Entrevista con Orden Ogan: “Nunca habrá otro Iron Maiden o Black Sabbath, es imposible que alguien más construya lo que hicieron ellos”

Por Chico Migraña #SangredeMetal

Orden Ogan es una banda alemana fundada en 1996, es decir, hace 28 años. Es una carrera larga que ha producido nueve discos, el más reciente de los cuales se llama justamente The Order Of Fear, la orden del miedo, que es en sí mismo el significado del nombre de la banda. A partir de Easton Hope, el tercer larga duración de su carrera y hasta Final Days: Orden Ogan And Friends, el anterior a este, estuvieron firmados por el sello alemán AFM.

Una nueva era para Orden Ogan

Ahora están en Reigning Phoenix Music (RPM), ¿por qué el cambio? “Fue sobre todo una decisión basada en las personas. AFM cambió un poco su estructura y, de hecho, varias personas que trabajaban ahí se fueron a RPM así que en términos reales estamos trabajando prácticamente con el mismo equipo, aunque con otro sello. Además, RPM parecía muy interesado en tener bandas de power metal y metal melódico así que parecía una buena opción”.

El encargado de responder algunas preguntas para Sangre de Metal fue Niels Löffler, anterior bajista y desde 2019 guitarrista de la banda. Es el tipo de persona relajada que responde todo lo mejor que puede a pesar de no haber estado en la banda desde el inicio. Por eso algunas respuestas ponen a Sebastian “Seep” Leverman en el frente. Un ejemplo es el proceso creativo de la banda. ¿Participan todos o es más bien un compositor principal que lleva la batuta?

“‘Seeb’ es el fundador de la banda y el que lleva en ella más tiempo, yo tengo 13 años ya, que es una buena cantidad de tiempo, pero al final él siempre debe estar en el proceso creativo de cada canción porque tiene la mayor claridad del cómo debe sonar Orden Ogan. Ahora, dicho eso, todos en la banda contribuimos con ideas sobre la música, pero sí podemos decir que él es una especie de filtro, todo pasa por él”.

Pasa la mismo al preguntarle por la historia y la razón de la existencia de Alister Vale, la mascota de la banda. “Creo que aún hay bandas que tratan de establecer un personaje de mascota, pero es complicado. Tienes a Ed de Iron Maiden, a Vic Rattlehead de Megadeth y es que no es fácil crear un personaje icónico que al mismo tiempo encaje con la música y la imagen de la banda.

Lo que yo sé por Seep es que tenía la idea de tener un personaje, una imagen, pero poco a poco creció y después del primer disco surgió la idea de conectar las canciones con el personaje, que algunas rolas fueran parte de la historia de él y ahora tenemos todo un concepto a su alrededor, podríamos hasta escribir un libro sobre Alister. Inició meramente como una mascota y con el tiempo se convirtió en un personaje importante de la banda, a veces sale al escenario con nosotros, casi como un miembro más”.

Un Orden Ogan en los tiempos modernos

Normalmente, personas como Niels, con 44 años de edad y en bandas exitosas como Orden Ogan tienen muy claro el por qué es importante tener un sello discográfico detrás de la banda, pero él también entiende los tiempos modernos del Bandcamp, Spotify y demás plataformas que no requieren el apoyo de una discográfica.

“Creo que en la actualidad funcionan bien ambos conceptos. Si tienes el tiempo y el equipo puedes sacar música por tu cuenta, y eso funciona muy bien sobre todo para quienes apenas empiezan, pero en una banda del tamaño de la nuestra hay tantas cosas que se tienen que hacer que tener un sello hace diferencia, te ayudan con ciertos elementos como la promoción y claro, ellos se quedan algo de tu dinero, pero igualmente tú te beneficias de sus conexiones y estructura.

Además, en este tiempo que vivimos hay muchos modelos de negocio que pueden ajustarse a tus necesidades. Si quieres hacer todo por ti mismo y tienes el tiempo y la capacidad de hacerlo, entonces recomiendo hacerlo, pero en el caso de nosotros, tener un sello detrás nuestro nos ofrece cierta seguridad financiera. Creo que Orden Ogan ya está en un punto en el que no sería posible regresar al modelo de hacerlo todo nosotros mismos”.

Niels, a diferencia de otros o a diferencia de la idea que solemos tener sobre los músicos de bandas de metal, no inició su camino musical desde ese género, aunque también como la mayoría, una vez dentro, ya no salió. “En mi caso fue una progresión lenta, comencé con el rock o música con base en la guitarra y luego comencé a escuchar cosas muy viejas que escuchaba mi papá, como Deep Purple y Gary Moore, más en el sentido hard rock de la música y luego algunos compañeros en la escuela me introdujeron al mundo del metal, pero no recuerdo exactamente qué banda me atrapó en primera instancia, probablemente Iron Maiden o Judas Priest, o ambas”.

Y ya que menciona a esos dos, ambos, aunque más Judas Priest en la última etapa de su carrera, ¿ve a alguien que en el futuro ocupe esos lugares? “Es una pregunta muy difícil. En Europa hay algunas bandas que son muy exitosas como Powerwolf y Sabaton, ahora mismo son enormes y podrían llenar el espacio de esas bandas que mencionas, pero obviamente nunca habrá otro Iron Maiden o Judas Priest o Black Sabbath, esas son bandas pioneras, es imposible que alguien más construya lo que hicieron ellos y claro, los festivales seguirán ahí y cuando esas bandas ya no estén será necesario que alguien más tome la batuta, veremos quienes son”.

Interesante, porque en este mundo de la festivalitis en el que podemos contar veinte razones por las que la cantidad de ellos puede ser negativa, ahí tenemos la opinión de alguien dentro del mundo musical que, tal vez sin quererlo, ofrece una ventaja clara sobre el beneficio en la existencia de los festivales.

El otro concepto interesante es que además de las dos que menciona, otros músicos suelen incluir a Nightwish como bandas realmente grandes en Europa. Y es curioso porque al igual que el gringo, ellos ven el mundo desde su propia trinchera. O ¿cuántas músicos de bandas de Estados Unidos mencionarían a Sabaton, Powerwolf o Nightwish? Por eso dicen que cada cabeza es un mundo, y esta charla fue un pequeño asomo en el de Orden Ogan.