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GIFF 26: Punk Rock Vegan Movie, Moby y su fallido panfleto vegano

Entre el punk rock y el veganismo, el artista Moby se pierde en las pantanosas aguas del panfleto con su fallida ópera prima Punk Rock Vegan Movie

AJ Navarro

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Entre el punk rock y el veganismo, el artista Moby se pierde en las pantanosas aguas del panfleto con su fallida ópera prima Punk Rock Vegan Movie
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Abiertamente conocido como vegano, la figura de Moby es ampliamente aplaudida por esa gran faceta de músico y compositor que nos entregó joyas de la música electrónica como el álbum Play o 18. Sin embargo, el artista da un giro súbito al entrar en el mundo del séptimo arte con un proyecto llamado Punk Rock Vegan Movie que, más que un documental reflexivo, recae en un panfleto repetitivo carente de mayor sustancia. Exhibido por primera vez en México gracias al GIFF Festival Internacional de Cine de Guanajuato, aquí les dejamos nuestra opinión.

¿De que trata Punk Rock Vegan Movie?

Moby debuta como director en este documental escrito, musicalizado por él, donde el popula músico se sumerge en la historia del punk rock ligándolo con el activismo de los derechos de los animales porque ¿qué es mas punk que eso? A través de entrevistas y testimonios de varias celebridades como Kat Von D hasta la presencia de Bagel el perro y el mismo intérprete, es una radiografía de la relación entre ambos aspectos, o al menos eso plantea.

Vayamos por partes. El punto más positivo de este documental es la labor del músico para hablar de los orígenes del punk y cómo éste migró desde la protesta anti sistema anarquista en contra de la Corona a los Estados Unidos siendo Nueva York una de las importantes cunas de este movimiento en la década de los 80s.

Moby tiene una charla filosófica con su mascota en Punk Rock Vegan Movie.
Moby tiene una charla filosófica con su mascota en Punk Rock Vegan Movie.

No podemos negar que el valor bibliográfico de estos aportes resulta de lo más destacado. Pero todo toma un giro escéptico hacia la reflexión de los hábitos alimenticios tratando de provocar una reflexión al relacionar a bandas como Lunachicks, Crass the Damned o Bad Brains para darle voz a una corriente alternativa al hard core por antonomasia del género.

Así, Punk Rock Vegan Movie se va metiendo de lleno a la historia de la mirada straight edge, que buscan crear una revolución que va mas allá de no alcohol ni drogas, sino en una filosofía anti sistema a favor de los derechos de los animales, pasando del clásico hedonismo hacia la defensa del veganismo bajo la alegata de no ser como la gente normal, sino que estaban en contra de la corriente impuesta por el sistema.

Bajo esta mirada en la que los testimonios y miembros de diversas agrupaciones no sólo de ese entonces sino más recientes, Moby y compañía plantean que en realidad el veganismo y esta corriente punk no nace necesariamente de la rebeldía antisistema sino de ser simplemente diferentes y defender ese punto a través de su música, queriendo elevar las consciencias de sus escuchas.

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La historia del punk rock tiene una parte destacada en el proyecto de Moby.

El gran problema de este proyecto no es ahondar en este lazo entre punk y veganismo, ni siquiera los intentos de poner en la mesa la reflexión o discusión de este tema. El grosso error del artista electrónico es nunca mostrar realmente un contraste y crear un discurso unilateral que más que buscar un diálogo parece un barato lavado de cerebro que trata de imponer una postura.

Asimismo, Moby no sabe usar la sátira al añadir momentos sin gracia que resultan de lo más tontos o exasperantes. Lo vemos, por ejemplo, disfrazado de Satán en un falso noticiero derechista de nombre con tono más aleccionador que de humor, o en pláticas con su mascota que tienen cierta profundidad en la que el perro demuestra tener más seso que él.

Punk Rock Vegan Movie se convierte entonces en un filme repetitivo hasta el cansancio, digno de material propagandístico vegano donde el músico convertido en director demuestra su incapacidad para crear un filme crítico optando por un producto digno de uso para lavados de cerebro a lo Alex DeLarge en Naranja Mecánica (Kubrick, 1971).


A pesar de las intenciones nobles donde intenta mostrar el problema ético detrás de los hábitos alimenticios tratando de hablar del status quo y el mal que nos hace, la postura extremista acerca de rechazarlo o vivir como “psicópatas asesinos” que causan una tremenda opresión animal justificándolo a través de la creencia punk rock de ir en contra de todo el sistema, hace que el documental se vuelva un mero panfleto exasperante sin interés en mostrar el gran panorama como otros filmes si lo han hecho (Food Inc., 2008; Fast Food Nation, 2006).

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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