Cine
Encanto, la obra maestra de Disney en Colombia
¿Qué es esto? ¿Una película de Disney que no tiene encima una demencial campaña de marketing, algún morbo generado en redes sociales y que de hecho, es excelente? Así es Encanto, la nueva propuesta de la casa del Ratón Miguel que llega hoy a salas nacionales. Aunque de entrada, ha tenido comparaciones injustas con Coco (la cual, dejaré de referenciar a partir de este instante) al punto de llamarla “Cocolombia” por su representación del país sudamericano. Pero el filme es una grata sorpresa sobre abandonar esa idea del pensamiento mágico y las soluciones rápidas.
En una época donde el individualismo manda y prevalece un miedo a la perdida, lo hecho por Byron Howard y Jared Bush deja la reflexión al espectador de como sobresalir a partir del esfuerzo hasta llegar a un equilibrio entre nuestras acciones y deseos para vivir a plenitud. Una joya que encima se da el lujo de tener grandes juegos de iluminación en sus trazos.
Encanto, el valor de no ser especial
En Encanto conocemos a la familia Madrigal, cuya matriarca fundó una comunidad de refugiados tras recibir un milagro, contenido en una vela durante la noche en que perdió a su esposo y su vida, comenzó desde cero. A partir de entonces, su familia es bendecida por el milagro, y cada generación recibe una habilidad especial para ayudar a los pobladores. Así tenemos a Pepa, que puede controlar el clima; Bruno, con la habilidad del futuro o Luisa, con una fuerza sobrehumana.
Todos en Casita, su adorable hogar viviente, reciben un don… Menos Mirabel, la amable y audaz hija de la familia. Cuando una noche comienza a ver grietas en la casa, descubrirá que la magia está por perderse, y que la Abuela guarda más secretos de lo que aparenta. Dependerá de ella rescatar el legado Madrigal en una aventura de autodescubrimiento.
Más allá de irse al relato fácil de “oh, debo buscar mi propio don”, Mirabel es uno de los mejores protagónicos hechos por Disney en la historia. Apenas al término del primer acto, aprende a sobrellevar su falta de don, pues su rol es más importante que cualquier poder. Ella no solo debe velar por los demás, como es la obligación familiar, sino aprender a apreciarse por lo que es y cederle ese mismo valor a otros, como a su sobrino, quien estaba temeroso a recibir la bendición. Aunque es hasta cierto punto despreciada por su abuela y hermanas, no significa que ella se rebaje a rencores. Al contrario, siempre buscará la solución pues a pesar de la magia, sus parientes sufren por la misma carga.
La escena más fuerte es cuando Luisa, en llanto, reconoce que las cosas al fin comienzan a pesarle. Pero la maravilla es que no solo se refiere al sentido literal de cargar burros o un piano: la carga de llevar sobre sus hombros las necesidades de un pueblo al que no le importa su bienestar, es terrible. O que decir de la perfecta Isabela, condenada a un compromiso que no quiere solo para preservar el ideal de belleza física. También quien la culpa, cuando la voz del personaje es de Maluma, verdad…
La familia pierde gradualmente la magia por el mismo temor a perderla de la abuela, quien todo el tiempo presiona a partir del trauma de aquella noche, la deuda hacia la gente y al propio milagro, una especie de guiño al fanatismo latinoamericano hacia el catolicismo. Un mundo
Con Encanto, Disney no solo se preocupó por el buen desarrollo de sus personajes, sino por el trabajo de ambientación. La Casita y sus alrededores son su Macondo, los Madrigal, una versión ligera de los Buendía cuya historia y conclusión desbordan el realismo mágico de García Márquez, entre pérdidas e intrigas. Con el tío Bruno, vemos a este héroe trágico condenado al exilio que logra encontrar la felicidad entre los muros de la casa, con su propia compañía y entretenimiento bastante imaginativo.
Ahora, desconozco Colombia para saber si los paisajes respetan su atmósfera pero al menos da una impresión menos fantasiosa que… La cinta mencionada en el primer párrafo.
El cierre tiene esta emoción dividida para mi. Sí, inevitablemente siempre hay este final feliz, donde no todo podía perderse… Pero resalta esta unión y el respeto entre tus seres queridos sin importar las diferencias. Hay tiempo para ti, al igual que para las personas a tu alrededor y ello no debe representar una carga. Al contrario, debe ser un alivio ser respaldado por tanto cariño. Luisa es quien mejor lo aprende, festejando su equilibrio en una hamaca después de ayudar en el festejo.
Realmente la única parte en ocasiones débil son las canciones. Quizá muchos amen el estilo de Lin-Manuel Miranda para componer pero el hombre sí cae en letras muy burdas en varias ocasiones. No ayudó verla la misma semana que Tick Tick Boom, fue demasiada saturación de su estilo. Pero ni esto es impedimento para dejarse encantar. Jo, jo, jo.
Conclusión
Desde Wifi Ralph, no veía este nivel de madurez en el discurso Disney, sin caer en humor bobo todo el tiempo, donde el antagonista no es otro personaje maligno de bigote retorcido, sino tú mismo y cómo aprendes a valorarte. Aunque eso sí, tampoco puedo evitar sentir que el diseño de personajes ha quedado estancado desde que encontraron refugio en la animación 3D.
Es una película vasta en interpretaciones que francamente, recomendaría ver un par de veces para asimilar cada detalle, no solo de la animación, sino del drama familiar. Porque eso sí: la película se inclina más al lado fantástico que a la comedia de situaciones estúpida como Raya.
Lo mejor de todo es que no la extienden de forma innecesaria: presentación, conflicto y resolución, todo concreto. No esperes al streaming, vela ahora.