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Franz Ferdinand, el archiduque que conquistó el Palacio de los Deportes

Franz Ferdinand regresó a la CDMX para presentar todos sus éxitos en el Palacio de los Deportes. Acá te contamos que tal estuvo.

Mitvalk

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Franz Ferdinand en el Palacio de los Deportes

Tantos años pasaron, diecisiete años de conocerte. ¿Cuántas veces te pedí una? Por fin, después de tanto, me otorgaste mi anhelada cita y, ¿sabes qué? No fallaste mi querido Franz Ferdinand, me diste todo y me trataste como se debe de tratar a la gente. Muchas gracias por llenar todas las expectativas y gracias por existir.

Luego entonces después de esa carta de enamorado a la banda originaria de Glasgow, toca hacer la remembranza de la cálida pero airosa noche de hoy, en donde Alex Kapranos y compañía sometieron en sublime hipnosis a todos los presentes del domo de cobre.

La crónica del camino entre la taza, la playera

Ya previamente les he contado sobre esa sensación de emoción original al cruzar el puente que conecta el Metro Velódromo con el Palacio de los Deportes. Es ahí donde los ánimos enjaulados aún no están listos para hacerse presentes, es ahí donde la chaviza de hoy que gusta del Franz Ferdinand, bajó del vagón para incorporarse con otra raza que caminaba hacia las puertas del recinto.

Pantalón de mezclilla, botita, Converse y  Vans negro, chamarra de piel y playera negra, parecía que fuera el requisito de admisión. Los chavorucos se formaban ansiosos para bajar las estrechas escaleras para ser recibidos por los puestos de la taza, la playera en laterales, y es que sépase que fue una experiencia interesante el ir escuchando “The Dark Of The Matinée” en los auriculares mientras se veía a los marchantes acercarse para adquirir algún afiche o llavero previo a la entrada. Ya saben, a apañar los modelos más chidos antes de que a la salida se vacíen las carpas.

El güero escondido detrás del café metálico del domo y ya todo se alistaba para escuchar las primeras notas de los Vaccines, banda invitada para echar el teloneo e ir preparando a esa masa enorme de energías que estaban a punto de desbordar.

The Vaccines y el encanto británico para gracia de los presentes

La banda originaria de West London, logró llevar al auditorio a los aplausos plenos presentando un setlist muy sobrio pero con toda la energía, mientras que en sus pantallas se presentaba la imágenes en tonalidades rosa.

Tremendas piezas como “I Always Knew” y “If You Wanna” sonaron para beneplácito de los tempraneros que en ese momento apenas se encontraban abarrotando la zona general de la pista y algunas localidades en la parte superior del lugar, mientras que la franja intermedia se vía apenas salpicada por uno que otro puntito humano, cuestión que cambiaría a la llegada del Franz, el cual logró tener una buena cantidad de asistentes.

Los queridos Vaccines se despidieron por ahí de las ocho con treinta de la noche para dar lugar a la movedera de instrumentos. Así es queridos sobrinos, mi momento por fin había llegado, la cita estaba cerca y yo traía los nervios a tope.

Franz Ferdinand, con puro hit para la cabeza

Daban las nueve con ocho minutos de la noche, cuando la pantalla gigante del fondo mostraba la ya icónica imagen del Hits To The Head (último disco recopilatorio de la banda) cuando el señor Kapranos y el resto de la alineación, aparecieron para ser recibidos por un gritadero aturdidor. De inmediato, todos a sus puestos y ¡pum! Va el primer chingadazo con “No You Girls”. La banda ya empezaba a mover la patiita y la cabeza al ritmo de la batería de Audrey Tait. La gran pantalla mostraba el logo de Franz Ferdinand en gigante mientras la raza, no dejaba de gritar.

“¿Cómo están, todo bien?” decía en español el bueno de Alex, complementando en su idioma natal. “Somos Franz Ferdinand, de Glasgow Escocia, y es increíble estar de vuelta aquí, en México”. Luego de esto agradeció a los Vaccines por preparar a la raza y de inmediato empezaron las primeras notas de “Curious”.

Ya para este punto me di cuenta de una situación muy singular y agradable a la vez, y es que el Franz Ferdinand, ya se convirtió en una banda transgeneracional. Para la mayoría de los fans, las rolitas del Right Thoughts, Right Words, Right Action hasta Always Ascending, pueden considerarse un poquito más frescas, pero precisamente son las rolas que banda más joven, con todos sus dientes y sin recibir medicinas del seguro, aplaudían y coreaban con todo el corazón. Por otra parte, los más ancianos esperábamos nuestro turno para escuchar las del homónimo primer disco y del You Could Have It So Much Better.

Franz Ferdinand en el Palacio de los Deportes
La sonrisa de Audrey es por demás contagiosa. Foto: Mitvalk/Pólvora.

Y pues así fue el caso sobrinos: “Walk Away”, “Outsiders” y “Do You Want To” sonaron machín. Cabe resaltar que esta última fue la que provocó el primer desborde de emociones y la cual hizo que los asistentes de las gradas se pararan a bailar. Los que andaban en pista hacían lo propio, con pequeñas balsas con vasitos de chela surfeando con pericia esas alocadas olas alimentadas por los guitarrazos de Bob Hardy.

Los hits seguían, obedeciendo a la santa palabra del Hits To The Head, “Always Ascending, “The Fallen” y una interesante y satisfactoria interpretación de “Lucid Dreams” llegaron para amenizar la velada.

Después de eso, mi momento climax, mi momento ideal que soñé desde que no me dolían las rodillas, una triada de canciones que parece que le encargue al mismísimo Alex colocarlas en ese orden. Mis tres canciones favoritas de la banda sonando en continuo, “Love  Illumination”, “Michael” y “Take Me Out” reventaron a tope todo el Palacio, entregado en absoluto al Franz Ferdinand.

“Muchas gracias” decía el vocalista una canción tras otra, todas agradecidas por el público y con una expresión genuina de que la estaba pasando increíble, lleno de energía, platicando con la banda, recibiendo al doctor Simi y acomodando al centro del escenario;, todo de maravilla.

Previo al encore empezó la batucada mientras los cinco integrantes tocaban percusiones para cerrar “Outsiders”. Poco a poco fueron abandonando el escenario mientras Alex alentaba a los presentes, haciendo movimientos corporales, mientras sonreía de oreja a oreja. Es un hecho, el hombre estaba completamente atento al público, el cual en mi escala de interacción le doy un 9.7 de 10 y eso solamente porque no quiero que piensen que estoy siendo palero, pero realmente el hombre se rifó bien cañón.

Posterior al encore la banda regresó para aventarse tremendos hits de la vieja guardia “Darts of Pleasure” y “Jaqueline” fueron las previas a cerrar con “This Fire”, rola con la cual incito a la bailadera y al éxtasis total. Franz Ferdinand acababa de entregarnos una de las mejores interpretaciones que este humilde fan allá visto en su vida.

Muchas gracias madre por darme la vida y gracias Franz Ferdinand por darme las ganas de vivirla. Te quiero mucho Alex Kapranos, gracias por tan excelente cita.

Franz Ferdinand en el Palacio de los Deportes
Representación actual del antaño jugo de hits. Foto: Mitvalk/Pólvora.

Máster de la fina grosería, amante empedernido del videojuego y secuaz de todo lo bello que se haga en fotografía. Que vivan los 2000's, la música y el juguito de naranja.

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