Cine
Crítica de Los Caballeros del Zodiaco: El Inicio de otro live action fallido
¡Dame tu fuerza, Pegaso! ¿Será que Los Caballeros del Zodiaco muestren de nuevo su poderoso cosmos o mejor nos quedamos con lo animado?
La infancia de muchos será al fin recordada más allá de las mañanas en Caritele por el canal 13 los fines de semana, o de ese himno originalmente en voz de Mauren Mendo que después Ricardo Silva gritaba por los jóvenes guerreros hasta el final llamado Pegasus Fantasy, pues llega este live action de Los Caballeros del Zodiaco: El Inicio para volver a poner en la mira a Seiya y su fuerza de Pegaso. ¿Será que sobrevive o se va directo al panteón de otros intentos como Death Note de Netflix o Dragon Ball Evolución?
¿De dónde vienen los Caballeros del Zodiaco?
Antes de desmenuzar este filme y para todo aquel que no tiene ni idea de cómo elevar su cosmos, va un poco de historia alrededor de Los Caballeros del Zodiaco. Remontémonos hasta 1986, donde el mangaka Masami Kurumada comenzó a publicar la historia de Seiya y compañía, que duraría hasta 1990, siendo este el cierre de la etapa clásica del manga.
Sin embargo, Kurumada quería seguir ampliando este vasto universo, lo cual pudo hacer en el 2006 al lado de la editorial Akita Shoten, la cual generaría conflicto en los fans debido a ciertas contradicciones que esta continuación tenía con la obra clásica, algo que el autor corrigió en una Final Edition para Los Caballeros del Zodiaco.
Pero fue en el mundo del anime donde Sanit Seiya encontró su nicho más fuerte. Curiosamente, el mismo año que comenzó a publicarse el manga, Toei Animation estrenaría su versión, esa serie clásica que todos conocemos, teniendo 114 episodios totales en donde se sortearon los problemas de la adaptación demasiado rápida del manga agregando nuevos arcos argumentales y personajes que le permitieron ampliar lo leído en las publicaciones.
Esto causó que, a la fecha, toda esa generación de finales de los 80s y principios de los 90s mantuviera vivo ese legado, siendo uno de los mangas más vendidos en la historia así como uno de los animes más populares que, tristemente, ha tropezado mucho debido a malas adaptaciones o remakes animados que han mermado las armaduras doradas de Los Caballeros del Zodiaco en tiempos recientes. ¿Este live action los redimirá?
La esencia de Los Caballeros del Zodiaco: ¿es tan difícil adaptarlos?
Y llegamos al momento del juicio. El live action respeta ciertos elementos básicos del manga y anime de orígen. Primero, se sigue centrando en Seiya, interpretado por Mackenyu, hijo del legendario Sonny Chiba, elegido para ser uno de los guerreros que deberá proteger a la reencnación de la diosa Atena. Para ello, Alman Kido (Sean Bean) lo recluta y le advierte de las fuerzas del mal que quieren hacerle daño a su hija, que tiene el cosmos dormido de la deidad.
Aquí comienzan esas libertades argumentales que uno jamás comprende de este tipo de filmes occidentales. Los villanos son una especie de ‘caballeros’ que no necesitan elevar el cosmos sino que se ¿roban? la energía y de ahí salen unas armaduras chafas de a soldado G.I. Joe con las que buscan atrapar a cada peleador que despierte su cosmos y pueda ser candidato a defender a Atena.
Uno de esos villanos es Ikki, el caballero de Fénix, interpretado por Diego Tinoco, quien ni siquiera es el líder de la facción malvada y funciona como un mero ayudante sin deberla ni temerla. Otro de los reclutas es Cassius, cuyo rol cae en Nick Stahl y se convierte en una burla sin sentido de lo que es el personaje en le manga y anime. Es aquí donde Los Caballeros del Zodiaco: El Inicio comienza a mostrar su abismales problemas.
Y es que, como el refrán dice, si no está roto ¿para qué lo arreglas? No hay ninguna necesidad de una corporación maligna mal hecha cuando en tu base original tienes el elemento necesario para salvarte que es la duda y dilemas humanos de saber si quieres o no ser uno de los Caballeros del Zodiaco, además de ese peculiar duelo entre humanidad y dioses que es muy bien llevado en otras obras. ¿Para qué, entonces, inventarse una tremenda ridiculez como lo que plante el relato sin mayor justificación o sentido de sus decisiones?
El cosmos no arde: ¿que se salva y qué no de Los Caballeros del Zodiaco?
Hay cosas que no están tan mal dentro de esta adaptación. Una de ellas tiene que ver con el entrenamiento de Seiya como caballero que visualmente remite al anime y el manga. Aunque, eso si, hay detalles en el diseño de producción un tanto exagerados. Otro punto interesante son las armaduras, algunas luciendo mejor que otras, faltándoles un poco de color con unos guiños a las vestimentas bushido en su complejidad más que a la sencillez habitual.
Los efectos especiales son un poco irregulares, pues en algunas secuencias lucen bastante mal pero en el momento de las peleas y cuando el cosmos de los Caballeros del Zodiaco arde, no desluce. El montaje de estos encuentros (no se ilusionen, no son tantos) esta bastante bien realizado aunque si, de repente luce como un videojuego. Hasta el aspecto visual de Atena luce bien en modo diosa. Pero esas pequeñas cosas no bastan para salvar un relato de dos horas.
La edición mata el ritmo de un relato mal planteado desde el inicio, creando montajes de recuerdos y acciones presentes que no fluyen de buena manera. La historia se prolonga por dos horas de manera innecesaria a través de un planteamiento burdo donde por buenos ratos se siente que no ocurre realmente nada. Y cuando ocurre, nos recuerda a los X Men: La Batalla Final (Ratner, 2006), con ese clímax fallido.
Asimismo, los protagonistas no demuestran mucho, algunos victimas del pésimo guion y otros simplemente desaprovechados a pesar de sus capacidades. No sólo son Stahl y Tinoco los que no lucen nada bien en este filme, está Mark Dacascos, gran artemarcialista, que es usado en como el guardaespaldas de los Kido y tiene una secuencia fusilada de John Wick pero mal hecha y sin una gota de sangre, algo que también traiciona de la esencia del manga y el anime.
Ni qué decir de Sean Bean, que (clásico) vuelve a morir con su Alman Kido gris que no tiene nada que ver con el manga, o la aparición de Famke Janssen como Phoenix, perdón, como V. Guraad cuya presencia acentúa los graves errores de las adaptaciones occidentales. Al menos, Mackenyu (hijo del legeadrio Sonny Chiba) y Madison Iseman son un tanto creíbles en sus roles, mas allá de las ridiculeces que tiene que hacer ante la cámara.
Tristemente, el cosmos no arde ni al mínimo en este intento nuevo por hacer a los Caballeros del Zodiaco más populares para nuevas generaciones, siendo este un inicio ni muy entretenido ni bien adaptado. Así, parece que las ganas de explotar una franquicia muy querida han sido noqueadas por un Meteoro de Pegaso que hunde a Seiya y compañía en el panteón de las peores adaptaciones de manga.