Pólvora Live
Wolfmother y su irrepetible streaming junto al mar
Un show… Por el que bien pudimos esperar en vivo.
Nunca he visto a Wolfmother en alguna de sus múltiples presentaciones en México, a pesar de seguirlos desde hace mucho tiempo. El buen Andrew Stockdale, con su frondosa afro, ha sabido mantenerse como un joya referente del hard rock contemporáneo y aún con sus bajas o excesivos cambios de alineación, sus lanzamientos siguen emocionando. Sin embargo, ¿puede un grupo de este estilo, cañero, totalmente para apreciar en la crudeza de un directo, replicar esta magia por streaming? Gracias a la serie Ocesa Irrepetible, comprobamos la noche del domingo 8 de noviembre… Que no mucho.
De entrada: ya de plano me rindo con las quejas sobre la conexión y problemas para acceder al evento en los comentarios. Basta de usar Todito Card, por caridad.
Ahora sí, comencemos con el streaming. A favor, la lujosa producción. ¡Qué increíble locación encontraron para grabar! Todo se llevó a cabo en el balcón del lujoso hotel Rhapsody a la orilla del mar en Gold Coast, Australia. El montaje fue presumido en el epílogo del show, donde mostraron al equipo que les acompañó en su labor. Se ve que al término hubo tremenda fiesta de aquellas. De igual forma, la dirección de cámaras y montaje fue estupendo. Se nota que las personas detrás, tienen un conocimiento enorme por las canciones. Algunos ejemplos, fueron en “Apple Tree”, con un especial cuidado a los cortes durante el coro y después, caos durante el verso. O “Colossal”, un despliegue de zoom con cámara en mano, juegos de foco y movimientos lentos que le dieron buen ritmo a la canción.
Sin embargo, fuera del aspecto técnico y la impecable ejecución, el show se sintió bastante apagado y en especial, ¡fue estupidamente corto! El inicio prometedor con el estridente “Victorious”, con ese resonar bien antaño del bombo Ludwig y la aguda voz de Stockdale, resistente al paso de los años, amenizaba una buena velada de rock. Así le siguieron varios hits como “Woman”, “White Unicorn” y la reciente “Higher”. No tuvo que pasar tanto tiempo para darnos cuenta que en realidad, su único objetivo era plantarse una hora a tocar, cerrar con “Joker & The Thief” y listo. Nula interacción y lo más triste, se escuchaba todo exactamente a como si hubiésemos puesto el disco. Nada de creatividad para hacer distinta cada pieza. Fin.
Sí, estuvo perfecto escuchar estas rolas para amenizar el domingo por la noche con una linda vista al mar, pero al final, no hubo ese toque especial que hiciera valer el precio de la entrada virtual, en relación a ser pacientes y esperar su regreso en algún festival (por eso de la duración, verdad). Pero, ¿cuál era la excusa de hacerlo tan corto? En serio, ¿solo un tema de Cosmic Egg? Quizá la expectativa era demasiado alta pero a diferencia de otros espectáculos de la era pandemia reseñados en este sacrosanto espacio, quedó a deber. Bueno, a secas.
Screenshots: Los Festivalers.