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Monkeybee Festival, la verdadera fiesta del rock and roll en México

El Monkeybee Festival regresó con su tercera edición para un gran festín lleno cerveza y mucho rock. Aquí te contamos que tal estuvo.

Mario Valencia

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Resumen del Monkeybee Festival 2022

La tarde del sábado 10 de diciembre fue calurosa. Entre el tránsito y lugares atiborrados, miles, sino es que millones de pantallas en CDMX y la periferia, sintonizaban el encuentro entre Inglaterra y Francia; un drama total. Pero hubo un punto en la delgada frontera entre la CDMX y Naucalpan, que concentró a un puñado de entusiastas melómanos. En una especie de oasis junto al Bazar de Lomas Verdes, se llevó a cabo la tercera edición del Monkeybee Festival en una demostración de ser una auténtica fiesta, sin mayor pretensión más que pasarla bien.

Monkeybee Festival, un respiro a lo acostumbrado

Sin idioteces de pulseras cashless (todo en sano efectivo y tarjeta con Clip, benditos sean), precios relativamente accesibles, concursos de skate y DJs, arrancó el festival con bandas nacionales con un excelente potencial.

Mala Suerte fue la primera en desatar un gran caos en la gente. La tierra comenzó a levantarse por el slam y los gritos retumbaron fuerte. Le siguió Vondré, cuarteto que después de haber visto dos veces este año, solo puedo desearles que crezcan para ser la siguiente gran banda nacional. Tienen todo para triunfar: grandes rolas, presencia en el escenario y una pasión desmedida. Al final cerraron con un excelente cover a Nirvana, aunque el audio ya comenzaba a jugar malas pasadas. Si logran mantener su fecha con Placebo el próximo año, podría ser su gran plataforma a futuro.

Otra estupenda sorpresa fue Muérete tú. A este trío de jovenazos los conocí en una tocada en la sala de los Monkeybee. Aquella fue su primera vez ante un público y el nerviosismo había sido notorio. Pero su show en el festival… Sin palabras. Una agrupación que trabajó para madurar en el escenario mientras interpretan un furioso punk que solo los años de juventud pueden expresar. ¡Saquen un EP para que más los conozcan!

Vondré en el Monkeybee Festival
Cuando alguien te diga una perrada tipo “ya no hay buen rock”, les pones ‘Lilith’ de Vondré. De nada. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Entrada la noche, comenzaron los actos principales pero también, los problemas técnicos. Tanto The Macks como Los Diabólicos, sufrieron constantemente con la iluminación y el sonido. Sin embargo, las bandas, fieles a lo que simbolizan, siguieron adelante con sus recitales. En especial los estadounidenses, quienes lucían entusiastas por su presentación oficial en nuestro país. “Es la primera vez que viajamos tan lejos”, me comentó el vocalista entre las mesas de la comida, minutos antes de subir a tocar y de preguntarme con curiosidad, que era un choripan. Bien jocoso.

Nada que unos minutos más de preparación no resolvieran la situación para que el cierre del Monkeybee Festival, fuese perfecto. De nueva cuenta, los Mala Suerte tomaron el escenario pero en esta ocasión, para acompañar a una auténtica leyenda, al pionero que la generación digital ha reconocido como el padre del punk: Papi Saicos, voz y líder de la banda peruana Los Saicos.

Es impresionante ver como, a pesar de su avanzada edad, las ganas de rockear siguen muy presentes. No faltó ninguno de los himnos que le dieron fama, mismos que acompañó con varias anécdotas: “Come On”, “Cementerio”, “Ana” y claro, “Demolición”, donde hasta el baterista y guitarrista de Black Lips subieron para corear. Maravilloso que una canción de 1966 armó el slam más grande de todo el festival. “¡Papi, Papi!”, le gritaban. Él respondió, “¡México, México!”. Un grande, fue una oportunidad única.

Finalmente, tras un breve retraso, Black Lips tomó el escenario entre las notas del sax de Zumi Rosow y los tarolazos de Oakley Munson. Su rock con tintes sureños y punk, atrapó de inmediato a todos para alzar una lata de Carta Blanca al aire. Por ahí sonaron “Georgia”, “Bad Kids”, “Family Tree” y “Stranger”, puro rolón que inspiró a muchos a seguir con la destrucción hasta el final. Se ve que el after se puso bueno.

Papi Saicos en el Monkeybee Festival
Muy elegante por fuera, punk por dentro: Papi Saicos es el ejemplo de que para el rock no hay edad. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Un evento que debe dar el gran salto

Hubo detalles que mejoraron la experiencia del Monkeybee Festival en relación al año pasado. De entrada, ya que hubiera mayor variedad de bebidas, se agradece, pero también la vendimia de arte alternativo y mercancía oficial de los actos (bendito puesto de Venas Rotas con libros y vinilos) fue un acierto. Sin embargo… Les urge buscar una casa que cumpla en todo aspecto.

Es evidente que muchos se desanimaron por la distancia, pues aunque Lomas Verdes es de los pocos lugares accesibles del Edomex, en cuanto la gente escucha esta demarcación, le huye. El Jardín 4 Barrios es un lugar con muchísima personalidad pero su propia infraestructura no se presta para un evento así, algo que se vio reflejado en las fallas repentinas con la conexión eléctrica que afectó al sonido y la iluminación.

Pero lo más valioso, es que estamos ante uno de los pocos festivales en el país que tiene una personalidad muy marcada, un alma rebelde que une a amigos entusiastas de música más underground, dispuestos a huir de lo convencional y brindar por ello con una cerveza bien fría. Más que concierto, se sintió a una fiesta. Pocos pueden congraciarse de ello. ¡Larga vida al Mono Abeja!

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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