Cine
Los cinco mejores momentos de Pulp Fiction
Cinco escenas que marcaron a toda una generación
El 14 de octubre de 1994, estrenó en salas una de las cintas más influyentes y populares del cine estadounidense: Pulp Fiction o Tiempos Violentos como se le conoce en nuestro país.
La película, cúspide del movimiento independiente a inicios de los años 90 que vio el surgimiento de autores como Steven Soderbergh, los hermanos Coen, Robert Rodríguez y claro, Quentin Tarantino, había sido aclamada en su debut en Cannes, donde se llevó la Palma de Oro.
Posteriormente recibiría siete nominaciones al Oscar y fue pieza clave para la popularización del cine coral, filmes donde se retrata una gran variedad de personajes con su propia historia interconectados en algún momento del desarrollo. Hasta hubo todo un episodio de Los Simpson, “23 películas cortas sobre Springfield” que imitó este modelo y parodió algunas de las escenas de la película.
No solo eso, ¡quién no recuerda con cariño ese soundtrack! Un #21 en Billboard con más de tres millones de copias vendidas, canciones como el “Misirlou” de Dick Dale, el cover a Neil Diamond de “Girl, You’ll Be a Woman Soon” cortesía de Urge Overkill, “Jungle Boogie” de Kool and the Gang y un par de temas más que hablaremos adelante, se volvieron parte esencial de la cultura popular.
Aunque Pulp Fiction ya sea esa película “de póster”, la huella que dejó en su momento es innegable. Es el cine de la generación X, de corte pop, desenfadado y despreocupado por excelencia. Salvo Short Cuts de Robert Altman, no había algo que se le acercara en términos narrativos; menos con este nivel de violencia y conversaciones completamente casuales. ¡Hasta ayudó a revivir la carrera de John Travolta e impulso a Samuel L. Jackson!
Para celebrar sus 27 años, recordamos los cinco mejores momentos que nos dejó.
“Royale with Cheese…”
La mejor muestra del tono casual de la película la tenemos en su segunda escena al conocer a Vincent Vega (Travolta) y Jules Winnfield (Jackson) manejando para cumplir un encargo de su jefe, el gangster Marsellus Wallace (Ving Rhames). Vincent habla sobre su reciente experiencia en Francia y las curiosidades que encontró al entrar a un McDonald’s. Dado que allá (como en todo el maldito mundo) se usa el sistema métrico, no le llaman Cuarto de queso a la hamburguesa, sino Royale with cheese.
Jules entonces pregunta como le llaman a la Whopper. “No sé, no fui a Burger King”. Al final, aunque la plática no lleva a algo trascendental para la trama, es de esos momentos memorables que se graban en tu mente.
“Quiero bailar, quiero ganar, quiero ese trofeo”
Vincent Vega es obligado a llevar a pasear a la esposa de su jefe, Mia Wallace. Juntos van al Jack Rabbit Slim’s, el clásico restaurante tributo a los 50. Interrumpiendo su profunda charla sobre malteadas, un anunciador vocea un concurso de baile. De inmediato y para sorpresa de su acompañante, Mia levanta la mano. Ambos suben, muy a pesar de Vincent para bailar “You Never Can Tell” de Chuck Berry. Los pasos han sido imitados hasta el cansancio hasta en los clubes nocturnos nacionales.
Lo más simbólico: es el regreso de Travolta a las pistas tras la fama que tuvo en los 70 por su talento en el baile, como recordarán en Fiebre de sábado por la noche y Vaselina.
“Soy Winston Wolf, resuelvo problemas”
Harvey Keitel es el actor favorito de Tarantino. Uno de los rostros clásicos del setentero Nuevo Hollywood, gracias a él Perros de Reserva obtuvo más ruido dentro de la industria.
Después de dispararle a Marvin en su auto, Vincent y Jules dejan un caos dentro. Obviamente no pueden ir por las calles de Los Ángeles con un cadaver y cubiertos de sangre. Para arreglar el lío, se refugian en casa del alfeñique Jimmy (Tarantino) quien debe evitar que su esposa vea todo esta escena. Es entonces que Wallace les envía al mejor limpiador: Winston Wolf, interpretado por Keitel.
En 20 minutos, deben terminar de limpiar todo antes de que llegue la esposa. Winston es un personaje distinguido, educado, hábil y sobre todo “un hombre de mujeres”. Es la parte más fresca del casting.
Ese reloj…
Para su única participación en la cinta, Christopher Walken da uno de los mejores monólogos en la historia del cine. Su personaje regresa de la guerra con malas noticias para Butch, cuando aún era un niño. Él trae consigo un reloj de oro “uno de los primeros de muñeca que se hayan hecho”. Su relato comienza con un tono trágico, lleno de nostalgia sobre todos los momentos heróicos del fallecido padre de Butch mientras usaba el reloj. De repente, cambia a un humor negro inesperado cuando revela que el reloj, estuvo oculto en su trasero durante un largo tiempo. Al final, el niño lo toma sin titubeo. Joya.
Hay muchos props clásicos en la película pero junto al maletín de Jules y Vincent, este es el más importante.
La fe de Jules
Siendo estudiante en escuela católica, recuerdo que lo primero que hice al ver esta película a mis 12 años, fue correr a la Biblia para saber si este versículo era real. Pero más allá de la cita de Ezequiel 25:17 antes de llenar de plomazos a un desafortunado, la fe de Jules sigue latente en el resto de la cinta cuando tiene una revaloración al no ser alcanzado por una sola bala cuando Marvin, intenta llenarlo de ploma. Él lo ve como una intervención divina, una discusión que no puede dejar en su siguiente escena durante el restaurante y le da una revaloración al versículo.
Como dato, el uso de este versículo se lo voló de una película del legendario artista marcial Sonny Chiba llamada El guardaespaldas.
¿Cuáles son tus favoritos y que no incluimos en la lista? Si quieres revivirla, recuerda que ahora puedes verla en HBO Max.