Crítica de The First Slam Dunk, la nostalgía del basketball está de regreso

Los años noventa fueron una época de gran relevancia para el baloncesto a nivel mundial, con figuras icónicas como Michael Jordan y su equipo, los Chicago Bulls, dejando una huella imborrable en la historia del deporte. Sin embargo, ese no fue el único impacto que esta década tuvo en el mundo del basketball. También trajo consigo el estreno de un anime que cautivaría a muchos jóvenes en Latinoamérica y los inspiraría con la pasión por el basketball: Slam Dunk.

La pasión en la duela vuelve 30 años después con The First Slam Dunk

Por esta razón, después de casi tres décadas, The First Slam Dunk se presenta como un apasionado tributo a la serie que nos enamoró hace tanto tiempo. En poco más de dos horas, esta película encapsula la esencia pura de lo que Takehiko Inoue nos mostró tanto en el manga como en el anime.

Tanto para los devotos seguidores de la serie como para aquellos que desean descubrirla por primera vez, esta película es una oportunidad inigualable para sumergirse en este fascinante mundo. The First Slam Dunk es una carta de amor a los aficionados, una celebración de la pasión por el basketball y una invitación a revivir la magia que nos cautivó en su momento.

Además, The First Slam Dunk representa el primer trabajo de Takehiko Inoue como director, asumiendo también el rol de guionista, lo que le otorga un peso significativo en la visión y realización de la película. Para dar vida a esta obra en la pantalla, se contó con el talento de Toei Animation y Dandelion Animation Studio, quienes crearon animaciones sorprendentemente asombrosas y, en ciertos momentos, incluso realistas, brindándonos una experiencia más cercana al mundo del manga.

¿Qué vamos a ver en The First Slam Dunk?

Directo y sin escalas llegaremos a un juego crucial dentro de la historia de este manga, el club de basketball de la Escuela Secundaria Shohoku se enfrenta al invicto y poderoso Instituto Sannoh en el Campeonato Nacional Interescolar. La historia se centra en el jugador base de Shohoku, Ryota Miyagi, conocido por ser el velocista y constructor dentro de su equipo.

Ryota, siguiendo los pasos de su hermano mayor, se adentra en el mundo del basketball con un objetivo compartido: vencer al equipo número uno de Japón, el Instituto Sannoh. Junto a sus compañeros de equipo, Sakuragi, Rukawa, Akagi y Mitsui, se lanzan a la cancha para hacer realidad sus sueños. Cada uno de ellos enfrenta logros individuales, pasados personales y desafíos que chocan violentamente en medio del juego, tejiendo así una trayectoria única.

Una de las características más destacadas de esta película es su habilidad para tomar una gran parte del manga y condensarlo en una historia de 124 minutos. De manera fluida, combina la intensa y rápida acción de un emocionante partido de baloncesto con diversos flashbacks que nos sumergen en la historia y el crecimiento conjunto de los miembros del equipo de Shohoku a lo largo del tiempo.

En este contexto, la historia de Ryota se convierte en un puente esencial en la narrativa, conectando los distintos elementos y brindando una experiencia cinematográfica enriquecedora. La combinación de estos dos elementos crea momentos frenéticos en la película, que luego se equilibran con escenas melancólicas para evitar que las sensaciones se saturen demasiado durante el transcurso de la trama.

¿Qué tal es la animación de esta película?

La sensación de estar en un partido de baloncesto en vivo se logra gracias a las dinámicas tomas de la cancha desde la perspectiva de pájaro y las perspectivas de los jugadores, que contribuyen a una narrativa emocionante y llena de pura emoción durante toda la película.

La animación es impresionante y honra el legado de la franquicia, con una combinación de estilos 2D y 3D que realza la experiencia del juego. El equipo de animación cuida hasta los más pequeños detalles para hacer que cada personaje sea genuino y humano.

Además de estos detalles, la película rinde homenaje al basketball de los años 90 con diseños de sneakers, manejo del balón y clavadas icónicas que muestran el amor y respeto del creador y el equipo creativo hacia el deporte. Como seguidor del basketball, disfruté cada momento, y esta película confirma por qué Slam Dunk es un amado anime y manga de este deporte.

El doblaje latinoamericano presente en The First Slam Dunk

Indudablemente, el trabajo impecable realizado por Kem Media (Konnichiwa Festival) en colaboración con Toei ha permitido que el doblaje latinoamericano, liderado por Rene Garcia (voz de Sakuragi desde el anime y conocido también por interpretar a Vegeta), resalte en cada uno de los emocionantes momentos vividos tanto dentro como fuera de la cancha.

A pesar de algunos fallecimientos, cambios internos y el transcurso de 30 años, el elenco de voces nuevas logra refrescar la esencia inquebrantable de Slam Dunk. Ninguno de los personajes ha cedido ante el paso del tiempo; al contrario, han ganado aún más energía y fuerza gracias a la nueva animación.

Es importante destacar que, aunque algunos puristas del anime prefieren ver las series o películas en su idioma original, hay trabajos que trascienden fronteras y alcanzan el mismo nivel que el doblaje original. En este sentido, The First Slam Dunk es una clara muestra de ello y ocupa un lugar destacado dentro de esta categoría.

Conclusión

The First Slam Dunk es una película que captura la esencia del basketball de forma magistral. Con sus personajes clásicos, la trama se desenvuelve de manera compleja, pero su ritmo es perfecto.

Aunque Hanamichi Sakuragi no es el protagonista principal, su presencia no se subestima en absoluto. Con líneas memorables, travesuras y una inquebrantable determinación que cautiva, Sakuragi se convierte en el alma del equipo, cambiando el ánimo en la cancha y siendo un sólido pilar para sus compañeros. A pesar de ser un novato en el juego, su ingenio no tiene límites y aporta valiosas ideas.

Más allá del intenso juego en la cancha, el corazón de The First Slam Dunk se encuentra en los personajes y sus luchas internas. Cada jugador enfrenta presiones y dolores aplastantes, dejándolo todo en la cancha. El arco de Ryota es el núcleo emocional de la película, destacando su lucha para salir de la sombra de su hermano mayor y cumplir un sueño compartido.