Entrevistas
Papi Saicos: “teníamos el espíritu de jóvenes jodidos y eso se transmitía en nuestra música”
Entrevistamos a Papi Saicos, líder del fenómeno punk peruano Los Saicos, para conocer la historia de la banda previo a su show en el Monkeybee.
Papi Saicos es miembro fundador y único miembro activo de la banda peruana de proto-punk Los Saicos, considerados por muchos la primera banda de punk de la historia. En 1964, cuatro jóvenes del barrio de Lince se juntaron para hacer ruido, pasar tiempo entre amigos y divertirse en vez de ir al trabajo o a la iglesia. No sabían que el movimiento Saicos se iba salir de las fronteras del barrio para hacer historia en el mundo. MonkeyBee habló con Papi Saicos sobre su vida y su legado.
Papi Saicos y la historia de los primeros rebeldes del rock
¿Cómo nos tenemos que imaginar tu vida el día de hoy?
“Vivo en el medio de Washington, una zona tranquila, es un ambiente muy agradable para alguien de mi edad. Tal vez algún día ustedes también tengan que irse de la ciudad, tener allí su rancho, sembrar marihuana, hacer orgías y todo lo demás.
Sigo cantando, incluso canto mientras duermo. Pero ningún pecado se me escapa. Tengo 50 años casado, tengo 4 hijos, 13 nietos y 2 pitbulls. Y “uno” quería tener hijos. La vida me ha bendecido mucho, no soy cristiano, pero estoy sorprendido de la vida. Y ahora les ando hablando de música, un abuelo que ya tendría que estar dormido a esa hora, pero igual me sigo divirtiendo y me preparo unas copas lindas.
Así es la vida de Papi Saicos, me voy a morir cantando. No quiero dejar de cantar, porque lo que más me gusta aparte del sexo es el rock, y aparte del rock, el vino. La vida tiene su ciclo. Llega un momento en el que te vas a tener que morir, pero antes de morir, mejor sigue caminando, hasta que ya no puedas más. La música te mantiene vivo. Los Saicos son solo 12 canciones y han hecho toda una historia. Lo mejor de esto fue que los errores a veces son el propósito“.
Platícanos sobre los principios de Los Saicos.
“Todo ha sido cuestión del destino. Ya habíamos conquistado a todo Perú. Fuimos los mejores artistas del año, de todos los géneros. Tocábamos en la televisión. No sabíamos si éramos artistas o no, e hicimos lo que queríamos, y nos dejaron hacerlo. Pero Los Saicos realmente empezaron cuando estábamos practicando las canciones y nos invitaron a tocar a un lugar serio, era la red de comentaristas de radio, televisión, disqueras, prensa. No lo sabíamos.
Cuando entramos nos dijeron: una sola canción. Y la primera canción fue “Come On”. Al terminarla, la gente se quedó en silencio. Yo fui el último en salir y dije: “Uy, pues bueno, la cagamos”, y en este momento la genta se para y empieza a aplaudirnos. Nadie, ningún fan nos conocía todavía y sin embargo la prensa, la televisión, la radio, las disqueras, todos nos habían visto ahí, y así de fácil fue para nosotros.
No soy bueno dando consejos, pero creo que lo que nos funcionó es que sacamos el alma de cómo éramos y lo pusimos en la canción. Teníamos el espíritu de jóvenes jodidos que éramos y eso se transmitía. Pero llegar ahí no fue nada fácil, practicábamos 8 horas diarias todos los días porque no sabíamos tocar.
No sabíamos que para la gente éramos tremendos artistas, éramos chicos de barrio. No nos habían dicho que ya habían puesto “Demolición” en la radio, ni nos interesaba porque seguíamos viviendo nuestra vida como muchachos de barrio. Hicimos esa canción solo por diversión, no la íbamos a grabar y esta chica que era la gerente de una disquera vino a decirnos que teníamos que grabarla. La grabamos sin saber que iba a ser el himno de Los Saicos, sin saber que ahora lo toca todo el mundo, ahora que estamos catalogados como los primeros punks del mundo“.
¿Cómo se conocieron?
“Empecé mi amistad con Pancho cuando tenía 13, 14 años. Vivíamos a cuatro cuadras en el barrio de Lince. A él le gustaba tocar el bongo y a mí me gustaba tocar la armónica. A partir de ahí empezamos a hacer una relación musical pero íntima, es decir, entre nosotros.
Cuando tenía 15 años estaba en el parque encima de un árbol tocando la armónica y un amigo vino y me presentó a Erwin. Desde entonces fuimos grandes amigos. Tenía 17 años cuando escuché al Chino tocar la guitarra en la calle. El Chino vivía a unas tres cuadras de mi casa. Un día decidimos hacer la banda sin saber tocar y sin instrumentos.
Éramos un desastre como músicos y en ese momento había como 20 bandas en Lince, era Liverpool. Yo era el cantante pero nos dimos cuenta de que tenía que tocar algo. Solo éramos batería y bajo. Un día decidí hablar con el Chino. Vino y la primera canción que tocamos fue “Tequila”. La tocamos como una hora y luego le preguntamos al Chino: ¿Qué decides, te quedas o no? Y él dijo: “Sí, me quedo”.
El Chino ya tocaba con Los Steivos que ya eran famosos. Como él sabía tocar y nosotros no tocábamos nada, pensé que a la semana se iba a aburrir e irse. Pero no, se quedó con nosotros dos años y empezaron a salir las canciones en grupo. Todas las canciones las hicimos los cuatro“.
Papi Saicos, platícanos sobre su reunión después.
“Voy a adelantarme 45 años ahora para no aburrirlos. Erwin y yo estábamos juntos fumando hierba todos los fines de semana, tocando la guitarra y también haciendo karaoke; me gusta José José. Un día Pancho nos llama para invitarnos a tocar, pero no habíamos tocado las canciones después de los dos años que estuvimos juntos. Nunca las volvimos a tocar. Ni siquiera recordaba las canciones, y Erwin menos.
Y así, sin ensayar, tocamos nuestras canciones. No recordamos la letra ni las claves ni nada pero los muchachos que tocaban con nosotros estaban bien afinados, así que los seguíamos a ellos. Nos gustó la alegría que pusimos en ese teatro, donde la gente lloraba, cantaba con nosotros, se divertía. Tocamos en España por primera vez, tocamos en México, Argentina, en Perú. A los pocos meses después de tanta alegría, Pancho murió. Entonces la banda se acabó. Erwin no quiso seguir más, dijo “Ya soy grande”. Pero me encanta cantar, por eso sigo cantando”.
Compártanos una anécdota loca de alguna gira de Los Saicos.
“No puedo hablar de esas cosas, pero un día estábamos tocando en Perú y fuimos al cerro con un grupo de rockeros y solo Pancho subió a la cima porque el cerro era muy alto. Una vez arriba levantó la pierna, así de salvaje fue Pancho.
Pero platicarles algo de dentro de los conciertos me parecería inhumano de mi parte. Mejor les cuento cómo conocí a mi esposa, hace más de 50 años. Yo estaba parado en una esquina y ella estaba parada en otra esquina, muy bonita, vestida muy linda. Y de repente vi un camión que estaba dando vuelta en esa esquina y una pieza de madera gruesa se había soltado del camión y le iba a caer justo en la cara. Así que crucé la calle y la empujé. Ella no se había dado cuenta de lo que pasó y estaba furiosa y empezó a pelear conmigo. Y a partir de ahí me tocó pelear con ella todos los días hasta el día de hoy”.
¿Cómo llegaste al rock y punk?
“Estuve escuchando “It’s Now Or Never” de Elvis Presley cuando tenía 15 años, me empecé a dejar el pelo largo, empecé a usar botas, blue jeans, casaca de cuero y me comenzaron a decir que estoy endemoniado.
Pancho también empezó a vestirse así, Erwin y los amigos más íntimos también, porque no todo el barrio se convertía, tomaron su tiempo. Era música que me hacía mover todo el cuerpo, me ponía muy salvaje disfrutando de la vida.
Un día me dejaron una biblia en mi cama pero yo estaba leyendo a Dante Alighieri. Inventó el infierno. Estaba leyendo a Dostoievski y a tantos escritores de ese tipo, gracias a mi padre que tenía una biblioteca tan grande. Tuve otro concepto de “Dios” o del “más allá”. Leí la biblia y todo pero no dejé de estar endemoniado… el rock era más fuerte”.
Amén. Eso también se refleja en sus letras, ¿no?
“Es porque no íbamos a la iglesia y no creíamos en esas cosas. Hay algunas cosas dentro de las canciones, pero no puedo contarles sobre ellas porque es demasiado fuerte.
Les voy a hablar de una canción: “Cementerio”. No tuvimos plata para hacer fiestas. Las chicas del barrio nos invitaron a sus fiestas porque en esa época eso era la forma en que las chicas se asociaban con los chicos. Y bueno, bailamos con ellas escuchando boleros y así, aún no había rock. Como no tuvimos dinero, hacíamos nuestros ritos en el cementerio. Y de ahí viene la canción. Así que todas las canciones hablan de algo que sucedió.
Por ejemplo en “Come On” decimos “Te amo, pero a tu hermana también”. Todas las canciones tienen algo así, pero las suavizamos y aún así. Si hubiéramos sido más groseros, quizás no hubieran tenido el éxito que tuvieron y no hubiéramos tenido esa amistad con la gente sobre la música que hacíamos. Así pudo llegar a todo tipo de familia.
Hay tantas anécdotas sobre nuestras canciones y me dicen por ejemplo, “Oye, tu canción hizo que mi mamá y mi papá se conocieran”. Todos cantaron las canciones con nosotros y ahora cantan conmigo cuando toco solo y me gusta. Antes las piezas eran de los cuatro, y luego salían a hacer su camino y se fueron de nosotros, llegaban a otros barrios, distritos, países.
Ese es el punto de la música porque llega un momento en que formas una hermandad y deja de pertenecernos. Cada uno la interpreta como le parece y eso es lo bueno”.
La revolución musical gestada en los barrios del Perú
¿Qué sintieron de haber inventado al punk?
“No nos dimos cuenta. No estábamos creando un estilo, pero esa era nuestra vida y el estilo que vivíamos. No pensamos que estábamos haciendo nada especial. Entre nosotros había una química tremenda, porque avanzamos juntos en cada paso, en la experiencia, en los sentimientos.
Teníamos 19 años y teníamos una cantidad de problemas familiares, amigos, enemigos, chicas, porque salían con uno y uno se entusiasmaba aunque también salieran con otro. La borrachera, a los 19 años, es sin experiencia y uno hace cosas brutales y como consecuencia de ese estilo de vida, salieron las canciones. Entonces ese fue el lado positivo, que nos enfocamos en hacer esas canciones con más orden y con más educación”.
¿Qué música los inspiró?
“Escucho a los Rolling Stones. Tengo un disco de los Cramps pero no lo he escuchado. Prometo que cuando me vaya al infierno le voy a pedir a Lux que me cante algo para escuchar. En el infierno uno se la pasa mejor, y armamos un buen concierto. Y tan grande fue la influencia que los Beatles tuvieron en nuestras vidas. Vivimos con ellos su música.
Cuando íbamos a empezar, no podíamos imitar a los Beatles, no podíamos imitar a nadie porque no podíamos copiar las canciones. En lugar de decir “She loves you, yeah, yeah, yeah”, mejor digo: “Te amo, te amo, yo te amo”. Todas esas cosas se juntaron en un momento preciso porque en esa época nadie cantaba en español, era una vergüenza. Era un camino virgen y nadie lo había hecho.
Nosotros lo hicimos no porque sabíamos que eso estaba pasando, sino porque nuestras habilidades no eran más que ser capaces de hacer lo que estábamos haciendo. Era más fácil hacer nuestras propias canciones. Y no podíamos cantar en inglés porque no entendíamos inglés. Y de esos errores de no saber hablar inglés y no poder copiar una canción, salieron las canciones de Los Saicos.
Por eso siempre digo que cuando hay un error, aquí hay un misterio y quien sepa desenvolver ese misterio logrará algo bueno. Porque eso fue lo que nos pasó a los cuatro. La música nos hizo crecer rápido como personas y de repente convivimos con gente más madura. Todo es consecuencia del punk.
Los Saicos estaban más interesados en hacer amigos dentro de la música y divertirse entre nosotros, sin saber que la música iba a salirse de la frontera del barrio. Nuestras letras son muy sencillas y las canciones son solo tres notas. Mi consejo para ustedes: Compongan canciones que sean simples y que no tengan letras tan sofisticadas“.
Papi Saicos se presentará en la tercera edición del Monkeybee Festival
Papi Saicos es el primer invitado al Monkeybee Festival III, el cual se llevará a cabo el 10 de diciembre. En esta ocasión el evento será en Jardín 4 Barrios, ubicado en Naucalpan, cerca al Bazar de Lomas Verdes y la FES Acatlán. Pero para que nadie se quede sin ir y no haya excusas, habrá transporte al festival de diferentes puntos en específicos, mismos que se irán anunciando en las redes oficiales.
Los boletos tienen un costo de preventa de $500 pesos (más cargos) a través de Boletia.