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Nada Que Ver: Una comedia con buena intención pero plagada de errores

Nada Que Ver es una películ mexicana que luce por sus protagonistas principales y que sale de la CDMX, pero no sale bien librada del todo.

Erick Padrón

Publicado

el

Nada Que Ver, película mexicana
2.5 Reviewer
Calificación

Comedias y más comedias mexicanas, una fórmula ya muy gastada en el cine mexicano actual, la cual nos ha dejado más decepciones que alegrías, pero que sin embargo el público sigue consumiendo fielmente. Ahora ya se encuentra en cines el nuevo largometraje de Kenya Márquez, si, la misma directora que destacara hace algunos por su premiada producción, Asfixia.

En Nada Que Ver conoceremos la historia de un ex estudiante de enfermería, Carlos (Guillermo Villegas) quien se queda sin empleo y con muchas deudas que pagar. Mientras que en el lado opuesto de la moneda tenemos a Paola (Fiona Palomo) quien es una joven ciega de una familia acomodada, a la cual le renuncia su enfermero de confianza. Carlos rápidamente se hará con el empleo, pero poco a poco se dará cuenta que no será una tarea fácil convivir con Paola.

Una propuesta en contra de las tendencias del cine mexicano

Desde hace muchos años las películas de cine mexicano no están completas si no escuchamos cada dos minutos alguna grosería o por supuesto tenemos la obligada escena de sexo. Acá no nos espantamos, ni somos panistas, ni nada de eso, pero si de repente se agradece cuando una película deja de lado lo antes mencionado como lo hace Nada Que Ver, que no se vale de estos elementos para lograr conectar con el público.

Igual se agradece que no se busque al típico protagonista blanco con perfil de modelo y que te vaya a garantizar muchos boletos en taquilla. Aquí se apuesta por Guillermo Villegas, quien ha estado en tendencia desde hace varios meses gracias a su personaje del Teniente Edson Prieto de la serie Harina, quien sobra decir que hace un buen papel y que se luce más en los momentos de comedia.

La descentralización también es importante y es que es un filme que se desarrolla en Guadalajara y no en la Ciudad de México, como la mayoría de este tipo de producciones, para muestra tenemos a Cindy La Regia, que muy norteña pero vino a caer a CDMX. Aunque este aspecto juega a veces en contra porque hay una escena en particular en donde buscan resaltar mucho la ciudad en donde están que parece un spot publicitario de “Visit Guadalajara”.

Nada Que Ver, película mexicana
Nada Que Ver, película mexicana

Los errores que si tienen mucho que ver

Acá hay mucha tela de donde cortar, iniciamos hablando de la edición la cual es terrible durante la primera parte de la película, esto sumado a un mal montaje hacen por momentos que nos preguntamos ¿Qué estamos bien? ¿Por qué esto se ve tan descuidado? Y la más importante ¿Qué tanta tijera se le metió al corte final para dejar este largometraje con una duración de apenas 90 minutos?

También sigo sin entender la nueva obsesión de las comedias mexicana que incluyen a comediantes reconocidos en papeles totalmente inútiles, el primer ejemplo que se me viene a la mente es la participación de Franco Escamilla en El Mesero, en donde participó como un vendedor de tacos de canasta que “daba algunos consejos” al protagonista; bueno pues en Nada Que Ver tenemos a Mauricio Barrientos ‘El Diablito’, quien interpreta también a un vendedor de tacos que se avienta dos o tres chistes, pero incluso si su participación hubiera sido borrada del corte final no pasaría nada, no aporta nada crucial al desarrollo de la trama.

Nada Que Ver, película mexicana
Nada Que Ver, película mexicana

Esta producción luce por la actuación de sus protagonistas Guillermo Villegas y Fiona Palomo, pero desafortunadamente se nos quedará más en la mente la deplorable actuación de los dos policías que salen en el tercer acto y también las pobres actuaciones de los personajes secundarios, Nora Velázquez, Jorge Zárate, Rebecca Jones, etc.; muchos de ellos ya son personas con varios años en la actuación pero aquí entraron a dar una de las interpretaciones más flojas de su carrera.

Otro gran problema que es muy fácil de detectar en Nada Que Ver, es un miedo a proponer situaciones difíciles, y es que fácilmente la historia en tres ocasiones presenta la oportunidad de poner en dificultades a nuestros protagonistas pero no es así, la solución llega muy rápido o no se explora más en el tema, como una escena donde el personaje de Paola sufre de un ataque de pánico y casi a la siguiente escena ya está lista y contenta para cenarse unas quesadillas.

Ligado a lo anterior viene la pobre ejecución del último acto, en donde el problema que se presenta lo hacen ver más grave de lo que realmente es y donde al parecer las ideas para el guion ya no fluyeron más y terminan por darnos un final apresurado y casi sin sentido.

Metalhead, reportero de Pólvora desde el 2014 y redactor para noticieros de televisión. Apasionado de escuchar discos de principio a fin, las películas de más de dos horas, además de un gran entusiasta y escucha de la escena de metal de México.

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