Pólvora Live
Underoath en la Carpa Velódromo: el screamo volvió a rugir en la CDMX.
Tras diez años de ausencia en México, los originarios de Florida regresaron con el post-hardcore que los caracteriza para rememorar viejas glorias de la época emo.
Han pasado casi 20 años desde que Underoath lanzó el disco They’re Only Chasing Safety, compilación que marcó un antes y después para la banda de Tampa, Florida; aquellos jóvenes que hicieron vibrar a una generación que vivió con intensidad los años maravillosos del movimiento emo, son ahora unos adultos en plenitud.
Así como la apariencia física de los miembros de Underoath ha cambiado, también la vida y aspecto de sus fans, atrás quedaron los flecos relamidos que tapaban un sólo ojo, los estoperoles en collares al cuello o los tintes de cabello con colores extravagantes. Lo de hoy son los smartphones al aire para grabar historias del concierto y subirlo a redes sociales, la cerveza en la otra mano y una vida llena de responsabilidades de adulto anhelando retornar al lejano 2004 donde quizá todo era mejor.
“Regrésenme al 2004…”
La cita con el pasado en la Carpa Velódromo abría sus puertas a las 7 en punto de la noche; media hora antes una larga cadena humana resaltada en tonalidad negra, por la predominancia del color en la ropa de los asistentes a la tocada, se estiraba en su máximo hasta casi alcanzar los límites de la estación del metro Velódromo, los más fans del género screamo querían estar hasta el frente en un reencuentro que esperaron por mucho tiempo.
Underoath no llegó en solitario a México, sus tres fechas mexicanas que incluyeron conciertos en Guadalajara y Monterrey previas a la de CDMX estarían acompañadas del cuarteto texano Memphis May Fire y su potente metalcore. El talento mexicano tampoco podía faltar en el line up y los elegidos para completar la trifecta que invocara a los antiguos espíritus emo fueron los experimentados Lack of Remorse, quienes con más de diez años en la escena se subieron al ruedo para abrir el show en las inmediaciones de la Ciudad Deportiva capitalina.
Ruidosos e irreverentes como se definen los integrantes de Lack of Remorse, prendieron la distorsión en el primer acto de la noche para ir encendiendo la temperatura de la fanaticada y asustar al frío que a pesar de las aglomeraciones corporales acariciaba a todo aquel que no dejara de moverse.
Siguió Memphis May Fire, presentación altamente esperada, pues junto con Underoath los originarios de Denton, Texas también cargaban con más de una década de ausencia en los escenarios mexicanos. De la mano de su front man, el colorado Matty Mullins con su brazos cubiertos de tatuajes y que por momentos entre las sombras del escenario se asemejaba a una versión hardcore del Canelo Álvarez; las flamas del metalcore, la vocalización gutural y el doble bombo retumbaron en la Carpa Velódromo. Canciones como “Left For Dead”, “Miles Away”, “The Sinner”, “Somebody” o “Vices” abarcaron un repertorio que dejó más caliente a la audiencia que a un emo de 18 años.
Underoath, el platillo fuerte
El escenario se cubrió de una oscuridad casi total hasta que la única pantalla en la tarima se iluminó con una proyección desplegando la letra “U” con efectos de glitch, los gritos de forma masiva se dispararon por todo el recinto; finalmente Underoath tocaba tierra en la CDMX, fue como un abrazo al emo interior que quizá aún reside en muchos de los que se hicieron presentes.
Underoath no se guardó nada y abrieron con “In Regards To Myself” el segundo sencillo de su LP “Define The Great Line”, un álbum muy querido por los fans. Como ya es costumbre en sus shows, el vocalista Spencer Chamberlain, oscilaba su larga y güera cabellera al ritmo de sus gritos, iba y venía entre saltos a lo largo del escenario, se arrodillaba y apretaba el abdomen para gritar desde el suelo e incluso bajó a la barricada para sentir de cerca el calor del público mexicano; todas estas combinaciones de movimientos crearon un combo de energía en el acto que los fans esperaban ver y sentir.
Spencer, Aaron, Christopher, Grant y Timothy ofrecieron un setlist de auténtico post-hardcore y screamo que incluyó sus más grandes éxitos como: “Down, Set, Go”, “Writing On The Walls”, “Too Bright To See, Too Loud To Hear”, “You’re Ever So Inviting”, “Reinventing Your Exit” y “It’s Dangerous Business Walking Out Your Front Door”.
Finalmente el show cerró con la que tal vez sea la canción más popular en la historia de Underoath: “A Boy Brushed Red Living In Black and White”, del disco They’re Only Chasing Safety, que cumplirá dos décadas de existencia el próximo mes de junio. La banda se despidió entre una gran ovación con la promesa de no volver a tardar diez años en regresar a México, veremos…