Cine
Crítica: La Cacería (The Hunt)
Una entretenida película de acción que fracasa miserablemente en establecer un verdadero discurso social.
Hace algunos meses “La Cacería” generó controversia en redes sociales por razones poco inteligentes, muchas de ellas derivadas de la indignación del presidente anaranjado del país vecino. Y así, su fecha de estreno tuvo que ser aplazada hasta 2020 solo para descubrir lo que parecía inevitable: efectivamente, los alegatos eran exagerados y la polémica era innecesaria.
En “La Cacería”, un grupo de individuos despierta en medio de un bosque solo para descubrir que están siendo cazados por un grupo de petulantes liberales de élite. No obstante, una de estas ‘víctimas’ resulta poseer sobresalientes habilidades de combate y entre un mar de mentiras, comienza a voltearle el juego a los cazadores.
“La Cacería” es una película extraña. Aunque las escenas de acción dan en el blanco, su sátira social es un completo desastre. La historia intenta plasmar los peligros del extremismo en las ideologías que permean en 2020, y lo hace con mucha franqueza. Sin embargo, la ejecución se siente explotativa y el mensaje se desparrama en un montón de ideas que buscan burlarse de la vida norteamericana, pero que rara vez aterrizan.
Se abordan temas como el fake news y la manera en cómo el Internet puede tomar una mentira y convertirla en un hecho sin fundamento alguno. Además, la trama husmea con sexismo, inmigración, cambio climático y el derecho estadounidense de portar armas, siempre en tono de mofa. “La Cacería” lanza bromas tanto a liberales como conservadores, intentando aterrizar el punto de que los extremos son malos, pero el discurso es ordinario, flojo y rara vez gracioso provocando que la película constantemente se caiga en baches ideológicos.
La razón por la que “La Cacería” llega a destacar es por la acción y su conductora principal, Betty Gilpin (“GLOW”). Esta mujer se apropia del papel, entrega sus líneas con carisma y brilla como una estrella pateatraseros: siempre parece estar un paso adelante de todos y su inteligencia se traduce en momentos de emoción. Sin duda alguna, ésta es mejor película de acción que una sátira y Gilpin es su propulsora.
El primer acto es refrescante pues a través de sus giros, no sabes con certeza quien es protagonista o quien va a sobrevivir. El ritmo es constante y hay poco respiro; pocas veces te encontrarás distraído. Además, hay sólidas actuaciones y la pelea final es fabulosa. Es una lástima que el guión le haya fallado a los otros departamentos. El director Craig Zobel no logró elevar al filme más allá de un experimento fallido.
A pesar de ser muy entretenida, “La Cacería” fracasa miserablemente en establecer algún tipo de discurso social: se cree más inteligente de lo que en realidad es. Son las escenas de acción la verdadera fortaleza del filme y es a través de ellas que Craig Zobel le saca más jugo a la historia.