La colección secreta de vinilos de la Casa Blanca

Entre las leyendas urbanas de los recintos más importantes alrededor del mundo, hay una que es muy sonada, la de tener colecciones inmensas en los sótanos. Por ejemplo, se me viene a la cabeza que el Archivo Secreto del Vaticano del Vaticano que guarda las correspondencias papales con varios personajes ilustres que se remontan a más de 1000 años, y que fue retomado en el libro de Dan Brown, Ángeles y Demonios. También, abajo del Museo de Louvre en París existen muchos pisos con nada más y nada menos que 380 000 piezas que no han salido a la luz.

Pues bueno, ahora nos transportaremos a la famosa Casa Blanca, la cual sin duda gurda muchísimos secretos como el búnker subterráneo para proteger al presidente. Pero bueno, más allá de eso, John Chuldenko -nieto del expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter- ha protagonizado una interesante historia alrededor de una impresionante colección de vinilos.

Todo comenzó en el 2008, cuando en uno de los viajes anuales organizados por la familia, el tío de John, Jeff Carter -hijo del expresidente- contó una anécdota. Mientras vivía en la Casa Blanca, tenía como 20 años y se encontraba escuchando un disco de los Rolling Stones junto a sus amigos. La anécdota hubiera terminado con la puerta abierta y con Rosalynn Carter y la Segunda Dama Joan Mondale del otro lado.

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Comienza la investigación de Chuldenko…

Pero, Chuldenko quería saber más sobre los vinilos, y sobre cómo las había conseguido su tío. Así que Jeff se explayó diciendo que en la residencia se guardaba una selección oficial de discos. La idea se quedó plantada en su cabeza ya que nunca había leído o escuchado sobre este colección de música.

Y bueno, ser el nieto de un expresidente tiene sus ventajas. Ya que el siguiente paso fue ponerse en contacto con la Biblioteca Presidencial Jimmy Carter, y cual proceso burocrático, un archivista pasó información para alguien en la oficina del curador de la Casa Blanca. Después de mandar un mail, recibió una respuesta corta, concisa y poco alentadora: ‘Sí, realmente no sé de qué estás hablando, pero investigaremos un poco’.

Después de algún tiempo, por fin recibió una respuesta más clara sobre su duda:

‘Estimado John: Sí, tenemos una colección de registros almacenada en una instalación externa segura. Debido a que es seguro, no puedo transmitir la ubicación exacta donde se almacenan los registros’.

Las dos colecciones de vinilos de la Casa Blanca

La primera colección de la Casa Blanca fue formada a principios de los 70 por la Recording Industry Association of America, el grupo comercial de DC que representa a las compañías discográficas. A la Casa Blanca le interesaba crear una colección similar a su biblioteca de libros, así que formó equipo con la RIAA, la cual seleccionó música todos los géneros. El encargado de hacer la curaduría fue Johnny Mercer, que tenía como objetivo crear una biblioteca que reflejara los gustos estadounidenses en la era posterior a Woodstock.

Esta primera colección de más de 1800 LP se presentó a la Casa Blanca en 1973, y tenía varios artistas más fáciles de escuchar como Lawrence Welk, Don Ho, Frank Sinatra y Perry Como, hasta Elton John y The Doors.

Para finales de la década de los 70, la Casa Blanca quería complementar esta biblioteca con los nuevos gustos de los jóvenes. Así que para esta segunda colección se reclutó al crítico de jazz Bob Blumenthal -que había fichado a Bob Dylan, Aretha Franklin y Bruce Springsteen– y uno de sus asesores, Kit Rachlis, para que fueran los curadores.

Esa colección, entregada en 1981 a la Casa Blanca, está más enfocada al rock and roll con artistas como Chuck Berry, Neil Young y Bob Dylan, junto con algunos discos a los que Chuldenko se refiere como controvertidos:

‘El primer disco de Clash está ahí, los Sex Pistols están ahí. Rocket to Russia de The Ramones está allí. Tienes unos discos de Funkadelic allí. Hay algunas cosas que no esperarías que estuvieran en la biblioteca de discos de la Casa Blanca’.

Cita de la entrevista realizada por npr.com

La visita soñada de Chuldenko

Para la Navidad del 2010, y después de mandar muchas peticiones e insistir por todos los lados, las oficinas de la primera dama Michelle Obama le abrieron las puertas a Chuldenko. Y, para ir a esta aventura, reclutó precisamente a los dos curadores de la segunda colección de vinilos de la Casa Blanca.

Rachlis, que en ese momento era editor de música en el Boston Ph. Comentó: ‘La idea de ayudar a elegir los discos pop para la biblioteca de música de la Casa Blanca parecía un gas, una enorme cantidad de diversión’.

Por fin, al entrar en esta impresionante colección de la Casa Blanca, fue algo abrumador:

‘Entramos y todos están en estas cajas de cartón. Y es como, ‘guau’. Aquí estoy en la Casa Blanca, abajo en la sala de cine, investigando estos registros que están grabados en carpetas con sellos presidenciales. Es lo mejor para un coleccionista de discos. Probablemente sea la colección de discos más exclusiva del mundo’.

Lo más triste de todo, es que lamentablemente esta colección no vuelva a ser escuchada en mucho tiempo:

‘Devolvimos todo a donde pertenecía y entraron con estos carritos y comenzaron a llevarse estas cajas de cartón llenas de discos, y creo que fue en ese momento cuando me di cuenta de que iban a llevar esto de vuelta a la instalación de almacenamiento seguro. Nadie volverá a ver esto nunca más’.

Así que desde los 80, esa colección de la Casa Blanca se encuentra sumamente desactualizada. Así que el siguiente proyecto de Chuldenko – al ver que no pudo sacar un documental de estas cintas por falta de financiamiento- es actualizar esta colección con una lista de reproducción escrita con contribuciones de personas destacadas.