Pólvora Live
Exhorder y Vio-lence, un combo ganador para el Foro 28: así se puso la noche
Una campa brutal y salvaje de puro Thrash con Groove Metal para zafarse un rato de la vida cotidiana
Apenas acabó de esconderse el sol, se abrieron las puertas del no tan nuevo, pero todavía undergound Foro 28, donde aproximadamente una hora después empezaría una de las noches thrashers más destructivas de la época con dos grandísimas bandas a la cabeza: Exhorder y Vio-lence.
Abramos este pasquín diciendo que realmente no es un foro que esté todavía muy preparado para recibir bandas y hacerlas sonar de ensueño. Tienen equipo limitado, pero suficiente para que se escuche hasta la última esquina del lugar, pero entre más lejos estés, escucharás con menos claridad. La visibilidad tampoco es fuerte con una rampa enmedio del lugar (?). Los servicios, baños y chelas, no están pa’ quejarse. Vale lo que pagas, al menos en esta ocasión.
Exhorder, una cátedra de cómo tocar musica violenta con gran clase
Eoezamos con una de las bandas clásicas, creadores del movimiento Groove Metal en los Estados Unidos. Son una dosis macabra de lo mejor de la música agresiva. De pronto pueden tirar un Hardcore pasado de lanza, ultra distorsionado y de baterías endemoniadas con riffs y solos chupa almas, que un thrashito o un punk mucho más tranquilo, pero al mismo tiempo agresivo, sin técnica, solamente pisadas en bruto y baterías con cadencia chida para mover los pelos entre la multitud.
Su espectáculo duró poco más de una hora y media, cansado, pero justo para toda la.banda que le cayó a echar desmadre. Puede que no eran muchos, pero estaban bastante zafados de la cabeza. Apenas escuchamos los primeros acordes que arrancaban la noche, y un par de inconscientea valagardos ya habían organizo el slam. Antes de que pudieras siquiera pensarlo, empezaron a llover zapes, empujones y gritos de maldad porque alguien ya le había asestado un puñetazo a otro colega metalebrio.
Ya de últimas tiraron un popurrí de poco más de diez minutos que acabó con el alma de todos los presentes. No había muchos chavos entre la raza, la mayoría éramos gente por arriba de los 25, y tirándole a los 45, la neta ya no te obedecen las piernas, brazos, muslos, muñecas, nudillos o el cuello como cuando teníamos 19, pero el desmadre se armó, y se armó durísimo entre lluvia de chela (tal vez miados).
Vio-lence, una jornada brutal de puro desmadre en el Foro 28
Si la primera parte fue absolutamente brutal, la segunda no tuvo precedentes. Vio-lence arribó a las tarimas unos 20 minutotes antes de lo esperado, agarraron sus instrumentos y reventaron las bocinas antes de que cualquiera pudiera reaccionar. Evidente la fuerza y pasión con la que interpretaron sus grandes éxitos. No dieron lugar a la tranquilidad, disparando con una diferencia de 10-15 segundos cada una de las rolas del setlist, así pudieron tocar un montón de hits en los poco más de 75 minutos que les dieron para ejecutar.
Desde la batería se podía oler la cacería de chingadazos en lo que se convertiría el toquín. Para entonces ya se había organizado todo el pogo en una sola rueda de grandes dimensiones, donde se le hizo tremendo honor al nombre de la banda, y a los géneros que componen su construcción del show: punk, thrash, hardcore, metal. Una jornada violenta a full.
Las guitarras fueron una constante guerra de riffs y solos, pero sana competencia de esas que dan gusto oir por su brutalidad, no como los kilos de virtuosismo que tiran otros tantos para disque deslumbrar, pero terminan aburriendo con ganas a la bandera. Phil Demmel e Ira Black son fulminantes en el escenario. En unos pocos minutos acaban con tu fuerza de voluntad para seguir en el slam.
Por último, con Sean Killian en la voz tenemos más que solo una cantada. Es un tipo genial que hace movimientos extraordinarios, gestos y manoteos sobre el escenario. Es trestralidad pura. Lo que menos esperarías de un tremendo thrasher cábula, desmadroso, borrachín y amiguero. Es mucho más serio, sin mucho movimiento, a veces hasta parece enojado con la vida, hasta que escucha que le llaman “pelón”, alienta a la ente a gritarle cosas a su calva, y sonríe macabro. Un duro.