Cuca en auto concierto: “El covid nos jodió los 30 años y todo lo traemos aquí guardado”

Lo dijo José Fors, estábamos en un evento extraño pero histórico y es que si todo sale bien en unos años dirás ¿recuerdas cuando fuimos al auto concierto de Cuca cuando hubo pandemia?

Pues así los afortunados que estuvieron en el pasado show de Cuca en el Autódromo Hermanos Rodríguez en la famosa Curva 4, ahí mismo donde se pone el escenario principal del Corona o el Domination.

“El covid nos jodió los 30 años de celebración y todo lo traemos aquí guardado. Qué bueno verlos rocanroleando y sanos, más de un año sin tener este contacto, cantándole a la pared, buena onda estén aquí”, también dijo Fors quien a sus 62 años de edad mantiene la voz intacta llegando a esos claroscuros que lo han hecho referente en el rock mexicano desde que estaba en esa banda de heavy metal llamada Mask y que cantaba en inglés con covers a Dio incluidos.

El ambiente si era completamente extraño para un show de este tipo, una sola banda en un escenario frente a muchos autos y gente en un corralito. Por suerte al empezar el concierto los más fieles blátidos que estaban hasta adelante pusieron el desmadre rocanrolero como si tener run cubre bocas no fuer aun impedimento. En otros momentos sonaban los cláxones para alentar a la banda ya que no es lo mismo, no hay muchos gritos, no hay slam pero si hubo buena vibra.

La pantalla gigante que tenían Nacho, José, Alex y Carlos de fondo iban cambiando según la rola, ya saben, ilustraciones de mujeres en paños menores en “Arre Lulú” o “La Pucha Asesina”, cabezas a la Forseps, una enorme cara de pizza y muchas cucarachas en diferentes tonos y tamaños. En este sentido el show es como verlos en un Vive Latino, tal cual, mismo audio y misma visibilidad; a veces esta tapada por los camarógrafos que hacían su chamba para la gente que veía el concierto vía streaming, pero nada que molestar.

De todas las bandas salidas de la generación Culebra, Cuca es la única que sigue haciendo música constantemente – a pesar de que sus shows llevan los hits obligados de fiesta de vaso rojo de cuarentones- y por suerte sus fans lo entienden así y es que ellos cantan todas las canciones, nuevas y viejas (obviamente los fans de ocasión cantan en “Son del Dolor” y “La Balada” como si fuera el fin del mundo) y por ello es una banda que sigue proponiendo y refrescándose. También ha habido tiempo de aprenderse las rolas de Pornoblattea, el disco que salió el año pasado y que marcaba tres décadas de la banda.

El show comenzó pasadas las siete de la noche pero con mucha luz de día y poco a poco fue cayendo la noche, con un concierto de mayor duración a lo que vimos en su pasado streaming y shows donde comparten cartel con otras bandas. Todo salió bien, por ahí unos monitores con los que tuvo que lidiar Otaola al inicio, pero hubo para todos como “Hombre de la Marcha”, “Todo Con Exceso”, “Mi Cabeza”, “Mátame Antes”, “Cosas Peligrosas”, “Caperucita Roja / Hijo del Lechero”, “Lo Muerto”, “Más Daño” y las que no faltan como “Cara de Pizza”. Curiosamente entre estos temas que casi siempre suenan en sus shows no hubo “Implacable”.

Se rockeo bien, extraño eso sí, incluso la gente no sabe qué hacer o no en pleno show. Lo único que si no hay es la vendimia de mercancía, salvo dos tristes puestos a la entrada no había nada más.