Pólvora Live
Placebo en el Palacio de los Deportes: La batalla contra los celulares en un concierto con mucho contraste
Placebo al fin se reencontró con sus fans mexas, y les ofreció un gran espectáculo a cambio de respetar la medida de restricción de teléfonos celulares.
Placebo por fin, después de posponer y no visitar el país por 6 años, les cumplió a sus fans y vaya forma de hacerlo, dando dos conciertos en la CDMX que quedarán en el recuerdo por un par de situaciones en especial que más adelante les estaré explicando.
De mientras quiero platicarles mi experiencia en específico con Placebo, ya que por muchos años fue mi banda favorita, por lo que me parece chido hacer el contraste de ese mi primer concierto del Placebo (y de mi vida) por aquellas tardes de octubre del 2006.
Y es que en verdad la música del Placebo de hace ya 18 años causaba un verdadero vórtice de emociones dentro de mí, lo transgresor, la intensidad de las letras, lo pasional de sus videos, todo en Placebo me parecía una revelación increíble.
Por esos entonces, pasado el Once More With Fellings y entrando al Meds, Placebo traía un setlist bastante poderoso y joven, si así podemos llamarlo, rolas como “Meds”,”Twenty Years” y “Special K” eran las que engalaban sus presentaciones por esos años, años en los cuales también parecía que ya pagaban el predio dado a sus muchas visitas al término de la primera década del nuevo milenio.
La cita pendiente de Placebo
Casi 18 años después tocó ver a Placebo en el mismo lugar por tercera ocasión, y el contraste es muy diferente, por dos situaciones en concreto, la primera de ellas es que ya la senectud nos anda pegando a toda esa raza que crecimos viendo videos en Telehit y en MTV.
Y la segunda es porque por más que le quiero buscar, simplemente siento que Placebo no ha hecho algo tan portentoso desde el Meds del 2006, precisamente y no me malentiendan sobrinos, el tema es que no logro tener ese mismo sentimiento que tuve con los primeros 4 discos de la banda.
A lo que me lleva es a ponerme unas gafas más contemplativas y alejarme de esos sentimientos de euforia para darle paso a la apreciación artística de Stefan Olsdal y de Brian Molko, ya que me queda clarísimo que los dos son unos maestrazos en la música.
Luego entonces viajamos de vuelta a 2022, año en donde se anunciaba el regreso de la banda para septiembre pasado, pero derivado de “unos problemitas” de logística, la banda tuvo que posponer su concierto hasta abril del 2023.
Lo que nos lleva a estas últimas semanas, en donde no hace mucho, se anunció un concierto íntimo que se llevaría a cabo en el Lunario, agregándose así a la fecha previamente anunciada para el Palacio de los Deportes.
La batalla contra los celulares
Llegábamos al recinto todos los peregrinos para ver al Placebo, cuando entre pláticas con los colegas, me topé con la historia de que en el concierto del domingo en el Lunario, Placebo no dejo que la gente grabara con sus celulares, aplicándoles el lamparazo para que dimitieran en sus próximos intentos.
Ustedes ya conocen mi postura de “Boomer”, “Abuelo” y “Sopibecario” sobre el tema de los teléfonos en conciertos, por lo que la medida me pareció excelente y suplique al Cristo santo y redentor, que sucediera lo mismo en el Palacio de los Deportes.
Ya en anteriores presentaciones en Europa y el gabacho, se escuchaba que Placebo era de esas bandas que les pedía a su gente no sacar el teléfono y disfrutar la experiencia; sin embargo, lo que me encontraría esta noche en el Palacio, vaya que me sorprendería.
Previo a que la banda saliera, unos 10 minutos antes para ser casi exactos, en las pantallas apareció Stefan distorsionado y hablando en español, solicitándole a los presentes que no sacaran el celular para que pudieran disfrutar por completo la experiencia, además de que era una falta de respeto para los artistas y para las personas de atrás que solo terminan viendo la pantalla de un teléfono en lugar del espectáculo.
Aunque la medida fué algo drástica, la neta sí movió la dinámica en la participación de los asistentes.
— Mitvalk (@mitvalk) April 18, 2023
(así lampareaban a aquellos que sacaban celulares para grabar ayer en el concierto de Placebo) pic.twitter.com/yGQvyXNEGF
La mayoría de la gente lo aplaudimos y procedimos a guardar teléfonos. Ni un minuto más de las 9 pm Placebo ya salía al escenario para empezar a rascarle con “Forever Chemicals”, seguido de un montón de rolas del nuevo disco, una práctica que se viene viendo con este tour.
Lo sorprendente de esto, queridos sobrinos y sobrinas, es que la leyenda del lampareo era real, a todos aquellos pobres diablos que intentaban sacar su teléfono para grabar y que se encontraban en primeras filas, una luz los lampareaba, no alcance a distinguir si era una persona o era un sistema sofisticado de una barra de luz que estaba en el piso de la tarima del escenario.
Pero el rollo es que vaya que era agresiva, y miren, el problema no es tanto en darle su merecido al necio que saca el teléfono, el problema es que seguramente los que estaban delante de él también terminaban lampareados sin deberla.
Vaya que fue un sistema curioso y algo mordelón, pero que logró su cometido, ya que a diferencia de conciertos como el de 1975 en donde todos tenían teléfono arriba, acá se alcanzaban a ver unos 20 teléfonos arriba en la zona de general, lo que es una gran, gran diferencia.
Y es que justo transforma la dinámica, puesto que la gente se puso más cooperativa al momento de los gritos y los aplausos, y genuinamente se pusieron a disfrutar directamente y no a través de una pantalla.
El 2×1 de Placebo en su setlist
Desafortunadamente, les seré sincero, la primera parte del concierto, Placebo no logró conectar con su gente, ese repaso de rolas nuevas tuvo a la gente sentada todo el tiempo, algo que no había visto en un lleno del Palacio de los Deportes.
De repente teníamos uno que otro clásico que caía muy bien como un oasis en el desierto, pero para nuestro infortunio, la tónica en general fue precisamente tocar rolas que, pues los que ya le aportamos voluntariamente al Afore, no disfrutamos del todo.
Cabe destacar una curiosa situación que paso previo a la rola de “Too Many Friends” y es que sacaron un tremendo y elegante piano blanco que no sirvió para una chingada, lo cual termino en un encore improvisto, por lo que la razita del Palacio procedio a hacer la famosa “ola” para entretenerse.
Sin embargo, se le puede señalar de muchas cosas a Placebo, pero jamás de incumplidos, ya que algún buen valedor solucionó el problema y terminaron por tocar la canción junto con “Went Missing” unas rolitas más delante de lo programado.
Y esto justamente nos lleva a la segunda parte del concierto, en donde cayeron los exitazos de la vieja guardia y que fueron precisamente los que hicieron que la raza se parara de sus asientos y saltara al ritmo de “Song to Say Goodbye”, “Infra-red” y “The Bitter End”.
Definitivamente, ha sido el concierto con más contrastes que he visto de Placebo (he asistido a todas sus visitas en CDMX desde el 2006) y aun así, con todos los inconvenientes y cosas raras y setlist flojitos, solo me queda en claro una cosa que se refrenda cada vez que los veo de nuevo, son una pinche bandota que entrega alma y cuerpo a cada una de sus canciones en el escenario.
Te queremos mucho Placebo y ojalá ya se te haga comprarte un terrenito por acá para que sigas pagando el predial y nos visites más seguido.
Setlist de canciones del concierto de Placebo en el Palacio de los Deportes
Forever Chemicals
Beautiful James
Scene of the Crime
Hugz
Happy Birthday in the Sky
Bionic
Twin Demons
Surrounded by Spies
Chemtrails
Sad White Reggae
Try Better Next Time
For What It’s Worth
Slave to the Wage
Song to Say Goodbye
Come Undone
The Bitter End
Infra-red
Too Many Friends
Went Missing
Shout
Fix Yourself
Running Up That Hill
Raquel Montes
19 abril, 2023 en 5:53 pm
Hola. Mi comentario es acerca de la reseña de Mitvalk. Agradezco que haya balanceado sus puntos de vista. Yo agrego que, como seres humanos, Brian Molko y Stephan Olsdal se han transformado a lo largo de los años. Su más reciente álbum es introspectivo pero está muy bien hecho. Es cierto, amamos a Placebo también por sus rolas de gran energía y hubiéramos querido escuchar esos clásicos que nos hacen estallar de euforia. Sin embargo, en esta etapa de la banda también hay entrega total de ellos a su público. Los sentí contentos y agradecidos con las y los miles de espectadores que fuimos para verlos, escucharlos y demostrarles que son parte de nuestra vida.