Pólvora Live
She Past Away provocó los pasos prohibidos en el Pabellón Oeste
Una noche que dejó a más de dos mil personas de alma oscura cansados de tanto baile en la CDMX con el regreso de She Past Away.
Desde temprano alrededor del Pabellón Oeste ya se veían unos cuantos ya ataviados para la noche de post punk con maquillaje blanco; algunos con el cabello despeinado, de colores; otros bastante elegantes para la ocasión se entremezclaban con las familias que se dirigían a un costado a un show de dinosaurios.
Las miradas de algunos niños era de asombro a varias chavas que pasaban y que los menores veían como a Merlina o Morticia Addams en el pasillo que te lleva a puerta 6 cruzando por el metro Velódromo. Parecía una buena reunión de amigos en el Uta o el Under, según sus gustos oscuros.
La noche fresca pues llovió antes, así que adiós al maldito calor que azotó la ciudad días antes. La vendimia estuvo bien, desde los puestos piratas de la entrada con dos o tres diseños diferentes de los principales, y dentro ya teníamos la oficial con dos diseños y para sorpresa también de la banda local con todo y disco. Las playeras de los turcos estaban en $600 pesos, los mexas $400, los LP que tanto están de moda, a $1000.
Stranger and Lovers, almas oscuras mexicanas
Los primeros en subir al entarimado fueron los nacionales, Stranger And Lovers que están próximos a sacar su disco P3rv3rt. Ellos tienen dos tipos de shows, uno más hardcore menos familiar con onda sadomasoquista dominatrix, y uno más apto para toda la honorable familia. Este segundo, fue el caso para esta velada.
‘Para los que nos conocen muchas gracias, para los que no, mucho gusto somos Stranger and Lovers’, y tras esta frase se armaron los primeros prohibidos.
Un arranque un tanto lento ya que la guitarra se perdía bajo la voz, pero ya tras “Blood Dance” cada rola que seguía con ese beat de bajo y teclados hacían mover los esqueletos de varios en la pista. Luego ya vimos a su vocalista Axel despojarse de la ropa y más desenvuelto, por cierto el griterío de las chavas no se hizo faltar.
Es curioso, pero por momentos contrasta el ritmo de sus rolas con lo tranquilo que se mueven en el escenario, hasta se ven un tanto tímidos y huyen un tanto de los reflectores, como si fueran los darks de South Park disfrutando internamente.
Post punk en español, hecho en México que vale mucho la pena echarle una o dos escuchas sin miedo. Si mejoran ciertos aspectos, los veremos en lo alto de la escena junto a otros como La Bande Son-Imaginaire.
Entre las rolas que sonaron con los nacionales estuvieron: “P3rv3rt”, “Dominik”, “Blood Dance”, “Black Beach”, “Death Song” y hasta un cover a Crystal Castles.
She Past Away, darkwave con aroma a café turco
Después ya vino el turno de los turcos, el país favorito de tus tías y mamá por la moda de las telenovelas. El regreso de She Past Away se consumaba en el Pabellón Oeste.
Hay que decirlo, el audio comparado a otros conciertos en este recinto no tuvo falla, el bajo retumbaba las tripas desde unos metros y hasta en las afueras del Palacio de los Deportes.
Es verdad, tanto Volkan Caner y Doruk Öztürkcan son estoicos, no se mueven mucho en el escenario, es más, ni ves que entre ellos se relacionen mucho más allá de lo básico y cada uno está en un extremo del escenario, pero aunado al juego de luces suenan con un punch sabroso.
Sus rolas son para bailar y no para estar viendo tanto el show, y así se veía entre el público en donde estaban las parejas bailando o algunos en solitario, lo cual fue ideal para el desestrés y el goce pleno.
En el caso de Volkan lo ves con su lira y esa voz tan grave, es quien saluda de vez en vez; por su lado Doruk trae esa escuela Kraftwerk en las venas, donde serio en todo momento le da a las percusiones y cuando es turno del teclado se avienta sus pasitos en corto, esto a ritmo de rolas como “Durdu Dünya”, “Ritüel”, “Katarsis”, “Monoton” y “Kasvetli Kutlama”. De hecho, el tecladista es quien despide el show, ya que Volkan abandona el escenario mientras suenan los beats.
She Past Away es una manera distinta de gozar, una que contrasta con otros géneros, es más íntimo y oscuro.