Crítica de Red Rocket, una cómica lección de karma

Simon Rex no es un nombre que relacione con expresiones como “soberbiamente talentoso” o “excepcional”. Un actor que forjó su carrera como VJ de MTV, seguido de su paso por la saga de Scary Movie y finalmente, como rapero, con todo y hasta cameos en videos de LMFAO. ¿Qué se podía esperar de él? Esa es la primer gran y grata sorpresa de Red Rocket, comedia negra dirigida por el actual hijo pródigo del cine independiente estadounidense, Sean Baker.

Nominada a la Palma de Oro en Cannes 2021, la película sigue la línea de este minucioso retrato de la vida contemporánea en los Estados Unidos, absorta en el ideal de ser la tierra de las oportunidades en pleno albor de la era Trump. Todo visto a través de los ojos de un carismático ex actor porno con delirios de grandeza que moldea a su gusto cuanto persona encuentra en su camino para sacarle provecha. Una joya.

RED ROCKET O LA ENCANTADORA INGENUIDAD DE LAS CLASES BAJAS

Mickey “Saber” regresa golpeado y sin un centavo a su pueblo natal en Texas; el por qué de su condición, permanece como un secreto aunque uno puede suponerlo. Sin un lugar donde quedarse, decide pedirle ayuda a su esposa y suegra, a quienes abandonó años atrás para perseguir una trayectoria como un reconocido actor porno. Ambas deciden darle asilo con la condición de que pague renta y consiga un empleo honesto.

Pero su llegada simboliza algo más allá de la estabilidad. Mickey buscará regresar a sus viejas glorias, ganador de premios y Casanova con las mujeres más bellas de la industria. Él persuade a cuanta persona se encuentre a su alrededor: el ingenuo vecino que finge ser un soldado retirado para conseguir limosnas, su familia y en especial, una bella empleada en una tienda de donas, Strawberry, de tan solo 17 años.

En esta ocasión, el genio de Baker recae en crear un personaje deleznable pero con un tremendo magnetismo. El tipo es un manipulador, cínico, oportunista, pero que inevitablemente conecta con su carisma. Funciona porque Rex, encarna todo lo prohibido en pantalla durante la era de la cancelación… Encarna la realidad de zonas de escasos recursos americanas. De que allá afuera, existen hombres maduros obsesionados con jovencitas a quienes ilusionan para su beneficio. Red Rocket no disfraza ni endulza la vida, tampoco obliga a su audiencia a debatir sobre las acciones de su protagonista. No es una tonta comedia de superación, sino sobre la supervivencia del más fuerte.

La actuación de Rex es muy divertida, sorprende el ingenio con el que resuelve cada situación, incluso cuando es acorralado. Mientras el se vanagloria de haber ganado el premio al mejor oral por tres años consecutivos, todos le cuestionan el por qué, si a final de cuentas la chica es la verdadera protagonista. Sus respuestas son lo mejor.

En los detalles recae el encanto de Red Rocket. Texas City es el lugar idóneo para esta historia de éxito forzado donde solo por tener labia, puede aprovecharse de su alrededor. Es un sitio que posee la forma genuina de los paisajes decadentes del Estados Unidos real, sofocado entre comida y televisión basura, entre la idea del éxito fácil a partir de un nulo esfuerzo y discursos políticos mesiánicos que harán de América, el #1 del mundo otra vez. El pueblo enajenado actúa por inercia y cuando hay estos atisbos soñadores, como Strawberry, llega un gañan a arrebatarle su idealismo.

Sin embargo, la cinta si peca de ser innecesariamente larga, en especial cuando el discurso y actitud, comienzan a repetirse en varias ocasiones. Ya entendimos que Rex si quiere dar a todo lo que se mueva y ser el chico cool por siempre. Cansa que Red Rocket no prosiga a buen ritmo la trama o de lo contrario, sería tan perfecta como una buena dona de chispas.

Es triste que películas así pasen desapercibidas durante las temporadas de premios por su temática nada complaciente para la inquisición moderna. Pero de verdad, si están hartos de ser predicados hasta en su entretenimiento de fin de semana, Red Rocket es una comedia inolvidable con grandes giros al final, una fotografía cercana al documental y un elenco impecable. Bonus extra para Suzanna Son por su excelente versión a “Bye Bye Bye” de N*Sync.

El cine de Sean Baker es auténtico, libre de hipocresías o ataduras a la corrección. Este viaje al corazón de Texas es la muestra de un país estancado pero que a su vez, aún sueña con su grandeza, con aires nostálgicos de postales tomadas del pincel de Edward Hopper. Red Rocket, así como El proyecto Florida fue este homenaje a la infancia gringa, lleva su análisis la psique americana del adolescente eterno, ansioso por devorar al mundo. Corran a verla.