Pólvora Live
BLACKPINK en el Foro Sol: dejando huella en la historia
La primera vez en México de Jennie, Jisoo, Lisa y Rosé estará en boca de todos por varias generaciones
Desde muy tempranas horas comenzó a sentirse un ambiente Blackpink en el Foro Sol; no, tal vez quise decir días antes y en toda la Ciudad de México. Restaurantes, cafeterías, estudios de tatuaje, servicios de streaming, todos se sumaron a la emoción colectiva por la llegada de las coreanas.
Como en cualquier otro concierto, desde muy temprano había muchísima gente haciendo fila para entrar, con la pequeña diferencia de que algunos pagaron más de 20 mil pesos para tener un acceso apresurado, estar muy cerca de la banda y ser testigos de su prueba de sonido. Tal vez tener un saludo exclusivo. Tal vez un apretón de mano. Tal vez un gesto de corazón con las manos. Signos de agradecimiento. De amor.
Después de ellos, continuaron con la entrada de los y las fanáticas con menos privilegios (o ninguno) a pesar del precio de sus entradas a varios metros de la sección VIP, en gradas, en platino y la muchedumbre de pie que buscó hasta el más pequeño hueco para tomar asiento en la alfombra durante más de tres horas expuestos al calor insoportable.
Por la pista de carreras para autos desfilaron infantes, adolescentes, jóvenes, adultos maduros, adultos, adultos mayores. Una banda que no conoce las fronteras generacionales. Podría parecer que algunos y algunas únicamente acompañaban a sus hijos e hijas, pero al sonar el primer guitarrazo tras apagarse las luces, les temblaron las piernas, se les erizaron los pelos, y enloquecieron cómo si ellos mismos las tuvieran como ídolas.
Ese mismo público transformó el concierto de una simple anéctoda en el medio del Autódromo Hermanos Rodríguez a una verdadera experiencia de otro nivel. Todo se concretó en las redes sociales. En grupos de WhatsApp. Se pusieron de acuerdo para cargar banners, para crear vestuarios, para hacer pre fiestas, rentar un party bus, y hasta se hicieron colectas monetarias que terminaron en un fondo para comprar sombreros de mariachi con los colores característicos de Blackpink que se robaron el show cuando fueron usados por las mismísimas cantantes.
Es el mismo público que las dejó con la boca abierta y los ojos brillantes cuando escucharon las porras con sus nombres muy al estilo conciertero de barra deportiva. Es imposible pensar que después de siete años en la música, dando giras mundiales, y habiendo pisado los mejores foros para tocar su música, todavía puedan encontrar algo que les ponga la piel de gallina. Es la magia mexicana. Es la fiesta latinoamericana.
Y aquí es únicamente donde la historia comienza.
Blackpink por primera vez en México
El pasado fin de semana y el anterior a este compartieron un suceso, Blackpink fue parte de los dos fines de semana más musicalmente esperados de Indio, California, y los Estados Unidos, Coachella. Ambos, además, vieron entre las tendencias más importantes de la jornada en las redes sociales, la participación del cuarteto coreano como acto principal de su segundo día. Las blinks mexicanas lo vieron en internet, y resumieron aquello como una barbaridad. Un tremendo señor concierto.
Pero en vivo, y a todo color, son unas demonias del espectáculo. Son unas cantantes imponentes, apasionadas, aguerridas y divertidas, y bailan milimétricamente fenomenal, ejecutando intensas cargadas, hermosas figuras humanas cuasi geométricas, sensuales bailes de tubo, inspiradores y románticos duetos en pareja e intrépidas improvisaciones cuando se requiere.
Ellas y la mayoría de las personas en el inmueble, pues a la menor provocación demuestran que se saben cada paso. Cada manoteo, caderazo, cabezazo y patada. Por decir.
Es verdad que decepciona un poco el diseño de escenario y el juego de luces, luego de husmear un poquito por internet para encontrarte monumentales creaciones sobre la tarima que han mostrado en otras partes del mundo, pero lo compensan con cosas como cantar más y mejores canciones, hacer un verdadero recorrido por su carrera musical y no sólo sus grandes hits, con mucho fuego, muchas chispas, harta serpentina, divertido confetti, extensos momentos de baile, solos instrumentales y coloridos fuegos artificiales.
Por cierto, punto aparte la banda que les acompaña. Cuatro músicos tras la batería, la guitarra, el bajo y el teclado, que podría parecer muy simple, pero hay que igualarlos necesariamente con un coro celestial. Parecieran 50 gentes en escen. Son un ensamble alteradísimo que lo mismo tocan rap que baladas románticas, musica lenta o sus grandes hits de la radio entre pop y algo de dance.
Si de requiere rudeza, le inyectan, si hay que ponerse melancólicos, se hace, cuando se necesita un solo de bajo, guitarra o batería, pues una especie de deidad musical se apodera de ellos, y se rifan. Todo terreno.
Las protagonistas
Y luego están Jisoo, Jennie, Rosé, Lisa. No importa desde qué ángulo las veas, desde la primera fila, las gradas, el palomar o el fondo del estadio, son imponentes, grandiosas, majestuosas. Siempre concentradas, intrépidas y con mucho flow, de vestuarios llamativos, aunque predecibles, entre el público, no faltaron quienes copiaron el estilo.
Pudieran parecer sacadas de cualquier reto de TikTok hasta que se ponen serias, y llegan sus solos, donde muestran de verdad de que están hechas una por una.
Jisoo es la integrante más teatral. Su más reciente solo, “Flower“, es milimétrico, detallado, coordinado, dramático y emocional. Su principal característica es utilizar las manos en todo momento para crear figuras hermosas, habla con gestos, expresa con señas y se apoya de sus bailarines para hacerlo más espectacular.
Jennie, esta vez, se destacó por su intenso coqueteo, por la sensualidad de su baile en pareja, por hablarle al público con la valentía de sus pasos lentos, con su suave movimiento de cadera, de piernas y hombros, por el amor que expresaba con una mirada tierna.
Rosé, por su parte, es atrevida y es única. Desde los primeros minutos de su acto aparece cantando a capella para destacar la intensidad de su voz, un atrevimiento que ninguna otra hace. Su vestuario lo dice todo. Es salvaje, y las coreografías proyectan mucha fuerza.
Lisa, sin dudarlo, es la reina de la pista. Lo suyo es el baile, pero el de movimientos sensuales, y en el medio del escenario coloca un tubo para echarse una rutina de Pole Dance intensa que derrocha miel sobre las y los asistentes. Es encantadora, pero con toque de maldad. Es atrevida, pero con pinceladas de ternura. La música para ella es intensa desde el principio. A ritmo de “Lalisa” y “Money” es arrojada, un poco ególatra e inalcanzable.
Rumbo al final
La última parte del concierto transcurre lenta entre varios cambios de vestuario, además de dos encore eternos que hacen aburrida y cansada la espera por volver a tenerlas en el escenario, aunque no elimina las expectativas, los murnuros y las apuestas de cuál será la siguiente canción a escuchar.
Agotadas de una intensa jornada mística, mágica, musical, se ponen mucho más cotorras con el público. Jennie trata de hablar español; Rosé conecta con su gente gracias a su carisma, habla mucho, de muchas cosas, de lo primero que se le viene a la mente; Lisa simplemente es ella, natural, y sonriente, despreocupada, habla menos, pero es el centro de atención; Jisoo aunque callada, limitada por el idioma, no se raja cuando tiene que estar al frente, no se mamonea para mandar dos o tres saludos, aunque sea con las manitas, y unas muecas de felicidad.
Las canciones son menos, pero más sustanciosas. Siguen los bailes, pero más frescos, se salen de la rutina de vez en cuando y comienzan a disfrutar mucho más de los ritmos EDM, saltan, se alborotan, se menean y se muestran mucho más humanas, mucho menos un producto de la mercadotecnia coreana.
Es hasta canciones como “Forever Young” o “As If It’s Your Last” que nos demuestran que verdaderamente disfrutan la dura vida del intérprete de las masas, de las denominadas idols. Es ahí cuando te das cuenta que ser parte de una industria que entrena grandes estrellas desde pequeñas edades, es para ellas un placer, lo que siempre soñaron; y el motor de su corazón: la fanáticada que en todo el mundo se mantiene al pendiente de cada movimiento, de cada viaje, de cada concierto, disco, sencillo, serie o portada de revista que hacen.
Blackpink se quedará en la memoria y serán parte de la historia del K-Pop para toda la vida. Se hablará de su primer concierto en México durante varias generaciones. Se contarán anécdotas chistosas, apasionadas, tal vez de amor, de superación y renacimiento, pero ninguna será jamás aburrida.
Setlist de Blackpink en el Foro Sol
- How You Like That
- Pretty Savage
- Whistle
- Don’t Know What to Do
- Lovesick Girls
- Kill This Love
- Crazy Over You
- Stay
- Tally
- Pink Venom
- Flower
- You & Me
- Hard to Love / On The Ground
- Lalisa / Money
- Shut Down
- Typa Girl
- DDU-DU DDU-DU
- Forever Young
- BOOMBAYAH
- As If It’s Your Last