Serbia en Vive Latino 2022: salvajes, emocionantes y glamurosos

Parece que fue ayer cuando entré a un bar debajo de un puente en plena Ciudad de México. La invitación era clara: Flip Tamez presentaría su proyecto como solista a los periodistas musicales de la capital mexicana, con el objetivo de juntar un montón de notas hablando bien de sus canciones.

No me acuerdo de sus melodías, ni de las palabras que respondió a cada pregunta de los reporteros. En mi calidad de caza talentos enfoqué mis energías en Serbia, una banda de jovenzuelos que apenas rebasaban la mayoría de edad. Tal vez ni eso.

Era 2015, han pasado 7 años desde que ofrecieron su primera entrevista, y han pasado de tocar en fiestas infantiles o albercas vacías s protagonizar uno de los momentos más emocionantes del Vive Latino 2022.

Si no estuviste ahí, trata de imaginarlo: dos de la tarde, el sol en su mero punto zenital, y todos en busca de un chesco, agüita, chela o un vasito rebajado de ron con hielos para refrescar los embates del Tonatiuh, algunos bien mojados ya, apestando a sudor, y otros, a cigarrillo, vape de sabores o mariguana. La raza fajando, tirados en el pasto, sacando selfies aprovechando la luz y el escenario por ahora vacío. El staff montando guitarras, baterías y bajos a toda velocidad. Las primeras filas pidiendo, minutos antes de la hora pactada, que ya salgan sus artistas favoritos. Carajo, que nos comen las ansias. Un ambiente dignísimo de un concierto festivalero.

Entonces los extraños monos, alusiones alienígenas y de conquista extraterrestre, cambiaron en la pantalla por un fondo galáctico y las letras “Serbia”. La estampida fue general. De los baños, de las cheves y de la nada, jovenzuelos ansiosos de ver a Neto moviendo las caderas corrieron a lo Flash hasta las tarimas. Un madral de bandera en el Escena Indio para ver a los muchachos de Nuevo León.

Sus personalidades son variadas. Neto es glamuroso, rockstar e impecable, tanto en tu forma de vestir como de interpretar y relacionarse con el público. Lalo y JP son centrados, se mantienen en la música, la sienten, se apasionan por ella. Detrás de ellos, Daniel, quien carga sobre sus hombros todo el ritmo de Serbia. Es un tipo poderoso, emana una vibra intensa de rabia que trasmite en cada chingadazo a los tambores.

A pesar del poco tiempo que llevan en escena, hay mucho de donde rascarle a su setlist. Hicieron una selección puntual, y chida que nos llevó de la locura de sus Monstruos a la calma del Fin del mundo, a la brutalidad de su Instinto Animal y a la excitación de Celosa. Nunca será suficiente tiempo.

El sonido sin duda ha evolucionado. Tanto en ejecución, y calidad de sus arreglos, hasta la escritura de letras que retratan la madurez a la que llegaron, despidiéndose de aquellos morros limitados al amor adolescente. De entre los más salvajes espectáculos de cualquier banda mexicana pop rockera emergente hoy día. Definitiva para dejar el hocico caliente para lo que restaba del festival.

Tras el último acorde, la explosión de aplausos, gritos y peticiones de otra más, una canción, una hora o una vida, penetraron la fortaleza física de los integrantes hasta el corazón. Neto, bañado en lágrimas, se despidió de quienes lo han apoyado con la misma intensidad desde el día uno, con la promesa de volver a este y todos los escenarios que puedan acumular en la CDMX. Pronto… Muy pronto.

Setlist: Monstruos / Acostúmbrate / Celosa / Amapola / Tiempo / Instinto Animal / Último beso / Fin del mundo / Cama