Pólvora Live
Off Limits 2023, una brutal primera vez de Gorilla Biscuits en CDMX
Grande Off Limits, gracias por ser el festival más extremo que se puede vivir en este país, lleno de circle pits y hardcore de todo tipo.
El pasado sábado 7 de octubre se vivió la quinta edición del festival más hardcore y punk de México, hablo claramente del Off Limits que en esta ocasión el evento tuvo lugar por primera vez en el Centro de Convenciones Tlatelolco.
¿Qué tan sabroso se puso? ¿Era fácil llegar al lugar? ¿Cuándos descalabrados hubo? ¿Cuáles fueron las mejores presentaciones? Acá te cuento un poco de cómo se vivieron más de 12 horas de música llena de circle pits y discursos políticos chulos.
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Un año más junto al Off Limits, ahora en Tlatelolco
Decidí llegar por metro y la verdad es que el camino fue bastante corto, en una caminata de menos de 10 minutos ya me encontraba en el recinto; en el camino había algunos puestos de comida y una plaza, pude observar a algunos compadres punks armando sus chelas y agua en el Walmart de Puerta Tlatelolco. Unos metros después se empezaba a escuchar el tupa tupa a todo dar y fue ahí cuando noté que había llegado al destino.
La seguridad en la entrada estaba a tope, tanto así que me hicieron abrir mi cartera para mostrar que traía en ella, desconozco si después la revisión siguió igual de exhaustiva, pero por lo menos así fue en las primeras horas. En cuanto arribé, Flores y Fuego estaba apoderándose del Escenario 2, directo desde Guadalajara los liderados en la voz por Melisa Díaz estaban dando un espectáculo brutal y aunque todavía no había tanta audiencia, se entregaron con mucha energía.
Terminando esta presentación, todos nos movimos al Escenario 1, el cual se encontraba ubicado al otro extremo y aunque los horarios iban un poco atrasados, fue una ventaja para muchos que no pudieron llegar desde temprano y les daba chance a otras bandas de tener más público presente. Pero bueno, regresando al movimiento en el Escenario 1, era el turno de una bandota de la CDMX, Uno a Uno y no cabe duda de que la audiencia los adora.
No había pasado ni un segundo de su primera rola y ya comenzaban nuestros compañeros karatecas a dar sus mejores patadas y volteretas. Armando es uno tremendo frontman, con una voz totalmente extrema y al mismo tiempo derrocha un carisma total.
La siguiente banda fue Us Against The World y esta era una de las presentaciones más esperadas ya que se habían tomado un descanso de 7 años y este fue su regreso a los escenarios.
Aunque acá no hubo tantas caricias violentas como en el acto anterior, definitivamente pusieron el ambiente; varias personas me empujaron para poder llegar hasta la barrera y poder cantar sus canciones a todo pulmón ¡Una belleza de conexión! Otro detallote de la banda fue tener a Lindura en la nueva alineación, es una tremenda guitarrista y se notó la influencia y amor que la banda ha tenido en ella.
Los siguientes en darle brutalidad al festival fueron los colombianos de Grito y no puede ser, probablemente fue una de las bandas que más me sorprendió en cuanto a su actitud en el escenario, en otros párrafos ya diré qué bandas no me sorprendieron en ese aspecto, pero bueno, los colombianos salieron con una tremenda sonrisa y en cuanto comenzaron, no hubo fuerza que pudiera parar la violencia que se sentía en el aire.
Algunos colombianos gritaban “¡Aquí estamos, hijoeputa!” y lo mejor es que Manzano, el vocalista de la agrupación, se tomó el tiempo de agradecer a todos aquellos que viajaron de Colombia y otros países para venir al show, no sólo eso, bajo del escenario en severas ocasiones para compartir el micrófono con la audiencia.
De vuelta al otro escenario, nos encontramos con los argentinos de Sudarshana, con quienes tuvimos la oportunidad de hablar unos días antes de su presentación y si no has checado lo que nos dijeron, puedes dar click acá.
Después de once años de descanso, se nota que acumularon bastante energía y su amor por la audiencia mexicana es enorme y viceversa. Obviamente había moshpit pero acá también se trató un poco más de cantar y sentirse vivo; un amor de banda con mensajes increíbles. Agradecieron la oportunidad de poder estar en el festival y así mismo, aprovecharon para anunciar un show al día siguiente junto a Grito.
Acá ya comenzamos con las agrupaciones internacionales y llegamos con los relativamente jóvenes, con menos de 8 años de carrera, pero ya experimentados, Candy ofreció una presentación más que interesante, una combinación de géneros entre los que son muy notorios el punk, hardcore y metal.
Liderados por el enérgico Zak Quiram, ofrecieron un show que probablemente no tuvo una conexión tan grande en cuanto a sus rolas, pero sí dejó un gran sabor de boca en muchos de los asistentes. “Me voy a descargar sus discos” y “¿Quiénes eran? Lo hicieron cabrón” fueron comentarios que pude escuchar al terminar su presentación.
Escuela Grind hizo presencia en el Escenario 2 y esta fue otra sorpresa total en todos los aspectos posibles. Esta fue su primera presentación en México, pero son una banda demasiado consolidada hoy por hoy, teniendo la oportunidad de estar en tour con otros grandes como lo son Baroness y Napalm Death. Aprovecharon para recetar tanto grindcore y death metal, una presentación tan chula que todos gritaban “¡Escuela, escuela, escuela!” cada que había una oportunidad.
Un momentazo fue cuando Katerina aprovechó para destacar la importancia de tener representación de la comunidad LGBT+ y que, sin importar tus pronombres, lo importante es la unión que debemos tener como personas en la música.
A estas alturas del festival ya se habían arreglado un poco los horarios gracias a que se acortaron algunos sets, entonces pasamos de una hora de retraso a unos 20 minutos, por lo que todo era bello para poder alcanzar transporte público. Pero no contábamos con que Skeletal Remains saliera unos minutos tarde y atrasara las cosas otra vez, no fue mucho, pero sí lo suficiente para que se ganarán unos cuantos chiflidos de inconformidad.
En este acto fue cuando más se notó la presencia de los metaleros y el moshpit estuvo bueno, la banda sonó demasiado bien pero el único problema que vi es que fueron de las bandas más apagadas en cuanto a presencia, parecía que sus pies estaban pegados al suelo y que no podían moverse tanto de su lugar, no esperamos piruetas y que corran de un extremo del escenario a otro al mero estilo de Bruce Dickinson, pero neta que un poquito más de movilidad puede generar una mejor impresión.
A comparación de los Skeletal, Get the Shot salió con toda la maldita energía del mundo. Directo desde Quebec, mostraron porque sus shows son de los más violentos; JP trae uno de los mejores ladridos hardcore que he podido escuchar y no sólo eso, también aprovechaba cada momento para bajar con la audiencia y echar el crowdsurf y moshpit con los fans.
Un show sin pretensión, simplemente se buscó ofrecer buena música con buenos guamazos. La emoción de JP era tanta al bajar que en algún momento tuvieron que ayudarle a arreglar el cable de su micro.
Aún no terminaba el show de Get the Shot y ya se empezaba a juntar la gente en el otro escenario para la presentación de Paranoid y en cuanto los originarios de Suecia salieron, no hubo duda del porqué los estaban esperando.
Aquí fue cuando más se notó el moshpit, acá ya empezaban los empujones en todas partes, el único detalle negativo que puedo destacar es el mismo que describí con Skeletal Remains, parecían estar pegados al piso. A veces está chido que las bandas salgan y que su música sea lo único que hable, pero neta que la comunicación no verbal es notoria a lenguas cuando ya es de los factores que más analizas.
Nuevamente, en el otro escenario la banda siguiente salió a demostrar que en ocasiones no sólo necesitas ofrecer música de calidad, también necesitas ponerle un toque energético a tu show y eso fue lo que Pears hizo.
Su vocalista, Zach Quinn estaba a unas horas de festejar su cumpleaños número 35 y ni así fue suficiente para no demostrar la emoción de estar en tierras mexicanas, si no estaba cantando y dando todo en la tarima, aprovechaba para hacer maniobras con su stand del micrófono o inclusive golpear su rostro.
Posteriormente tuvimos a Generación Suicida con un show directo desde Los Ángeles, California, pero bastante latino.
Acá tuvimos un sonido punk algo más obscuro, al estilo de Parálisis Permanente. No solo sonaron totalmente limpios y con un gran ritmo, también traían unos outfits dignos de pasarela DIY, sencillos pero impactantes.
Regresamos al hardcore pesadote y movido con los neoyorquinos de Shutdown, desde el momento en el que decidieron salir con No Sleep Till Brooklyn se ganaron todo mi amor. Creo que una de las razones por las que tanto el sonido en estudio y show de Shutdown funciona tan bien, es porque ofrecen lo que son, hardcore de Nueva York y la mayoría de las agrupaciones del género originarias de ahí, cuentan con un sonido y energía totalmente similar.
¡Ojo! No digo esto como algo malo, claramente todos tienen su toque personal que los hace destacar, pero al mismo tiempo no están buscando una nueva fórmula o el hilo negro, destacan por esta etiqueta que, aunque podría sonar básica, definitivamente no es nada sencilla de replicar. Son lo que son y lo hacen más allá de lo excelente
Una de las presentaciones que más esperaba era la de War on Women, no sólo me emocionaba poder escuchar sus rolones, también moría de curiosidad por saber cómo era su show en vivo. Fue aquí donde más se notó la verdadera conexión y amor que pueden llegar a tener los integrantes en una banda. Sue, Jennifer y Shawna parecen estar conectadas musicalmente de una forma inimaginable.
Un detalle curioso fue cuando Shawna pidió a una intérprete para poder dar un mensaje en español a todos los asistentes, segundos después procedió a declarar que le alegra mucho saber que en todo México el aborto es legal y hasta ahí todo bien, el problema fue cuando dijo que ante esto, deberíamos sentirnos orgullosos ya que habla de cómo México es un país mucho más progresista que Estados Unidos. Y si bien, se agradece que el aborto sea legal, la verdad es que en nuestro país esto sigue siendo un tabú para muchos en la población y aún con la legalidad es este, sigue siendo algo complicado tener un trato digno y gratuito.
Esto fue algo un poco incómodo y se notó totalmente en la reacción de muchas personas, si bien, al decir esto supongo se esperaba que hubiera una ovación ensordecedora, no fue así y sólo se escucharon unos aplausos después de la comparación con Estados Unidos; aun así, este detallito no fue lo suficientemente desagradable como para dañar todo el show que sin duda entra en los top 5 del día.
Y por fin, llegaba el momento que todos esperaban ¡Gorilla Biscuits por primera vez en México! Desde Nueva York por allá del 87 estos ídolos ya andaban reventando oídos con su icónico sonido y presentaciones bien bélicas. Todo iba cool, desde una media hora antes ya había muchos fans esperando a que salieran, unos esperaban con su chelita y otros preferían su botella de agua.
Probablemente 5 minutos antes del show fue cuando se empezó a sentir la verdadera energía y es que a lo lejos comencé a notar que estaban alzando las vallas que separan a la audiencia del escenario, pensé que eran los mismos fanáticos quienes estaban realizando tal acción, pero no, era parte de staff del festival.
En cuanto quitaron todas las vallas, la gente se dejó caer con todo y cuando los integrantes salieron junto a un pequeño conjunto de mariachi, los gritos de emoción y aplausos llenaron el venue. Los Gorilla dieron probablemente uno de los mejores shows de hardcore que se ha podido vivir en México. La energía no paro en ningún segundo y aunque el escenario parecía quedarles chico en ciertos momentos, creo que eso fue uno de los detalles que le dio la magia a esto.
Anthony Civ es probablemente el mejor frontman del género y no tengo miedo en declarar eso, no solo es su reconocida voz que genera una deliciosa entrega musical junto a sus compañeros de banda, también es el carisma que tiene con los mismos y a su vez con los fanáticos, cada que alguien quería trepar al escenario y se le complicaba, él era el encargado de darle la mano para ayudar y cuando sus fans ya estaban arriba, los abrazaba y les permitía cantar sus rolas favoritas ¡Maldito ídolo!
Y ni hablar de Walter Schreifels, este hombre es probablemente el guitarrista más icónico de la escena, desde su trabajo con Gorilla Biscuits, Quicksand y hasta Rival Schools, fue un honor poder ver a esta leyenda hacer su magia en las seis cuerdas. Ya para cerrar, que gran chamaba hizo el staff del festival, en cuanto alguien salía herido del moshpit y pedía ayuda, lo llevaban abajo y se contaba con una ambulancia lista para revisar a todos los soldados caídos.
Grande Off Limits, gracias por ser el festival más extremo que se puede vivir en este país. Espero con ansias la siguiente edición y esperamos que se repita un gran lineup como de costumbre.