoro cuando Aunque no sea Conmigo causó el coro de todos los asistentes que dejaron momentáneamente el baile y el flow para cantar con sentido dolor este tema al estilo de la banda.

“¿A cuántos de aquí les gusta el porro?“, preguntaba después el guitarrista de la Ronda Machetera, que se animó a tocar su primer sencillo en vivo después de otro segmento de bailongo eterno con el Porro Magangueleño y la Cumbia Campanera, donde el acordeonista de la banda se lució en grande mientras el sudor y el calor de estos ritmos alimentaba la noche y un ánimo que no decaía y en donde prácticamente nadie bebió cerveza, sino que todos se entregaron a la fiesta y se dejaron llevar por el ritmo de sus caderas y piernas mostrando que esta mezcla llegaba para quedarse.

Si Señor, esto es la Ronda Machetera

La Ronda Machetera se acompañó de los ritmos y el tornamesas para poner a bailar al Lunario. Foto: Pólvora
La Ronda Machetera se acompañó de los ritmos y el tornamesas para poner a bailar al Lunario. Foto: Pólvora

Fue aquí que comenzaron los encores, pues la banda se tomó un descanso merecido para dejar solo a Pato Machete con su baterista y la mezcla que dio paso a otra de esas rolas icónicas de Control Machete, el Grin-Gosano, donde todos alzaron sus manos pasa seguir manteniendo el ambiente con un buen flow, mismo que continuaría con el regreso de la Ronda para entonar uno de los himnos del rock nacional: Si Señor, en donde la gente coreo cada una de las frases de principio a fin.

Mientras se sentía ya el sudor en las frentes de los asistentes, la Ronda Machetera siguió la fiesta ahora con un homenaje hasta el cielo para Celso Piña y Blanquito Man, creando otro momento de locura, baile y coros interminables con la Cumbia sobre el Río, que fue acompañada de la Cumbia Arenosa y la Cumbia Reina en lo que parecía sería una despedida emotiva y a tope para esta presentación de la banda en el Lunario de la CDMX. Pero aún habría más sorpresas.

Y es que, después de otra breve salida del escenario, Pato y la Ronda continuaron agradeciendo a los asistentes a su manera: tocando mas música mientras la buena vibra y los círculos de baile no paraban ahora con Oye mi Cumbia y la Cumbia Poder, que puso el correcto mood para el último homenaje cumbianchero a Control Machete con Comprendes Mendes, donde Pato puso a brincar y rapear a todo mundo en otra rola que parecía ser la cereza del pastel en esta fiesta de cumbiones locos y rimas.

El acordeón de Celso Piña sonó fuerte a manos de la Ronda Machetera y los éxitos de Control Machete. Foto: Pólvora
El acordeón de Celso Piña sonó fuerte a manos de la Ronda Machetera y los éxitos de Control Machete. Foto: Pólvora

Pero fue un último regreso en que la Cumbia de la Paz comenzó a marcar el final del baile y el cierre de la pista, una que se quedó impregnada de las emociones y los pasos prohibidos de los asistentes que jamás dejaron de sentir cada ritmo de la Ronda Machetera, misma que dio su adiós al atiborrado Lunario con Macondo, original del maestro Óscar Chávez que hace alusión a la novela Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez justo como la fiesta de domingo por la noche comenzó: con un buen ritmo de cumbia, rock y rimas que sigue conquistando a generaciones y que pone a bailar a todo aquel que ame el poder de la música.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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