Johanna Watson y el rock chileno: “hubo mucha música que se quemó, se rompió, se desaparecieron artistas”

México y Chile tienen una relación musical muy estrecha, muchas bandas andinas han forjado sus carreras en tierras aztecas como Los Tres, La Ley, Mon Laferte, Lucybell o Los Búnkers y otros tanto bien conocidos como Los Prisioneros, Los Tetas, De Saloon o Chancho En Piedra. Pero si algo también nos une es ese Lado B del rock conocido, ese rock que se forja en el subterráneo y por otro lado, el rock anglo que bien o mal llegó a nuestros países y se ha instalado como en cualquier otra parte del mundo.

En Chile la situación fue diferente, ellos terminaron una dictadura y se abrieron las puertas a lo desconocido, a lo extranjero y mucho de ello nos lo platica Johanna Watson en su libro Lado B, con buenas anécdotas sobre los primeros shows de Faith No More o Guns N’ Roses en su país, así como algunos otros textos como entrevistas fuera de lo común en la prensa chilena.

Su libro se puede encontrar en buscalibre para México, uno bastante recomendable para conocer lo que ocurría en este lado, uno cercano al fin del mundo pero con muchas coincidencias a nosotros.

Así que platicamos un poco con Johanna Watson, quien nos da un panorama de lo que fue y es el rock en Chile.

Johanna Watson, documentando el rock chileno

Conociendo un poco más de todo esto del Lado B quería preguntarte ¿después de la dictadura qué tanto influye hoy o influyó en su momento la radio para este lado B de la sociedad o todo se daba más de boca en boca?

La radio fue fundamental. Además, imagínate que la dictadura acá se acabó el año 89-90. Ya comenzamos a tener un inicio y un reencuentro con la democracia y durante la dictadura igual hubo un apagón cultural, acá hubo muchos grupos que fueron sacados de las pistas, hubo mucha música que se quemó, se rompió, se desaparecieron artistas que dejaron de actuar o que lo hicieron en la clandestinidad. Nos termina la dictadura, pero también comienza todo este gran momento de la radio.

Hubo una radio que por ejemplo para mí fue muy importante que fue la Rock and Pop, una con la que muchos de mi generación se sintieron identificados, una muy juvenil y que tenía una gran cobertura de distintos estilos musicales sobre todo del rock y lo que venía también de afuera. Nosotros en los años 90 fueron fuimos muy consumidores de todo de todo el rock anglo que tiene que ver con Metallica, Mötley Crüe e Iron Maiden, entonces fue decisivo en el gusto musical, no solo mío, sino que de todas las generaciones y también generó que muchas bandas, que a lo mejor en otros países no tuvieran un impacto en Chile si no tuvieran, como el fenómeno de Mike Patton.

Él llegó a un festival de Viña del Mar que es un festival súper protocolario, muy solemne e imagínate, llegan desde Rock in Río a presentarse en este escenario absolutamente perdido en el espacio y para los jóvenes que estaban en ese momento viéndolos en vivo y los que estaban viendo a través de las pantallas de televisión fue un momento que hoy se considera de culto, fue mucho más que un concierto de rock en un en un escenario que a lo mejor no le correspondía, fue una declaración de principios.

Fue un hito dentro de las cosas más importantes en términos musicales en Chile, Mike Patton representó un poco esa insolencia y representó a muchos jóvenes que habían querido ‘faltar el respeto a las autoridades’. Convengamos que en ese en ese momento faltarle el respeto a cualquier autoridad podía significar cárcel o desaparición, entonces había sido una generación muy contenida.

¿Y al terminar la dictadura, la explosión de bandas fue controlada o simplemente, todos salieron a las calles?

Sí, se vivía como una efervescencia muy especial. Fueron días que todos recordamos independiente de la edad que tengamos, los vivimos como con mucha alegría y con mucha ensoñación de lo que se iba a venir porque de alguna manera cuando termina un golpe de estado obviamente tiene un impacto súper grande y el radio claro que fue clave.

Además, después del apagón cultural vino la luz entonces fue un momento en que empezaron a aparecer un montón de grupos solistas chilenos; vino una gran camada de grupos que se mantienen hasta el día de hoy o que han sido muy importantes dentro de la historia de la música chilena y otros que venían de antes como Los Prisioneros que obviamente se fueron manteniendo.

¿Nosotros por la cercanía con USA tenemos un bombardeo de rock anglo, ustedes como mediaron lo nacional con lo extranjero?

Yo creo que había un equilibrio porque si bien teníamos un bombardeo de música que venía de habla inglesa, digamos de la música anglo también nosotros como chilenos estamos pegados a Argentina que son un país súper prolífero, súper diferente en términos musicales, está todo el tema del rock de los años 80 y nosotros tuvimos un nexo muy grande con bandas como Los Enanitos Verdes, Charly García o Soda Stéreo.

Hubo muchos artistas muy presentes dentro de la de la música que los chilenos escuchamos y además de la misma música chilena que venimos de los años 90 y bueno, también bandas que entraron a Chile muy fuerte desde México como Café Tacvba o Julieta Venegas.

El fan del rock y sus ambigüedades

En México se habla mucho del malinchismo (preferir lo extranjero a lo nacional), ¿allá les ocurre similar?

Sí, yo creo que existe un gran amor y respeto por los artistas nacionales, pero los artistas nacionales no son tan convocantes como los artistas extranjeros, entonces los artistas del extranjero llenan estadios, una o dos o tres noches o estadios nacionales y a los artistas chilenos hay que hacerles una gran campaña de prensa llevar gente, los grupos terminan regalando cortesías para llenar los recintos. Obviamente que hay artistas que están en su apogeo, otros que ya estuvieron en su apogeo, que son las etapas normales que tiene un artista un artista que no puede estar siempre en la cresta de la ola.

Soy testigo, una vez que se hizo un festival de música chilena de música rock pesada chilena y no hubo tanta convocatoria. Entonces esa es la gran pregunta, si apoyamos tanto el rock chileno, si nos gusta tanto, si estamos con los artistas ¿por qué nos vamos a sus conciertos y sí vamos cuando vienen artistas extranjeros? Entonces, es un discurso ambiguo, un doble estándar.

Bajo esto, ¿hasta dónde puede llegar un artista chileno? ¿A solo abrir un show internacional?

Por ejemplo, ponen bandas que son respetadas y todo en un evento a las 4 de la tarde y la gente no va a ir a verlos a las cuatro de la tarde, entonces esa banda lo único que le queda es decir ‘estuvimos en y tener el vídeo de ellos sobre el escenario’, pero si mostraran cuántas personas los estaban viendo es triste, ¿no?

México es como el horizonte de todo aquel artista que se quiere proyectar en la música que quiere trascender y escalar otro peldaño porque acá en Chile es difícil surgir en general, hay como una idiosincrasia de que, si una persona ve que al otro le está yendo bien esta perfecto, pero si le empieza a ir mejor que a ti entonces lo opacas. Eso le pasa a muchas bandas y llega un momento donde ya no tienen más para dónde ir.

Mira el caso por ejemplo de Mon Laferte, si se hubiera quedado en Chile jamás se hubiese convertido en lo que es hoy, hubiera muerto siendo Monserrat Bustamante del programa de talentos de televisión.  También La Ley acá era una banda que llegó a cierto límite y que si se expandió y llegó a Argentina y se masificó tanto llegó a México.

Acá yo creo que llegado un momento en que la cosa se estanca y por eso muchos artistas se van allá como Francisca Valenzuela, Los Búnkers, Jorge González en algún momento tuvo la idea de llevar a Los Prisioneros y que se juntaran allá y así lo han hecho anteriormente otros artistas también más antiguos.

También está el tema de hacer colaboraciones y es como una fórmula bastante eficiente para darse a conocer en otros territorios.

¿Y en Chile hay temas tabúes que casi nadie aborda públicamente en una radio masiva? Hablando de bandas nacionales ya que bandas como Guns N’ Roses que hablan abiertamente de drogas si son consumidos.

Yo creo que eso mismo, yo creo que por ejemplo ese mismo discurso.

Nunca ocurrió acá y si ha ocurrido, ha sido mucho más ingenuo, por ejemplo, Los Tres tienen una canción que se llama “Hojas de té” que es de la marihuana, Chancho en Piedra tiene una canción que se llama “Volantín” que habla de la masturbación, pero siempre en doble sentido (a no ser que sean bandas punks o raperas que ellos son mucho más directos).

El consumo de drogas no es un tema que abordamos la música chilena y se mantiene bajo tierra.  No hay muchas personas en Chile que consumen y que hablen directamente sobre sus propios consumos de drogas, son casos muy específicos y por ejemplo, ahí en el libro tengo una conversación que a mí me gusta mucho y que siempre la resalto, justamente por lo mismo, porque es una entrevista que le hago a Fabiana Cantilo donde ella se refiere a su consumo y también cuenta como ha sido su rehabilitación, las recaídas y es una conversación súper liberada. Se nota que ella no tiene prejuicios ni vergüenza, sino que al contrario utiliza su propia experiencia para que los demás puedan aprender de ellas sin tener que llegar al punto que llegó ella.

Ahora, aquí nos encontramos con un problema del otro lado, el público. Tal parece que la barrera está rota y la vieja escuela se niega a conocer lo nuevo o la nueva generación tiene una indiferencia absoluta al pasado.

Creo que el problema es que pensamos que el rock iba a ser siempre un representante de una enojada juventud y fuimos también envejeciendo. El rock está vivo y también está en otra etapa de su vida, también tiene que ver con eso con de que la música que escuchamos a los 15 años marca algo muy profundo en el universo de las personas y ya ninguno de nosotros tiene 15 como para que nos pase eso, yo conozco muchas bandas nuevas, porque trabajo en lo que trabajo, pero probablemente si trabajara en otra cosa, seguiría escuchando Nirvana.

También concuerdo contigo en que hay como una resistencia a conocer cosas nuevas, hay un montón de bandas de gente joven, mi hija tiene 16 años y tiene una banda con los amigos de su colegio donde tocan rock, entonces también se piensa que todos los jóvenes hoy están escuchando urbano o indie, pero no hay muchos jóvenes aprendiendo y sería súper bonito que esta generación pudiese dialogar con esa otra para que pudiésemos entregarnos conocimiento.

Los Búnkers y Los Prisioneros, estandartes raros en su especie

Tomando en cuenta muchos de los healdiners internacionales están de edad avanzada, ¿cuál podría ser un nuevo headliner, por lo menos en Chile?

Yo creo que los que están tomando la posta hoy en Chile son Los Búnkers con este regreso, ha sido maratónico y maravilloso, este receso también ayudó a que ellos maduraran y que el público también ha aumentado. Creo que lo está haciendo súper bien y por lo menos en Chile me atrevería a decir que ellos son los que toman la posta en una combinación entre Los Prisioneros y Los Tres.

Este tipo de regreso lo habíamos vivido con Los Prisioneros justamente el año 2001, casi la misma la misma cantidad de tiempo separados por ambas bandas. Luego de casi 10 años separados se reúnen para hacer un gran concierto y en muy poco tiempo venden un Estadio Nacional que es el recinto más grande que tenemos, donde entran aproximadamente un poco más de 60 000 personas, lo repletaron y fue tanto que hicieron un segundo concierto.

Bueno, eso pasó y Los Prisioneros llenaron dos Estadios Nacionales, un hito absoluto en la historia de la música nacional por lo mismo de que las bandas nacionales no son las que precisamente tienen la mejor convocatoria, pero ahora Los Búnkers llenaron los estadios Santa Laura que es un recinto más chico, sin embargo, muy grande, es un estadio.

Antes de irnos, ¿Cuál crees que es la banda chilena nueva que hoy debemos conocer?

Yo creo que sería a ver difícil hay una banda nueva que me gusta mucho que se llama Parálisis del Sueño, no deben tener más de cuatro años de vida, pero es increíble, tiene muy buenas letras, muy buen cantante, tiene todos los condimentos para que en este caldo aparezca una buena banda de rock exportable y con esa cuota de nostalgia que nos gusta tanto a los chilenos y a los mexicanos; un poco de esa cosa más bien sufrida, letras desgarradoras.