Dos Veces Tú

Salomón Askenazi dirige, escribe y edita con errores garrafales su primer largometraje Dos veces tú, mismo que va con 40 copias a salas de cine en México a partir del viernes 21 de febrero.

Con una interesante, que no es novedosa, premisa, Askenazi narra la historia dos primas de origen judío, una fresa y otra liberal, en una boda deciden intercambiar parejas por diversión. Al salir a sus casas cada nuevo dúo se suben a sus autos y deciden hacer una competencia para ver quien llega primero. En el trayecto uno de los coches se estrella y los sobrevivientes crean una nueva y compleja relación.

El primer giro, bien hecho, es narrar la historia desde otro punto de vista. ¿Qué pasaría si la pareja que falleció hubiera sido la que sobrevive, cómo cambiarían las historias?

Es a partir de este momento en el cual la cinta se pierde, porque trata de narrar dos historias al mismo tiempo sin resolver adecuadamente ninguna.

Askenazi para “escandalizar” a sus paisanos retrata en su película cosas que ya sabemos. Jóvenes fumando mariguana, ya lo sabemos. Mujeres bisexuales, ya lo sabemos. Rigidez en el entorno familiar judío, ya lo sabemos. Etcétera, etcétera, etcétera.

Este proyecto le llevó a Askenazi 52 semanas editarlo para según él darle una concepción cuántica, que por supuesto no lo logra. Es más, en la pantalla parece que edito en la hora de la comida.

La edición consiste en reunir las tomas filmadas, pegarlas en un orden inteligible de acuerdo con una programación dramática, quitar lo que sobra, estructurarla con un ritmo adecuado, sincronizar la imagen con el sonido, y armar las pistas sonoras que incluyen los diálogos, efectos y música.

El elenco está desaprovechado: el maestro Alberto Lomnitz hace una cameo que lo puede hacer cualquiera. Anahí Dávila, Melissa Barrera bien dirigidas pueden tener futuro en el cine. Los papeles desarrollados por Mariano Palacios y Martin Saracho pueden conectar con el público.

Salomón Askenazi comentó que las distribuidoras no saben cómo clasificar su cinta. No es de autor, no es comercial, no es de culto, no es drama, no es cine fantástico, no es thriller. Y tienen razón, Dos veces tú, no es nada.