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Ganadores del Ariel 65: Un Norte se robó la noche del Bardo

Aunque la ceremonia histórica del Ariel 65 parecía tener dos claros favoritos, fue El Norte sobre el Vacío quien se llevó el gran premio de la velada

AJ Navarro

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Aunque la ceremonia histórica del Ariel 65 parecía tener dos claros favoritos, fue El Norte sobre el Vacío quien se llevó el gran premio de la velada

Después de superar las dificultades que amenazaban con la cancelación del premio otorgado a lo mejor del cine mexicano por la AMACC (Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas), la ceremonia 65 del Ariel se llevó a cabo en una nueva casa, Guadalajara, siendo el Teatro Degollado el escenario para una ceremonia histórica con los detalles de siempre, donde Bardo: Falsa Crónica de unas cuantas Verdades se llevó 8 premios y Huesera obtuvo cuatro preseas, aunque ambas sucumbieron ante una sorpresiva ganadora.

 La noche histórica del Ariel 65

Nos hemos caído, nos han tirado pero siempre nos hemos levantado y reinventado. Hoy, estamos aquí para celebrar. Bienvenidos a la 65 Ceremonia de la entrega del Ariel”, dijo Leticia Huijara, presidenta actual de la AMACC para comenzar la ceremonia a ritmo de un musical bastante extraño  que mezcló mariachi con rock y jazz al son de Ay Jalisco no te Rajes para dar paso a la entrega de los primeros premios de la noche correspondientes a los cortometrajes.

En corto animado el triunfador fue Samuel Kishi Leopo  por la nostalgia de El año del Radio, coronándose en su tierra natal. “Que viva el cine, Jalisco y el cine de animación, chingao”, afirmó el realizador. En cuanto al cortometraje documental, Enrique García Meza levantó el galardón por Las Nubes son de Música, proyecto que nació en Guadalajara y finalmente, Lucina Herrera Caso ganaba con el cortometraje de ficción, Agustina.

Samuel Kishi Leopo triunfó en su tierra gracias al emotivo corto animado El Año del Radio. Foto: AMACC.
Samuel Kishi Leopo triunfó en su tierra gracias al emotivo corto animado El Año del Radio. Foto: AMACC.

Una de las sorpresas de la noche ocurrió con Trigal, ópera prima de Anabel Caso, que se llevó dos preseas, siendo una para Emilia Berjón, hija de la nominada Arcelia Ramírez como Mejor revelación actoral. “Estoy agradecida por todos los aprendizajes y por formar parte de una cinta llena de mujeres y representación femenina”, expresó la joven actriz, mientras que Úrsula Pruneda levantaba el Ariel por la Mejor coactuación femenina que felicitó a sus compañeras de categoría y confesó que este premio la “alimenta para tener ganas de seguir”.

Por la Mejor coactuación masculina, Raúl Briones dio la campanada por su papel en El Norte sobre el Vacío, siendo el único galardón que recibiría el filme durante la noche hasta es momento final tan polémico. Sin embargo, el actor no dudó al lanzar una pedrada al Gobierno estatal durante su discurso de aceptación. “Estoy siendo reconocido por interpretar a un narco que es asesinado intentando extorsionar a una familia y lo recibo en el estado de Jalisco. Me parece muy fuerte”, afirmó conmovido y con cara de dolor.

La Mejor película Iberoamericana no tuvo sorpresas, pues Argentina 1985 se llevó las merecidas palmas, aunque Santiago Mitre no asistió a recibir el galardón. Asimismo, otra ópera prima, Zapatos Rojos, se llevó la presea por Mejor música original. Otro gran momento sucedió con el empate en la categoría de Mejor Documental, donde Andrés Káiser y Helmut Dosantos compartieron el premio gracias a sus propuestas, Teorema de Tiempo y Dioses de México respectivamente, mientras que otro documental se llevó la Mejor película animada, Home is Somewhere Else, de Carlos Hagerman y Jorge Villalobos

Un empate meritorio se dio con la categoría de Mejor Documental en el Ariel 65. Foto: AMACC

Los discursos y las fallas de la noche

Durante el evento, la directora de la AMACC pronunció un discurso interesante. “Con esta ceremonia se inaugura un sueño largamente anhelado: propiciar encuentros con quienes hacen cine en las distintas regiones del país y con los diferentes públicos que las habitan. Descentralizar la ceremonia es dar un paso firme en el reconocimiento de la diversidad y pluralidad de voces que conforman el universo de nuestra industria.  Jalisco es, y ha sido, cuna de importantes creadores, gestores y promotores del quehacer cinematográfico. Es también un semillero de jóvenes cineastas que enriquecen el imaginario y la identidad cultural de nuestro país”.

“Desde la AMACC, hacemos un respetuoso llamado a nuestros legisladores y a las autoridades a retomar un diálogo abierto con la comunidad cinematográfica con el fin de analizar conjuntamente cuál es el mecanismo más adecuado para garantizar el fomento de manera autónoma y eficaz. Aprovechamos para recordarles a las candidatas a la presidencia que es impensable una agenda electoral que no contemple a la educación, el arte, y la cultura como prioridad en sus agendas, como ejes rectores de políticas públicas que promuevan la equidad, la igualdad y los derechos fundamentales del ser humano”, continuó Huijara.

“La Academia reconoce el trabajo invaluable de todos los trabajadores cinematográficos y manifestamos nuestra solidaridad con los colegas del cine norteamericano que están luchando en este momento por sus derechos pues es fundamental mantener la ética en nuestra industria. Quiero agradecer a la comunidad cinematográfica que cerró filas en momentos de crisis para nosotros. La importancia de cuidar, preservar e incentivar la cultura cinematográfica va más allá́ de momentos históricos. ¡Que viva el cine que nace en todos y cada uno de los rincones de este país, que viva el cine mexicano!”, puntualizó la actriz. 

Entre política y arte, la entrega de los Arieles de Oro tuvo bellos momentos al reconocer al maestro Juan Mora Catlett, presentado por Tony Khun y a Marcela Fernández Violante, quien no pudo estar en la ceremonia por lo que la directora Kenya Márquez entregó el reconocimiento a su hijo y su nieta. Y ni qué decir del merecido galardón para el Departamento de Imagen y Sonido de la Universidad de Guadalajara, mismo que fue dedicado a la memoria del ex rector de la escuela, Raúl Padilla López.

La alegría conmovió al maestro Mora Cattlet quien hizo un llamado a continuar con la creación de cine. Foto: AMACC

Pero uno de los momentos más terribles de la noche ocurrió en el In Memoriam, donde una mala dirección de cámaras opacó el momento donde las imágenes de varios de los fallecidos este último año no pudieron apreciarse en su totalidad, afectando la memoria de figuras como Andrés García, Alonso Echánove, Andrés Tirado, Antonio “la Tota” Carbajal, Carmen Sevilla, Fernando Becerril, Joana Brito, Irma serrano, Pablo Milanés, Polo Polo, Xavier López “Chabelo” e Ignacio López Tarso, que cerró el clip con una despedida al estilo de Macario. 

Grandes ganadores y una sorpresa desde ‘el norte’

Huesera se alzaba con cuatro galardones, siendo los más importantes Mejor ópera prima y Mejor guion original para Michelle Garza Cervera y su compañera, Abia Castillo, que aprovechó para lanzar un grito célebre: “vivan las historias y quienes las creamos”. Mientras, La Civil se iba con el galardón a Mejor Actriz para Arcelia Ramírez, coronando una noche histórica en la que madre e hija se llevaron el premio de la Academia a casa. “Este Ariel es para las mujeres que, por desgracia en este país, están buscando a sus hijos desaparecidos. Ojalá que México camine hacia un sistema de justicia que no permita a ninguna Cielo más”, expresó tajante la ganadora. 

Michelle Garza Cervera y Abia Castillo se mostraron felices por los triunfos de Huesera en el Ariel 65. Foto: AMACC
Michelle Garza Cervera y Abia Castillo se mostraron felices por los triunfos de Huesera en el Ariel 65. Foto: AMACC

Mientras, Bardo arrasaba poco a poco con la noche, coronándose con esos ocho premios, siendo dos los más aplaudidos: Daniel Giménez Cacho como Mejor Actor y Alejandro G. Iñárritu en Mejor Dirección. “Es algo muy significativo para mí, agradezco que todos han abrazado la película desde el inicio, haciéndome sentir en casa. Me siento muy honrado y contento de compartir esta nominación con cuatro talentosas directoras. Dedico este premio a mi familia que se convirtió en parte de una película que es una exploración interna y un viaje hacia afuera para reconectar con mis raíces. Regresar 20 años después de Amores Perros y tener esto en mis manos me emociona mucho”, expresó el realizador.

Por su parte, Daniel Giménez Cacho, que interpreta a la extensión ficticia de Iñárritu en Bardo, declaró: “Agradezco a todos los que lograron traerme hasta acá. Quiero aprovechar para mandar un saludo a todos los que resisten, los que luchan por contar su propias historias, los que se pusieron como meta hacerles ver con empeño que la disolución del fideicomiso fue un erro, así como a los escritores de EEUU que pelean por nuestros derechos”.

Momento mágico. Giménez Cacho celebra en la sala de reacciones el premio de su amigo, Alejandro G. Iñárritu. Foto: AMACC

Sorpresivamente y contrario a  todo pronóstico de la velada, la Academia otorgó el Ariel de Mejor Película a la cinta de Alejandra Márquez Abella, El Norte sobre el Vacío, robándole el premio a las mayores ganadoras de la velada, quienes habían dominado. La sorpresa fue visible para muchos, incluso para Poncho Herrera que leyó el título triunfador ante la algarabía del equipo detrás del filme en una decisión polémica que dará mucho de que hablar.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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