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Metallica: Twitch y el lado negativo de los derechos de autor
Como cuando ya ni puedes tocar tu propia canción.
El pasado 19 de febrero, se llevó a cabo la transmisión online de Blizzcon, evento donde la famosa compañía de videojuegos Blizzard presentó sus novedades para el 2021. Como acto sorpresa, invitaron a Metallica para amenizar la tarde con su clásico “For Whom The Bell Tolls”. Sin embargo, no contaron con un enorme inconveniente impuesto por Twitch, una de las plataformas donde se transmitió el show: a temor de infringir el uso de derechos de autor, censuraron la música por una melodía folk genérica libre de derechos. ¿Karma por el caso Napster? Quizá.
Dicho suceso fue reportado en primer lugar por el analista de Esports, Rod Breslau, quien compartió en su cuenta de Twitter un fragmento del suceso. Pero más allá de la jocosa anécdota, pone en tela de juicio hasta que punto deben llegar las acciones de la DMCA. ¿Acaso ya ni siquiera un artista puede tocar su propia obra ante las cada vez más absurdas imposiciones de las redes?
¿Qué es la DMCA?
La Digital Millenium Copyright Act (DMCA), es una ley promulgada en 1998 durante el gobierno de Bill Clinton, en un movimiento para anticipar el impacto masivo que tendría el intercambio de información a través de Internet. Dicha norma sanciona toda forma ilegal de distribución y reproducción de toda obra sujeta a la ley de derechos de autor de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), sea película, música, programa de TV, etc. Lo que en teoría debió funcionar como un freno a la piratería, terminó por convertirse en una práctica para enriquecer a las disqueras al obtener jugosas ganancias por el pago de licencias a servicios de streaming.
Aunque hay algo de obviedad en atacar a los servicios peer-to-peer, dígase Ares, Limewire o Napster por afectar parte del ingreso del artista, la DMCA llegó a complicar hasta la misma difusión legal del material. Si recuerdan, por allá del 2008 muchas disqueras como Warner Bros. y Universal Music, obligaron a Youtube a silenciar o bajar todos los videos con canciones de sus artistas bajo la famosa norma 1201 hasta que lograron llegar a un acuerdo. Han habido casos risibles de la aplicación de esta ley, como el famoso caso de la periodista Stephanie Lenz, quien en 2007 se le ocurrió subir un video de su hijo bailando una canción de Prince solo para enfrentarse la ira de Universal en un juicio de 8 años.
La DMCA vs. Twitch
Por su parte, Twitch nació en 2011 no sólo como una alternativa de entretenimiento gamer, sino para alejarse de las crecientes imposiciones de derechos de Youtube. Aunque en 2014 fue adquirido por Amazon en una transacción de 970 millones de dólares, la aplicación de la DMCA era muy relajada. Aún hace cinco años, podías entrar a streams y poner música al gusto en buena convivencia con los participantes. Sin embargo, la industria discográfica atacó la plataforma en 2020 y Twitch, decidió eliminar todos los videos que contuvieran música sin licencia.
En una entrada publicada en su blog oficial el 11 de noviembre del 2020, la empresa expresó la razón detrás de esta decisión:
“Hasta mayo de este año, streamers han recibido menos de 50 notificaciones relacionadas a la DMCA y al uso de la música este año. A partir de mayo, representantes de los principales sellos discográficos empezaron a mandar miles de notificaciones cada semana en contra de los archivos de los creadores, más que nada fragmentos de hace años. Esto continuará y no disminuirá. Significa una cosa: si pones música en tus transmisiones, debes dejar de hacerlo“.
Así han ocurrido una serie de sucesos increíbles Ahí tenemos al futbolista/clavadista Neymar, quien tuvo la mala fortuna de no apagar la música de su transmisión de FIFA y su cuenta fue temporalmente puesta en pausa. O que decir de Herman Li, guitarrista de Dragonforce y ávido usuario de la plataforma quien también ha sido afectado por tocar sus propias canciones en vivo para sus fans.
Incluso a partir de noviembre del 2020, las redes de Mark Zuckerberg han imitado este modelo y por ello, no puedes subir un video aunque tenga solo míseros 10 segundos de una canción.
¿Y eso a mi qué?
Aunque en México la piratería es el rey indiscutible del consumo de entretenimiento, no hay que despegar la vista de estas acciones; después de todo, vivimos en un país donde apenas el año pasado en plena pandemia, se aprobó un impuesto para las plataformas de streaming. Todo en estos momentos está sujeto a una agresiva campaña de derechos de autor.
El modelo de la DMCA introducido hace más de 20 años es obsoleto y debe regularse ante las nuevas necesidades de las redes sociales. Más que ayudar a los músicos, afectan el alcance potencial que podrían tener. No sólo hablamos de los grupos más grandes: ¿cuántas bandas no hemos conocido por algún post, una historia o una transmisión? Utilizar 10 segundos de una canción de Metallica, no debería considerarse enriquecimiento ilícito para alguien que solo quiere compartir su afición. Y sin compartir o una iniciativa de explorar por nuestra cuenta, somos presa de los algoritmos, mismos que sirven a las necesidades de la industria.
Vean abajo la versión completa de “For Whom The Bell Tolls” compartida por un aficionado.