Crítica de DC Liga De Súpermascotas: una reinvención de Krypto y Ace

En este espacio me he llevado abucheos (casi siempre, en realidad) cuando critico películas infantiles. “Olvidas que es para niños”, es el simplón comentario que lanzan. ¡Cómo si los pequeños en casa no merecerían calidad! Por fortuna, DC Liga de Súpermascotas no merece más que aplausos. Una aventura para toda la familia que si bien, no reinventa nada o sale de lo convencional, logra conectar con su buen humor, un reparto de personajes encantadores y un relato de maduración y amistad.

Es fascinante ver lo fructífero que han sido los últimos años para DC (aunque finjo que WW ’84 no existe), quienes han encontrado formas distintas de abordar sus franquicias a la par de reencontrarse con sus raíces. Aquí no es excepción, ya que nos llevan de regreso al equipo de héroes comandado por el emblemático súper perro, Krypto, a quien vimos por primera vez en el mundo de los cómics a mediados de los 50 y desde entonces, ha acompañado al Hombre de Acero en innumerables andanzas.

DC LIGA DE SÚPERMASCOTAS, UN BUEN EJEMPLO DE SANO ENTRETENIMIENTO

En DC Liga de Súpermascotas conocemos a Krypto, el mejor amigo de Superman y leal acompañante desde la infancia. Sin embargo, el pobre can comienza a sentirse desplazado por la llegada de Lois Lane, una amenaza para su rutinaria relación. En medio del despecho, el súper perro no se percata que su amo es secuestrado por la villana Lulu, un conejillo de indias que anteriormente había pertenecido a Lex Luthor.

Dependerá de Krypto y un grupo de inadaptadas mascotas de un refugio que obtienen súper poderes al contacto con la kryptonita naranja, salvar a toda la Liga de la Justicia y evitar que Lulu cumpla sus planes de dominación mundial.

Sí, la trama es de lo más genérica imaginable pero DC Liga de Súpermascotas es gran entretenimiento. La química entre Krypto y el resto de sus acompañantes resultan en un ameno viaje lleno de aprendizajes, donde los niños recibirán varias moralejas sobre los cambios en la vida, la apertura a nuevas relaciones y la aceptación. PB, la adorable porcina, es quien mejor encaja en estas lecciones. Ella admira obsesivamente a la Mujer Maravilla pero al aceptar su condición y al dominar sus poderes, aprende algo importante: no se trata de ser cómo, sino ser igual o mejor. Gran mensaje de superación.

Quien más destaca es Lulu, la malvada de la película. Sabemos que no triunfará, es imposible que lo haga. Pero su desarrollo que la lleva a mantenerse fiel a sus ideales es impresionante. No hay ese poder de la amistad y amor gratuito; es maldad pura, con su toque de humor bobo. Mucho mejor que el 90% de los villanos de bigote retorcido que vemos en otras cintas de súper héroes.

Por otro lado tenemos la intervención de los integrantes de la Liga de la Justicia, parte clave para el humor auto referencial que maneja DC Liga de Súpermascotas. Juega con los estereotipos de siempre: Aquaman es un pelmazo, Mujer Maravilla es audaz y Batman… Batman es la oscuridad en un tono similar al de Lego Batman. El que permanezcan en un segundo plano funciona a la perfección para que dejen brillar a las verdaderas estrellas del filme.

La gran queja esta vez… Tristemente es el doblaje. Alfonso Herrera lo hace bastante bien, es agradable ver como ha madurado en su actuación. El resto es un inconsistente tumulto de star talent que jamás acabará. Mientras que Michelle Rodríguez fue una sorpresa como Lulu, perdón no me compro al Escorpión Dorado y no comprendo porque Linterna Verde debe hablar como veracruzana. Entiendo el público objetivo al que va pero distribuidoras, no caería mal al menos un par de funciones en idioma original como opción para los que quieren disfrutarla así. ¡Daría lo que fuera por escuchar a Keith David como el papá de Krypto o Kevin Hart como Ace!.

DC Liga de Súpermascotas es simple pero divertida, aunque sí hay partes donde la comedia, pudo ser más eficaz. Lo verdaderamente valioso es que conlleva esta interesante y sutil lección sobre la importancia de adoptar mascotas. Padres, váyanse mentalizando a que también la pondrán un sinfín de veces en HBO cuando llegue su momento.

Ahora una reflexión final. Cuando tienes una buena película para niños, no es necesario sembrar polémica en redes por una relación LGBT mostrada en pantalla como una forma de explotar el morbo para generar ganancias en taquilla (aunque la táctica les haya fallado). Aquí hay una y no ves Twitter explotar por ella, ¿o sí? La gente verá a Krypto y sus amigos porque es una historia que vale la pena contar y recordar. Punto para Warner y DC.