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Pólvora Live

Global Ska Fest: un concierto a la altura

Es momento de reflexionar la clase de festivales que merecemos, y exigir a los demás que intenten, por lo menos, igual el Global Ska Fest

Gustavo Azem Martínez

Publicado

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global ska fest

Los festivales ya son una realidad en la Ciudad de México luego de un año y ocho meses más completamente alejados, ajenos a la música en vivo como se recordaba y no desde tu automóvil.

Y aunque hay algunos de gran renombre a la vuelta de la esquina, el primero de corte internacional en desarrollarse dentro de la capirucha mexicana estuvo dedicado por completo al ska, reggae, punk y sus derivados.

Global Ska Fest logró juntar un equipo de trabajo impresionante mucho antes de que la Pandemia por COVID19 nos atacará, por lo que debieron posponerlo más de un año y frenar el traslado de todas las bandas, su staff y equipo.

Primer acierto: luego de varios meses y numerosas restricciones de salud en casi todos los países del mundo, la producción logro confirmar al mismo cartel, copia al carbón, del originalmente planeado, manteniendo intactas las esperanzas de los fanáticos que deseaban ver a tal o cual.

Segundo acierto: la curaduría fue más que excelente al elegir no solo bandas de la escena muy relevantes hoy en día, sino que nos llevó a la plena nostalgia con reuniones del tamaño de King Changó y de Pánico Latino, además de tocadas especiales como la de Inspector ’95 o el regreso de Bad Manners a México.

Tercer acierto: a pesar de lo anterior, sus boletos mantuvieron un precio realmente bajo en comparación con otros conciertos y festivales; incluso hubo algunas opciones para comprarlo sin cargos por servicio, con puntos establecidos en el Tianguis Cultural del Chopo, y otros más.

Pero, bueno, no dejamos de encontrar aciertos: la selección del Pepsi Center no pudo ser mejor. Accesible por transporte público, estacionamiento con cuota fija, alrededores seguros llenos de gente, y aunque lo precios de sus productos no son del todo baratos, sí gozan de calidad, salubridad y sin filas kilométricas (coff coff otros festivales de ska en México coff coff).

A ver, es cierto que tantas bandas en tan poco espacio y tiempo redujo los espectáculos de cada una, pero también es cierto que supieron aprovecharlo. Poca plática y mucha música, únicamente los mejores hits, excelente vibra o algunos festejos especiales como el disco “Blanco y negro” en su totalidad. Bárbaro.

Ninguna, lo puedo asegurar, salió del escenario sin una ovación, sin gritos, aplausos, y peticiones de tocar una, dos, tres, cuatro o cien temas más, que el tiempo para entonces ya no importaba nada.

Para lo anterior, fue necesario un staff o equipo de trabajo de primera calidad que no tardaba ni cinco, por mucho diez minutos en cambiar los instrumentos, amplificadores, pedales y, desde luego, las hojas de papel con el setlist a mano, con plumón Sharpie. Increíble. Máquinas programadas para la mudanza. Salvo unos pequeños errores en el audio, no hubo nada más para quejarse.

Necesario apuntar que los protocolos sanitarios fueron deficientes. No se pidió prueba de COVID-19, tampoco certificado de vacunación, no se hicieron pruebas al azar, y la gente, digámoslo, no estaba en el mod correcto para traer cubrebocas todo el santo festiva, mucho menos al beber, al comer, al fumar.

Y ahora le paramos con el tema, no porque haya algo malo, o un completo desastre, una asquerosidad a la que debamos apuntar, simplemente porque se acabó el festival.

Pero llegó el momento de reflexionar: qué clase de festivales queremos y merecemos como público asistente. Mientras algunos cancelan de un día para otro, prometen ubicaciones magnificas, escenarios de ensueño o se regodean en sus precios sin tener en cuenta la calidad de sus instalaciones, hay quienes hacen y cumplen sin mucho alarde. Cumplen con creces.

Me da la pinta de que volveremos en un año, sin duda, a un Global Ska Fest mucho más grande y mejorado, mientras a otros, lo pensaremos dos veces antes de confiar.

Periodista musical egresado de la UNAM; ahora editor SEO, reportero y fotógrafo de esta H. revista digital, con más de siete años en el mundo de las notas, reseñas y opiniones de la industria musical. Interesado cien por cien en la búsqueda de nuevos sonidos, tendencias y datos históricos.

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