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Pearl Jam – Gigaton

Cuando Pearl Jam se lo propone puede hacer canciones muy buenas en Gigaton pero también pueden ser muy tediosos si dejan libre a Vedder

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Cada vez que Pearl Jam anuncia gira o disco nuevo uno voltea a su cartera, es inevitable, son de las bandas más queridas desde su nacimiento en los lejanos años 90.

El hype que genera una banda como esta se cuentan con los dedos de una mano, ahí encontramos a Iron Maiden, Metallica, AC/DC o Guns N’ Roses; estamos hablando de Eddie Vedder y compañía, nombrados como de los últimos estandartes del grunge pero nada más alejado de esto, ellos son de Seattle más no son grunge (tampoco Alice In Chains), salvo el Ten. Desde un inicio Pearl Jam ha sido hard rock y pasando los años Vedder ha mostrado una faceta más cercana al rock sureño inspirado por Joe Cocker o Bruce Springsteen.

Los fans de hueso colorado dirán que Gigaton es lo mejor que han oído en años, claro ha pasado una sequía de siete años y los primeros sencillos dejaron un buen sabor de boca: “Superblood Wolfmoon” y “Dance Of The Clairvoyants”. Los que no son tan seguidores de Pearl Jam encontrarán en estos temas algo llamativo también, su calidad es indudable pero parece que soltaron lo mejor del disco de golpe.

El anterior, Lightning Bolt es un muy buen disco, potente y con momentos que te hacen pensar que tienen la energía de los años del Ten o Yield, pero aquí en Gigaton también muestran esos medios tiempos que matan la sinergia del disco, esto en los momentos finales que se vuelven tediosos. Antes de su salida, señalaron que era un disco muy rockero, pesado, con idas y vueltas de emociones y uno pensaría que involucraría mayor velocidad, pero no va por ahí, es ordenado y con sus momentos feroces cuando amerita. Es un álbum del cual se cantarán sus sencillos en vivo pero otras canciones pasarán al olvido a menos que seas muy acérrimo a la banda.

El inicio de Gigaton de Pearl Jam es lo que uno esperaba con “Who Ever Said”,la voz de Vedder suena con ese enojo de años, es sencilla y de esas que le llegan a cualquiera fan o no, con la llegada de sintetizadores para adornar los riffs de Mike McCready.  De hecho es un track muy similar a “Superblood Wolfmoon”. Por su parte, con una onda más electrónica, dance, que envidiarían The Strokes o The Horrors es “Dance Of Clairvoyants”, ese beat de Jeff Ament en el bajo lo es todo.   

“Quick Escape” es otro buen track donde el riff de guitarras te atrapan de inmediato, luego una secuencia que te atraviesa al coro y para gritar ‘Quick escape!”, es cadenciosa y en vivo será liberadora y con un solo de McCready al final que solo le falta romper la guitarra a golpes.

Ya que andas a tope, ¡PUM!, “Alright” llega como una rola psicodelica beatlesca que solo le falta George Harrison en traje hare krishna, es auto contemplativa con buenos arreglos. Si la anterior era un escape este es el momento de la relajación tras la adrenalina.

“Seven O’clock” ya tiene más de ese estilo sureño que ama Vedder pero con un ambiente setentero aderezado por los sintetizadores. Tiene una armonía vocal bastante agradable, solo necesitas saberte la letra para cantarla a todo pulmón. Ahí lo importante de un buen booklet y no lo digital.

Después de este relax “Never Destination” regresa a esa velocidad del inicio, aquí lo único que podría reprocharse es que le hace falta ser más crudo, menos limpio en su producción, esa parte que tienen en vivo y que te hace no explotar como debería desde tu casa.

Por otro lado, “Take The Long Way” es más directa, con mayor presencia de la batería de Matt Cameron, buena explosión de coro con un ritmo cortante que da espacio a las distorsiones de Gossard y McCready.

A partir de aquí todo se derrumba dentro de ti, dentro de ti.

Volviendo a la parte southern y que es de esas canciones que pasarán sin pena ni gloria tras un tiempo, “Buckle Up”, un simple relleno. La acústica y country “Comes Then Goes” va por el mismo camino, más para un cierre que otra cosa, bajando por completo el ánimo. Ya son más como canciones de fogata en campamento. Bajo el mismo tenor “Retrograde” que nos remite a canciones de R.E.M. pero que en Pearl Jam no aplican con el mismo éxito y el final ya es de pleno góspel con “River Cross”, si lograste llegar a él, no encontrarás una bella recompensa, encontrarás una canción más.

Con Gigaton entendemos la importancia de tener un disco físico, que te ayude a mejorar la experiencia. Con canciones bastante buenas en su primera y parte media, pero que se cae en el abismo Vedder introspectivo al final, sintiéndose un cambio brusco, caso que no ocurría en Lightning Bolt. Seguramente los fans lo amarán, tienen canciones con que basarse pero como un disco por completo, dejó un tanto que desear.

Editor de Pólvora, periodista musical y fotógrafo desde hace más de 10 años. Licenciado en comunicación social con la tesis El Rock Como Movimiento Social en la UdeC. Fan de los deportes, cómics, la ciencia ficción y películas de acción basura de los años 80-90.

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