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Abrazando la Escalera Infinita de la Vida: Una Conversación con Steven Wilson

Desde el punto de vista màs personal, Steven Wilson nos abre su corazòn musical para mostrarnos la escalera infinita de la vida que tanto lo ha inspirado en su carrera

Pólvora Crew

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Steven Wilson

Steven Wilson es el rey fantasma. Si algo ha distinguido su carrera de más de tres décadas como figura protagonista en el rock progresivo, es su interés por hablar de la muerte. Desde el hombre que captura y obliga a un cuervo a cantar porque cree que es su difunta hermana en ‘The Raven That Refused To Sing’, hasta el niño que busca contactar a su madre desde el más allá en ‘Lazarus’. Su intenso trabajo con la guitarra es un crudo homenaje a los lamentos de sus personajes, y sus ritmos vertiginosos hacen referencia al camino inestable que recorren.

Entre pérdidas y la búsqueda de Steven Wilson en sí mismo

Sin embargo, ahora está explorando esta obsesión a través de un lente más cercano y vulnerable. “Sabes, perdí a mi padre hace 12 años, y es una especie de ausencia en mi vida, lo ha sido durante mucho tiempo. Nunca conoció a mi esposa, nunca conoció a mis hijastros. Y siento, sabes, mucha tristeza por eso”, comparte conmigo durante una videollamada por ZOOM, mirando directamente a la cámara, después de adentrarse en el relato corto que escribió para The Harmony Codex (2023), su último álbum de estudio.

Steven Wilson

La historia de ficción, publicada como la pieza de cierre de su libro autobiográfico A Limited Edition Of One (2022), se desarrolla en un mundo distópico con cualidades surrealistas, extraídas de un sueño. En ella, dos niños tienen como objetivo visitar a su padre en un edificio de oficinas de Londres, pero ocurre un ataque terrorista mientras ascienden por él. “Así que se encuentran en una escalera que sigue subiendo en el edificio. Y la escalera se convierte en una escalera infinita”.

Para Steven Wilson, esto es una metáfora de la vida y la idea de que “puedes abrazar el hecho de que a veces la vida se trata del viaje. No se trata de la llegada, se trata de este proceso de avanzar en la vida y abrazar las cosas que te lanza, que no necesariamente esperas o planeas”. Una forma de decir -amor fati-, como explicaría Nietzsche, para mostrar que la base de la felicidad es dejar de lado nuestro impulso de controlar lo que sucede, de desear que las cosas sean diferentes y, en su lugar, amar nuestro camino.

El pasado y el futuro se encuentran en un nuevo proyecto

“Puedes tener tantos sueños como desees. Puedes establecer tantos objetivos como quieras. Pero rara vez los alcanzas. Al menos, rara vez los alcanzas de la manera en que los imaginaste”, declara el compositor nominado al Grammy en seis ocasiones, a quien la BBC ha apodado “el rey del rock progresivo” y cuyas ventas de discos ascienden a millones.

Steven Wilson
Steven Wilson

Sorprendido, miro directamente a los píxeles que forman la figura de sus ojos azules y digo: “es bastante impactante; siempre haces musicalmente lo que quieres hacer, tienes libertad creativa, éxito, muchas personas te admiran”. Él asiente, sentado frente a una gran estantería llena de discos de vinilo. “Entonces, ¿cómo te imaginaste de niño, qué es lo que no has hecho?”

Es entonces cuando regresa al pasado e imagina que está en su habitación, escuchando The Dark Side Of The Moon (1973) y rodeado de secuenciadores, vocoders y máquinas de eco que su padre produjo para él cuando era solo un niño.

“Seré completamente honesto”, comienza. “Me encantaría haber vendido más discos. Me encantaría ser más conocido de lo que soy. Soy lo que podrías llamar un artista de culto. La mayoría de las personas en la calle nunca han oído hablar de mí, no podrían decirte ninguna de mis canciones. No tengo esas canciones que forman parte de la conciencia popular y tal vez parte de mí hubiera amado tener una canción que los taxistas, los limpiadores de ventanas y todos conocieran… que todos los niños conocieran”.

“El arte es potencialmente una forma de existir más allá de la tumba, ¿verdad? Es una forma de dejar tu firma, dejar tu espíritu, dejar tu huella en el mundo”, agrega, con los ojos bien abiertos. “Y todavía hay una parte de mí que siempre siente eso acerca de la gran música. A veces me pregunto si la gente seguirá escuchando mi música en 50 años, 100 años. ¿Qué pasa con mil años? ¿Qué pasa con 10,000 años?”.

Esto siempre ha sido muy importante para Steven Wilson, con quien anteriormente tuve una conversación que duró un poco más de dos horas sobre la figura de los fantasmas como “alguien que ha muerto pero se niega a abandonar este mundo porque tienen un arrepentimiento o un amor tan fuerte que no pueden dejarlo ir”. Una especie de inmortalidad. “¿Qué te transformará en un fantasma, Steven?”, le pregunto.

Steven Wilson
Steven Wilson

“Durante años, siempre pensé -nunca tendré una familia. Nunca tendré hijos. Entonces, mis descendientes no serán mis hijos sino mis canciones-, ¿sabes?” declara, agregando que el álbum de su banda Porcupine Tree titulado “Signify” (1996) trata sobre “todas las formas en que las personas intentan crear la inmortalidad mientras están vivas, y una de esas cosas hermosas es la música”.

La escalera que lleva al concepto del disco

En ese momento, escucha un ruido y se gira para mirar a un lado de su habitación, hacia la puerta que conduce a la sala de estar de su casa, sonríe y agrega con un pequeño suspiro: “sin embargo, esto no se trata solo de la música: también se trata de mi vida”. Steven ahora está casado, “y ahora tengo dos hermosos hijastros”, por lo que “mis motivaciones son un poco diferentes ahora”.

Al final de la historia detrás de The Harmony Codex (2023), los niños nunca llegan al final de la escalera, nunca vuelven a ver a su padre, “pero todavía está allí. Y de alguna manera, es la razón por la que todo el escenario existe en primer lugar”. Steven Wilson profundiza un poco más y se da cuenta de que “hay razones muy claras por las que soy el tipo de músico que soy, que tienen que ver con mis padres”.

“Tengo 55 años y he aprendido a apreciar toda esta cuestión de abrazar el cambio, abrazar las sorpresas, abrazar las cosas que no eran necesariamente tus metas, tu visión de tu futuro”.

“Este interés en la música rock conceptual se forja justo allí con mi papá tocando The Dark Side of the Moon sin parar. Y, en ese sentido, él tuvo una gran influencia en mí”, afirma, agregando que “era un ingeniero electrónico brillante y un inventor brillante, y creó muchas cosas para que yo jugara, incluyendo máquinas de grabación multipista, secuenciadores, vocoders y máquinas de eco, y él diseñó todas estas cosas él mismo y las construyó para mí cuando yo tenía alrededor de 12 años”.

Luego sonríe y se da cuenta de que su padre está inmortalizado dentro de él, en este álbum que su hijo hizo, en esa historia que escribió y en sus nuevos nietos, los hijastros de Steven Wilson, que se han convertido en su nueva prioridad. La música, la música está hecha para acompañarlos mientras recorren esa escalera infinita y disfrutan de todos los secretos que descubrirán en ella.

Por: Oscar Adame Galeano / Fotografías: Hajo Müller

Si la unión de los Gemelos Fantásticos se hiciera realidad y no se convirtieran en un mechudo y un bote de agua, esto daría de resultado.

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