Crítica de El Gato Con Botas 2: El Último Deseo ¿el adiós de un minino adorable?

Érase una vez un felino que, unos años atrás, conquistaría a la audiencia con su actitud aventura y su mirada adorable, expandiendo sus oportunidades hacia sus misiones en solitario con no tanta fortuna. Pero después de un lago descanso y de muchas vidas gatunas vividas, este fiero justiciero regresa con El Gato Con Botas 2: El Último Deseo, entregando la que podría ser su hazaña final, dejando a su paso una de las mejores cintas animadas de este 2022.

El Gato con Botas 2: ¿regreso triunfal o decepción gatuna?

Han pasado casi 20 años desde que Antonio Banderas decidió darle vida (al menos el voz) al aventurero gato con la segunda entrega de Shrek. El personaje fue tan popular que se volvió clave para esa saga y tuvo su primer aventura en solitario en el ‘muy muy lejano’ 2011. Sin embargo, esa vez dejó un tanto insatisfechos a sus fans pues se sintió como un baño de egolatría hacia un personaje que no evolucionaba, sino que siempre ofrecía lo mismo.

Sin embargo, en esta secuela, el Gato Con Botas, con todo y sus aires del Zorro, se enfrenta no sólo a la cuestión de un regreso con el riesgo de ser una decepción para los fans, sino a ver por fin una faceta de este orgulloso aventurero que no le conocíamos. Afortunadamente, se aterriza con creces en la segunda, mostrando al felino en un reto del cual no puede escapar: la muerte.

Para el siempre alocado y casi inmortal gato, este dilema lo llevará a un arco de desarrollo que no había tenido antes, dejando de lado la soberbia exacerbada para poner en perspectiva qué es lo que ha hecho de su vida o, incluso, lo que ha dejado de lado por colgarse siempre de la fama y éxito que le daban ser este héroe del pueblo sin medir las consecuencias. ¿Cuál es, entonces, el legado que deja uno después de haber vivido tanto?

La vida, la muerte y los deseos: Los mensajes de El Gato Con Botas 2

Es aquí donde el relato de El Gato con Botas 2: El Último Deseo cobra una relevancia que su antecesora cinta no tenía. Al arrancarle ese aire mítico al minino, se vuelve uno más, aquel que en cualquier hazaña puede perder la vida y ser olvidado (o recordado) por siempre. Pero no es el aplauso ni las glorias lo que hacen que la existencia de uno mismo valga la pena.

El guion presenta entonces el dilema de la mortalidad a través de nuestro protagonista, uno que jampas se había tenido que preocupar por ello y que, ahora, el miedo lo invade por primera vez al saber que esta nueva misión motivada por cuestiones personales lo lleve a enfrentar la inevitabilidad del final de su legado.

Pero el Gato Con Botas no está solo ante este planteamiento. También se encuentra Kitty Patitas Suaves, que regresa al ruedo sin la voz de Salma Hayek, para también ir por el mismo objetivo que su colega felino. Pero ella también desarrolla otro enfoque, uno que se separa del mensaje de la mortalidad y se enfoca más en la soledad así como los deseos de una vida que se siente vacía. El grupo protagónico se complementa con Perrito, un chihuahua terapéutico que resulta una pieza fundamental para esta misión al ser una voz de la razón entre todos.

Refuerzan la narrativa la aparición de un antipático hombre cegado de poder como lo es Jack Horner, así como Ricitos de Oro y sus fieles acompañantes de acento argentino, los Tres Osos. Este grupo de personajes resaltan la importancia de los deseos y lo que representan cada uno, mostrando que a veces lo que uno más quiere está al alcance de sus manos si tan solo pudiéramos ver más allá del brillo de una estrella o de nuestros egoístas puntos de vista.

¡A maullar se ha dicho!: La animación y el doblaje

Otro aspecto que destaca más allá del gran guion es el estilo de animación de esta nueva entrega. Si bien Dreamworks ya se ha establecido como uno de los representantes más importantes en el género, consiguiendo grandes cintas por medio de la técnica en 2D y 3D tradicional, el estudio continúa en una transición para encontrar este nuevo sello que se convierta característico en esta nueva etapa. Para ello, continúan con la combinación de técnicas al más puro estilo de Spiderman: Un Nuevo Universo (2018).

Ante ello, El Gato Con Botas 2: El Último Deseo marca un interesante balance entre las mismas, dando como resultado una dinámica especial para las escenas de acción donde pareciera usar un estilo casi como anime en contra de otras donde el uso del tradicional 3D resalta más. Si bien al principio este choque de técnicas pareciera un tanto conflictivo, mientras el relato avanza se siente mucho más natural, formando parte de la adecuada narrativa.

El diseño de los personajes también destaca. Si bien los viejos conocidos como el Gato y Kitty están sin mayor cambio, hay pequeños detalles que hacen que esta nueva manera de animación destaque en ellos. En cuanto a los demás, Perrito se lleva las palmas al personaje más adorable con todo y ese calcetín de ropaje y la triste historia detrás del mismo, mientras que ese intimidante Lobo Feroz luce impactante, tomando elementos de la Muerte vista en el clásico El Séptimo Sello de Ingmar Bergman.

Y qué sería de los personajes sin el talento de voz que hay detrás de ellos. Antonio Banderas sigue dando pie al que pareciera ser ya un alter ego suyo en el mundo animado. Para Kitty, Salma Hayek no repite papel en español pero Verónica López Treviño asume de buena forma el reto, no notándose el cambio en el rol. Otro que se lleva las palmas es Harvey Guillén, quien da vida a Perrito, que además, al lado de Banderas, es el único que repite en su lengua original como en el doblaje, dotándolo de un carisma comparable al del aventurero felino.

Por el lado de los antagonistas, el artista Faisy continúa acrecentando su currículum dando vida a malos en el doblaje, poniéndose detrás del atorrante y egoísta Jack Horner, que en el original es llevado a la vida por John Mulaney. Pero definitivamente es el talentoso Pisano, que toma las riendas del trabajo hecho por Wagner Moura en el idioma original, quien se pone la capa de la Muerte para entregar una labor impresionante que, con todo y su peso antagónico, dan ganas de volver a ver en alguna otra entrega (si es que existe).

No cabe duda que esta secuela gatuna se sacude de encima los malos resultados del spin off anterior para ampliar no sólo este universo de cuentos hadas tan particular sino que le da una profundidad a un personaje clásico que parecía haber sido olvidado pero que ahora, de nueva cuenta, se enfunda en su capa y espada para hacer esta nueva hazaña enfrentando su vida, la muerte y las consecuencias de ser un adorable héroe. ¿Será esta la ultima vez que veamos al Gato con Botas? Esperamos de ‘ogrosa’ manera que no sea así.