Pólvora Live
Gustavo Cordera: el show de los recuerdos y la melancolía
Entre rolas nuevas, viejas y clásicos de Bersuit Vergarabat, este concierto nos llevó hasta nuestras épocas más rebeldes
Todavía recuerdo la última vez que vi a Gustavo Cordera en México. Era el año 2016 y el Vive Latino lo traía como un acto cualquiera más entre su catálogo de bandas que a lo largo de dos días le darían un poco de entretenimiento musical a los capitalinos y turistas nacionales e internacionales.
Me cabreaba ver en letras enormes a gente como Nach, Of Monster And Man, Cultura Profética, Plastilina Mosh, León Larregui o Two Dile Cinema Club, pero en fuente pequeña un tipo que le dio los mejores años del latin ska, el rock en español y de la música latinoamericana de protesta al mundo.
Hace aproximadamente 10 años, el pelado estaba parado en el escenario principal, aplaudido por miles de personas que cantaron sus canciones como si fuese su último soplo de vida, claro, junto a su antigua banda, y hoy, era arrojado en plena noche al más pequeño escenario, una carpa, al mismo tiempo que los estelares: The Prodigy. Maldita injusticia.
Pero luego, el tiempo me puso en mi lugar. Tuvieron que pasar varios años para que Cordera volviera de una pausa casi obligatoria, y una pandemia que destruyó la vida como la conocíamos, haciéndome extrañarlo aunque sea en la carpa más pequeña del Vive Latino o el rincón más mugroso de la CDMX.
La sonrisa volvió cuando se anunció su magno regreso a la música con un disco de nombre “Libre”, y del que ya vimos desfilar sus dos primeras partes: “Mente” y “Cuerpo”. Un disco introspectivo, reflexivo, de baile y pensamiento. Hacía falta, sin duda, llevarlo al escenario.
Y así sucedió el pasado viernes 28 de abril de 2023, en el Bajo Circuito se la Ciudad de México. Aunque me gustaría verlo en el más grande e Impresionante foro que hay en el territorio chilango como la leyenda que es, por lo menos para mí; toca bancarlo en cualquier tarima.
Gustavo Cordera, una noche con la Caravana Mágica
Las acciones iniciaron con un Gustavo acompañado por tres músicos. Bajo, batería y guitarra, quienes no le piden nada a la gran orquesta que cargaba con la Bersuit Vergarabat. Canciones que rescató de aquella época sonaron mucho más rocanroleras, y con los gritotes de la banda, nada hizo falta.
Sin embargo, algo del Pelado sentado en un banco durante más de la mitad del concierto me deja intranquilo. Puede ser que sea parte del espectáculo, pues en este lapso tira las canciones más lentas, las reflexiones y las introspecciones. También las canciones más cabronas de la era Bersuit. Habla con la gente, abre su corazón y comunica lo que siente.
Puede ser eso mismo lo que a ratos le dibuja un semblante medio triste. Se le ve pensativo. Tal vez emocionado porque el público sigue siendo fiel. Intenta sonreír cuando esos párrafos que le mueven el corazón retumban en todas las paredes del bajo circuito en voz de la plebada que le caímos, pero se siente más como un “reír para no llorar”. Puede ser solo mi percepción.
Y en un segundo acto, Cordera se suelta, se aloca, como en los tiempos de antes, como en los grandes festivales donde nunca me lo perdía sin importar la hora, el día, el escenario, mucho menos el precio. Aquí es momento de tirar las cumbias y los chingadazos. De ponerse locos. De cerrar la noche con un buen zapateado, y desestresar la semana que venimos cargando sobre las espaldas.
Gustavo por fin abandona la silla, y se encienden los ánimos con algunos intentos de pasitos cumbiancheros que siempre me han parecido bastante divertidos en El Pelado. Su semblante es otro conpltamente. Su que intenta no errar ninguno de sus milimétricos pasos, termina por caer en la diversión absoluta y se olvida de tener un baile impoluto.
La mejor parte de la música, sin embargo, es cuando ésta evoca recuerdos preciados, y se queda guardada en tu mente junto al nombre de alguna persona, algún bar, una calle, o un recitalz, desde luego, y cuando la vuelves a escuchar viajas hasta ese año, ese mes, ese día, velves a ser feliz, te vuelves a encabronar, te reenamoras, te reencuentras.
Fue lo que pasó exactamente a ritmo de “Yo tomo”, “Se viene” y “La Bolsa”. Tres canciones que nos evocan a las luchas de nuestras juventud, a nuestras disidencias que creímos que durarían para siempre y en donde ahora nos vemos del bando equivocado. Te llegas a preguntar qué carajos estás haciendo con tu vida, pero no como hay nada que se pueda arreglar en 10 minutos, mejor te poner a bailar y a darle de chingadazos a los demás. Te pones a rocanrolear. Ya será mañana cuando intente empezar de cero, retomar la rebeldía.
Setlist de Gustavo Cordera
- Agua de río
- Mi soberano
- Un pacto
- El tiempo no para
- Ser rock
- Perro amor
- Tenete fe
- Caes y te levantas
- Adentro
- Tiradera para vos
- Mi caramelo
- Hablándote
- No es que sea viejo
- Sencillamente
- El baile del error
- Asalto de cumbia
- Bomba loca
- Yo tomo
- Se viene
- La bolsa