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Bikini Kill en el Pabellón Oeste: una auténtica explosión de girl power

La legendaria banda de punk, Bikini KIll, vino por primera vez a México para ofrecer un show en en el Pabellón Oeste.

Mario Valencia

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Bikini Kill en el Pabellón Oeste

Un bello atardecer lila caía sobre el Palacio de los Deportes. Mientras Velódromo poco a poco aglomeraba un caos de gente, víctima de convertirse en terminal improvisada, los afortunados que escapamos de la estación fuimos directo a desahogar nuestra furia anti sistema con Bikini Kill, una de las agrupaciones que con el tiempo, más que alcanzar el estatus de leyenda, se volvieron un mito. Hace unos años, esto hubiera sido algo impensable, una fantasía para los melómanos obsesionados con el rock de los 90. Pero se logró.

El camino hacia la puerta 5 del Pabellón Oeste nos dejó una bella serie de estampas por guardar. Mi favorita fue la de un contingente de vendedores echándole montón a un tipo que vendía tote bags. “Tu patrón dijo que te movieras a Atletas”, le dijo una señora, claramente la mandamás de ahí, mientras comía una Suavicrema. Hermoso.

De mano al concierto, poco a poco las chicas punk, en total uniforme, algunas cabello rapado, otras con brillantes mechas de colores pero todas con la actitud de unirse en esta hermandad cobijadas por la banda de Olympia. Lo mejor del asunto es que la música de Bikini Kill, ha logrado trasgredir generaciones, pues muchas jóvenes llegaron con la ilusión de verlas.

Al ser recibido por “Clampdown” de The Clash en la pista, el panorama fue un tanto amargo: a pesar de su importante legado, la convocatoria no fue tan grande como se merecía. Muchos huecos por doquier, tristemente. Pero no era momento de sentir lástima por los ausentes, sino alegría de pasar la noche del domingo inspirándonos a punta de guitarrazos para arrancar con fuerza la semana.

Previo al acto estelar, a las 8 pm arrancó el dúo Cremalleras para iniciar el baile y levantar el puño. Punk chingón, rolas de dos minutos de solo voz, guitarra y batería que tuvieron sus repentinos errores pero eso los volvía más punk. Un discurso donde resonó el apoyo a las manifestaciones por el 8M y hacia Palestina, del cual aprovecho este párrafo para recordarles que no ha habido día en que los terroristas sionistas no estén realizando crímenes atroces. Media hora de puro guitarrazo, tal vez fue toda su discografía pero lo cierto es que son excelentes en vivo.

Cremalleras en el Pabellón Oeste
Ni creas que podrás escuchar la música de Cremalleras en Spotify: conócelos a través de Bandcamp y apoya a las bandas como se debe. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

“Ya no es 1992”: así fue el primer concierto de Bikini Kill en México

Dieron las 9:15 en el Pabellón Oeste cuando en las bocinas sonó el “No Feelings” de los Sex Pistols. Con sus clásicos lentes de armazón blanco, Tobi Vail tomó su lugar en la batería. Kathi Wilcox, reservada en su lugar pero con tremenda energía en el bajo. En medio, con vestido rosa y brillantes dorados muy llamativo, Kathleen Hanna saltó para bailar y gozar desde el primer instante con “New Radio”. Fue la absoluta explosión del girl power y si tenían duda de que significa el término riot grrrl, ahí la tenían, concentrada en solo dos minutos.

“Bienvenidos todos los feministas del punk rock”, se refirió Tobi cuando tomó el micrófono para su primer intervención solista en “I Hate Danger” e “In Accordance”. Entre el público, todo el arranque del show fue marcado por un grito constante que entendí como “no a la serpiente”. Quisiera haber estado más cerca para asegurar pero siempre escuché más a un vendedor gritando “¡Chela bien puta fría!”. Los que estábamos ahí reímos a su causa.

Bikini Kill en el Pabellón Oeste
Entre canciones, Kathi iba del bajo a la batería y a la guitarra. Una crack. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Durante hora y cuarto, Bikini Kill entabló una gran hermandad con sus compañeras del público que asimilaron y celebraron cada letra. Tobi fue la más emotiva, al llorar antes de interpretar “Distinct Complicity”, con una dedicatoria a todas aquellas que fueran a marchar el 8 de marzo.

De repente, el grito de las fans cambió por algo más tangible: “Girls on front!”, repetían. Kathleen tomó nota de ello y lo reconoció (por ahí hasta Elis Paprika andaba). “Ya veo muchas chicas al frente. Pero esto también incluye a las mujeres trans, a quienes se identifiquen como no binario porque ya no es 1992“, dijo ante el grito más fuerte de júbilo de la noche.

Todo lo bueno acaba pronto pero a diferencia de otros shows punk donde dada la rapidez y falta de contacto con el público hacen que todo acabe en un “ah bueno”, Bikini Kill logró llenar cientos de rostros con la satisfacción de haber escuchado tanto clásico, como “Alien She” o el tremendo himno que simboliza “Rebel Girl”. Kathleen mantiene una voz genial, con distintos cambios todo el tiempo, entre el hardcore, lo pop y la burla. Quienes estuvimos ahí, sabemos que esta fue una de esas oportunidades únicas en la vida. Tal vez regresen, pero el encanto desbordado en el Pabellón será único.

Setlist de Bikini Kill en el Pabellón Oeste

  • New Radio
  • This is not a Test
  • Don’t Need Yoy
  • Jigsaw Youth
  • Feels Blind
  • I Hate Danger
  • In Accordance to Natural Law
  • Carnival
  • Resist Psychic Death
  • Capri Pants
  • I Like Fucking
  • Outta Me
  • For Only
  • Distinct Complicity
  • Demi Rep
  • Reject All American
  • Alien She
  • No Backrub
  • Sugar
  • Rah! Rah! Replica
  • Hamster Baby
  • Star Bellied Boy
  • Lil’ Red
  • Suck My Left One
  • Double Dare Ya
  • Rebel Girl
Bikini Kill en el Pabellón Oeste
Kathleen baila, canta, grita y denuncia: de las mejores líderes de banda que pueda existir. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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