La Suite Florencia en tiempo de híbridos (entre el show en vivo y la chaqueta digital)

Por Omar León Gil

Dicen que la nueva normalidad tiene que ser normal y que la realidad es relativa a esta realidad tan actual: la “realidad virtual”, la “realidad aumentada”… esa que te da el amor por internet o que te envía besos por imeil y el sexo en videollamadas…

Cámara, un concierto más al lomo de este león… un concierto más en el Dé Efe (así lo pensé antes de darme cuenta de que sólo era un mal chiste de mi cabeza), chocolate como aconsejó el compadre para hacer de la borrachera, o mejor dicho, de la cruda, algo que al otro día ni cosquillas me haga… visita al Hotel Sevilla con una botella de güisqui en mi mochila… ¿o tequila? No lo sé, ese loco dejó las costumbres de lado, ¿1800, Cuervo, Corralejius o Don Yulius? Creo que en otra dimensión, en esa de los conciertos virtuales (hasta soñé que era Centenario)… No importa, recuerda “Nueva normalidad, nueva realidad, realidad virtual”… no hay tiempo para prefiesta ni platicas, en saber cómo está la familia…. ¿Para qué?, si para eso es el caralibro, donde recuerdo que las mentiras parecen verdades y que muchos se lo tragan… o el guasap en el que me dijeron que lo mejor está por llegar… Recepción y sofá con una revista de “La Mosca” con Rita, Julieta y Eli en la portada… Baja el cerrajero con menos llaves de las que esperaba, al menos trae la poderosa, esa que al terminar el concierto trepa y antes de empezar afina la voz…

Teletransportación estilo viaje a las Estrellas, hoy no fue el Alicia ni donde vemos las estrellas al lado del Auditorio Nacional, ni el foro de Calzada del Hueso o en Azcapotzalco, hoy la misión fue en el Manos Guitarra y Arte de Aguascalientes, mientras ‘Kirk’ Armando Palomas taipeaba las coordenadas correctas, canciones desconocidas llegaban a mi cerebro después de recorrer mi nervio auditivo, solo era una probadita de lo que estaba por venir en el striming onlain. Nada cambió, camerinos y soledad, nostalgia por quien no está y entusiasmo por regresar a un escenario, todo eso se mezcló mientras una botella virtual unía a Palomas y a todo su séquito palomero en un brindis.

El viaje sonoro online era descrito por Armando Palomas como su “primera vez” (neta, ¿pensaron en formar parte de una “primera vez” de un personaje como Palomas) y no sólo lo fue para el viejo indecente, sino para muchos fans que se unieron al viaje internauticoestelar, que además de la experiencia del show online, cumplía con otra primicia: la presentación de su nuevo material llamado Suite Florencia … ahora entendía por qué pensaba que la tocada  sería en el Dé Efe, este nombre me remitía a la mítica habitación del Hotel Florencia, de la que pocos han sobrevivido su eterna fiesta y que Palomas adoptó como un santuario del aftershow y como testigo silenciosa del nacimiento de canciones emblemáticas para él.

Como toda primera vez fue mágica y con sus bemoles pero eso, más que verlo como algo malo, para Armando Palomas es una clara declaración de revancha y una promesa para su vuelta a los escenarios el próximo año, donde seguramente habrá shows largos y con un setlist como el que se escuchó en el chou en línea con canciones clásicas y de Suite Florencia que seguramente se convertirán en himnos o como dijo mi compadre Chelico, en nuevos tatuajes con pasajes como “Muérete de todo (menos de las ganas)”. Y es que el nuevo material merece un análisis profundo y lleno de oído más que crítico, sentimental y melancólico que no se quede con un “Déjame besar tus ojos” solamente, sino que vaya más allá y se atreva a cantar una “Canción de cuna para el mar de tus ojeras”.

El viaje terminó y  después de pasar al camerino a recuperar fuerza, regresamos al eterno Milán y a su Suite Florencia que nos esperaba para recibir el amanecer y recordar que somos los sobrevivientes de un rock que cambia y que aún sin sudor y sin público, no deja de ser una oportunidad para levantar la voz y darnos un motivo para seguir sobreviviendo a esta realidad-virtual y estigmatizada más parecida a una chaqueta mental (mas-turbación por los deseos de nuestra imaginación) que a una nueva normalidad.