El Gran Cuento de los Osos: la historia siempre tiene dos versiones

Estamos acostumbrados a que los cuentos infantiles terminan en manos de Disney y éste hace lo que le plazca para generar ventas al por mayor, sin embargo, cuando alguna obra enfocada a los pequeñines del hogar la realiza otra empresa o persona ajena a la corporación del ratón Miguelito, tenemos películas que son un hermoso viaje animado con fábulas épicas y mensajes para el crecimiento, como en El Gran Cuento de los Osos.

La cinta es italo francesa y está basada en el cuento La famosa invasión de los osos en Sicilia de Dino Buzzati, de hecho este es el nombre original pero ya sabemos que en Latinoamérica normalmente los títulos se cambian por algo más acorde para llamar la atención. Bueno, no hay que desviarse del tema central que es el filme dirigido por Lorenzo Mattotti.

Para empezar, la sinopsis va de un par de viajeros que van de pueblo en pueblo contando historias, un hombre mayor de nombre Gideón y una pequeña llama Almerina, ambos terminan resguardándose en una cueva debido a una tormenta de nieve inclemente. En dicha cueva, se encuentran con un viejo oso y para evitar que los ataque, deciden contarle la versión humana de cuando unos osos invadieron Sicilia, guiados por Leonce quien realmente sólo buscaba a su hijo perdido Tonio.

Como bien sabemos, la historia del mundo y la humanidad siempre tiene dos versiones (o más en algunos casos), y en El Gran Cuento de los Osos tenemos esa disyuntiva, pues Gideón y Almerina sólo conocen una parte de esta historia, por lo que el viejo oso decide contarles su versión para completar la historia. Un momento, ¿el oso habla? Claro, es una película animada e infantil, todo es posible.

Más allá de la historia, lo que veremos son una serie de referencias cuando un pueblo emigra a otro sitio y logra establecerse para convivir en armonía, eso hasta que algún evento comienza a hacer una diferencia entre pueblos, que si los humanos son malos, desleales y de poca confianza o que si los osos son toda rectitud y honorabilidad. Problemas típicos de “razas” diferentes.

Y ese es el eje central de esta cinta animada en técnica 2D, algo que se agradece en demasía porque ya basta de tanto 3D donde parece que todos son el mismo molde de cara, máxime que ya no estamos en los 90 cuando se debían copiar y pegar para hacer otros personajes, pero ni para quejarse tanto porque El Gran Cuento de los Osos también peca de eso, hacer cientos de personajes idénticos excepto los principales o que tendrán alguna participación relevante en la historia.

Parece que tras el éxito de Wolfwalkers veremos mayor cantidad de películas en este tipo de animación. Además que las texturas para la creación del mar, monstruos, paisajes y algunas secuencias que son maravillosas, como aquellas cuando hacen uso del fondo móvil para cuando Gideón y Almerina cuenta la primer parte de la historia. Sin duda lo mejor de todo El Gran Cuento de los Osos.

Uno de los mayores problemas que tiene esta película es que por momentos se hace larga, ya que el primer acto el ritmo que manejan es como si un juglar te estuviera narrando el cuento pero para cuando toca el turno del oso en la cueva, todo se vuelve aletargado, podría entenderse por el hecho que es donde se presentan la mayor parte de los inconvenientes pero no alcanza para rescatar ese puente para llegar al acto final.

Eso sí, no es un cuento meramente para niños, pues tiene algunas escenas donde el juego y el alcohol hacen su aparición, por lo que también sirve para que adultos y adolescentes hagan reflexiones sobre sus actos y que todo aquello que hagan tendrá una consecuencia, ya sea a favor, en contra o que afectará a muchas personas además de a uno mismo.

Al ser una película animada, el doblaje está presente y para los actores no hay queja alguna, imprimen muy bien esos sentimientos de dolor, ira, tristeza, alegría y preocupación, lo que es otro acierto para El Gran Cuento de los Osos. No así el poco número de copias para exhibirse, ya que habrá que andar buscando en algunos cines selectos como en Universidad o Buenavista, además de la Cineteca Nacional.

El Gran Cuento de los Osos es una película que debes ver, tengas o no menores de edad a tu cuidado, pues al final, le encontrás algunos parecidos a la vida real, episodios en la historia mundial y esa siempre disyuntiva de cuando llegan nuevas personas a cualquier lugar, no necesariamente una ciudad, puede ser hasta cuando te cambian de salón de clases.