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Palaye Royale – The Bastards

The Bastards, el tercer álbum de estudio de la banda estadounidense, Palaye Royale. La banda encontró la fórmula perfecta para su nuevo hijo bastardo.

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Durante los últimos meses, tuvimos una buena cantidad de adelantos para este esperado disco, por parte de Palaye Royale.

The Bastards, es el 3r álbum de estudio de la banda estadounidense. La espera fue larga pero amena, ya que con cada video, tema y demás noticias, los músicos lograron que los fans se murieran ya de ganas por ver el nuevo material completo. Palaye Royale abre un nuevo capítulo musical, pues se podría decir que con este nuevo proyecto se consagran como una banda de rock alternativo como referente para su generación y ¿por que no? también para la actual época.

El concepto y letras de The Bastards, giran entorno a una realidad no tan alejada de la que estamos viviendo. Remington Leith, Sebastian Danzig y Emerson Barrett, se clavan en la cantidad tan grande de problemas políticos para proyectarla en esta obra audiovisual que vale mucho la pena, en todos los aspectos.

En primer lugar, los estadounidenses no nos decepcionaron, para nada, sino todo lo contrario; llenaron las expectativas generadas con las probaditas previas que nos dieron. Una excelente técnica de publicidad, ya que la mayoría de las veces funciona como arma de doble filo sino la saben manejar. Pero éste no es el caso de Palaye, los músicos y Sumerian Records se la rifaron con la promoción; y mucho más con la memorable producción que finalmente llegó completa a nuestros oídos.

¿A qué suena The Bastards?

Musicalmente hablando, parece que Palaye Royale encontró la fórmula perfecta para su nuevo hijo bastardo; The Bastards está muy bien balanceado, melódico, pesado, algo rockerón, hard rock y muy pegajozo. Desde la primera canción se siente el crecimiento y la madurez musical que Palaye ha alcanzado rápidamente, ya que entre cada material publicado tienen muy pocos años de diferencia.

El disco evoca a un buen soundtrack de alguna película, videojuego o serie. Lo que no sería algo nuevo, pues recordemos que ya se han prestado por ejemplo para la película protagonizada por Andy Biersack, American Satan; donde la voz de Remington en sí, es quien le da vida a esa historia. Y ya que nos metemos en ese asunto de voces, Leith tiene un timbre de voz de esos que seguramente pasarán a la historia, porque no es fácil que salga de tu cabeza una vez que lo escuchas.

Complementa magníficamente los temas y se vuelve un eje poderosamente enmarcado por las guitarras y los pesados bajos de sus compañeros; aparte de que tiene una increíble facilidad de pasar de los screams, a las voces impecablemente limpias.

El primer acto abre con “Little Bastards”, siguiendo con “Massacre”, que canalizan rock puro, muy emocional y melódico por cierto. Checando los videos que complementan cada tema traen varias influencias, vi pasar el soundtrack de mi vida pasar con las animaciones que manejaron e identifiqué resquicios de The Used, Asking Alexandria, Crown The Empire… en pocas palabras es el disco que necesitaba para obsesionarme este confinamiento.

Sentimientos y sentidos oscuros son los que aviva dentro de nosotros Palaye Royale, tal como es el caso para el tercer track: “Anxiety”. Con un coro explosivo de guitarras distorsionadas la banda marca la señal para unirnos a sus filas y destrozarlo todo, también incluye videoclip. El cual es perfectamente dinámico aunque en el colectivo imaginario ya tenemos un “Famous Last Words” (MCR) y unos “Fallen Angels” (BVB), entre muchas otras bandas tocando en medio de un incendio, Palaye Royale marca otro simbólico video.

Sin decaer, The Bastards nos abofetea con más, la siguiente canción es “Tonight is the Night I Die”, donde nos abren su vulnerable esencia. Aquí toman el rumbo de post grunge y hard rock, muy acertado por cierto, dándole paso a “Lonely”.

Es sin duda uno de los sencillos más digeribles, pegajosos y con un mensaje bien arraigado. Personalmente es uno de mis temas favoritos de todo el disco, por eso y por la parte visual, el videoclip habla por sí mismo.

Y aquí viene un elemento pequeño pero a fin de cuentas un detallazo que eleva aún más el material, una pieza pesada pero “bailable” y teatral, tipo Panic! o The Used (otra vez): “Hang On To Yourself”. No es que compare, pero es inevitable reconocer influencias, de artistas y bandas que la misma banda ha reconocido. Continuamos con los sencillos proque la siguiente es “Fucking With My Head”, “Nervous Breakdown” y “Nightmares”.

Aquí la banda se ve a prueba en un territorio más de rock and roll muy obscuro, pero al mismo tiempo con un giro en las letras, abordando más el tema de algua ruptura amorosa, de relaciones y depresión. Aún así no de una forma aburrida, es más que aunque no te identifiques en esa cuestión terminas cantando el coro.

15 temas son los que componen The Bastards, suena demasiado, sin embargo se va como agua este discazo. Para “Masochist”, “Doom (Empty)”, “Black Sheep” y “Stay” viene un puente donde la banda le va bajando la intensidad y lo pesado. Se sostiene más en guitarras limpias y en lo instrumental, piano y violín, como es el caso para “Redeemer”; que cuenta con voces limpias, bajas y casi a capella. Muy al estilo Hozier y My Chemical Romance.

Por último, deciden cerrar de una forma un poco rápida a mi gusto: “Lord Of Lies (bonus track)”, remonta la pesadez del álbum, con guitarras y bajos inclinados al grunge/punk por aquí y por allá. Dándole una patada a las voces limpias, entrando Leith Remington para rematar con unas líneas desgarradoras.

En pocas palabras, diría que es un disco muy intenso, dinámico y que seguramente escucharé una y otra vez. La incorporación de varios estilos meticulosamente ensamblados y con detalles muy cuidados lo agradezco infinitamente.

Fotógrafa, con un amor desmedido por la música y los conciertos.

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